Un nuevo estudio se pregunta si podría haber planetas errantes, de un tamaño similar al de Marte, en el Cinturón de Kuiper. Es una de las regiones más lejanas del Sistema Solar, el hogar de objetos como Plutón o Eris. Pero ¿es posible que también haya planetas rocosos en esa región?

Planetas errantes rocosos en el Cinturón de Kuiper

En un estudio reciente, se investiga la posibilidad de que existan planetas, de un tamaño similar al de Marte, que estén en la región del Cinturón de Kuiper. Sin embargo, con un matiz de lo más intrigante. Se plantea que sean planetas errantes. Es decir, planetas que orbitan en torno al centro de la galaxia, y que, ahora, hayan podido ser capturados por el Sol y pasar a formar parte del Sistema Solar. Estos mundos, de existir, estarían a unas 1400 UAs (unidades astronómicas) de nuestra estrella. Podemos poner esto en contexto comparándolo con Plutón.

¿Puede haber planetas errantes en el Cinturón de Kuiper?
Concepto artístico del exoplaneta rocoso HD 85512 b, una supertierra. Crédito: NASA

Su órbita está a 39 UAs del Sol, y también es parte del Cinturón de Kuiper. Generalmente, se plantea que esta región llega a unas 1000 UAs. El estudio se publica en un momento en el que algunos investigadores plantean que podría haber miles de millones, o incluso billones, de planetas errantes en la Vía Láctea. Es una estimación que se deriva de los datos del telescopio James Webb y que se recoge en este estudio. En él, se identifican 540 posibles candidatos a planetas errantes, que serían de un tamaño similar al de Júpiter.

Algunos, podrían ser, incluso, sistemas binarios de planetas. A ese trabajo le siguió otro que estudiaba el origen y la evolución de estos sistemas binarios de planetas errantes. En la actualidad, se cree que los planetas errantes se forman de dos maneras. Por un lado, como parte de su propio sistema planetario y, en algún momento, son expulsados. Por otro lado, puede que se formen de manera aislada. ¿Qué hace que el estudio de planetas errantes sea importante? A esto responde Amir Siraj, que es el autor del estudio que nos ocupa en este artículo.

La utilidad de los planetas errantes

Así, Siraj explica que hay tres grandes áreas de la astrofísica que se benefician del estudio de este tipo de mundos. Una es la formación de sistemas planetarios. ya que los planetas errantes serían parte de ese mismo proceso, y puede ayudar a comprender cómo se formaron sistemas como el nuestro. Además, también es útil desde el punto de vista de la habitabilidad. Los planetas errantes pueden ser mucho más numerosos que los que están ligados a sus sistemas. Por lo que algunos podrían tener las condiciones adecuadas.

Es decir, podrían tener agua en estado líquido en su superficie. Por lo que los planetas errantes podrían ser un factor muy importante en este sentido. A esto hay que sumarle las interacciones con estrellas y sistemas planetarios. Los planetas errantes no están ligados a ninguna estrella en concreto, y pueden interactuar con muchas (y sus sistemas planetarios) a medida que vagan por la galaxia. Es este último aspecto el que capta la atención de Siraj, y que analiza en su estudio. Concretamente, la probabilidad de que, en su historia, el Sistema Solar haya capturado algún planeta errante.

¿Cómo se puede determinar algo así? En su estudio, Siraj recurre a modelos por ordenador simular la posibilidad de que los planetas errantes sean capturados en el sistema solar exterior, teniendo en cuenta multitud de factores. Tras realizar cien millones de simulaciones, los resultados indican que podría haber un planeta del tamaño de Marte, o incluso Mercurio, en algún lugar del Sistema Solar exterior, a 1400 UAs del Sol. En el trabajo, Siraj destaca que el rango de distancias podría abarcar de las 600 hasta las 3500 unidades astronómicas.

¿Qué valor tendría encontrar planetas errantes en el Cinturón de Kuiper?

La presencia de planetas errantes rocosos en el Cinturón de Kuiper, a tanta distancia del Sol, en lugar de gigantes gaseosos, también tiene su atractivo. Al tratarse de un antiguo exoplaneta (debería haberse formado en torno a otra estrella), un estudio detallado desvelaría multitud de información sobre cómo se forman los planetas en torno a otros astros. Si fuese terrestre, con toda probabilidad su superficie sería rocosa. Por lo que, estudiando su superficie, se podría saber más sobre la habitabilidad de exoplanetas terrestres en general.

Concepto artístico de la superficie de Makemake, un planeta enano del Cinturón de Kuiper. Crédito: ESO/L. Calçada/Nick Risinger (skysurvey.org)

En su trabajo, Siraj recomienda que los estudios que se lleven a cabo en el futuro incluyan entre sus objetivos el adquirir un mayor conocimiento sobre la captura de planetas errantes. También sugiere realizar búsquedas por medio de la observación, para identificar las regiones del firmamento donde buscar planetas errantes. Finalmente, también añade que el mejor método para esas detecciones, basándose en estudios anteriores, es el uso de microlentes gravitacionales. En ellos, el paso de un objeto por delante de una estrella lejana, desde nuestra perspectiva, es perceptible.

Es decir, se puede ver como la gravedad de ese objeto altera el camino que la luz de esa estrella sigue hasta nosotros. Eso permite obtener información sobre cómo es ese objeto intermedio. Es una forma de detectar la presencia de cosas como los planetas errantes. Mundos que, con nuestra tecnología, podrían pasar perfectamente desapercibidos porque no sea lo suficientemente avanzada. Si tenemos en cuenta que se plantea que la Vía Láctea puede tener billones de planetas errantes, la idea de que alguno haya sido capturado por una estrella no parece absurda. Pero… ¿lo habrá hecho el Sol?

Estudio

El estudio es Amir Siraj; «Are There Terrestrial Planets Lurking in the Outer Solar System?». Publicado en la revista The Astrophysical Journal Letters el 18 de diciembre de 2023. Puede consultarse en este enlace.

Referencias: Universe Today