¿Es posible que las lunas grandes permitan determinar si la vida podría aparecer en los planetas en torno a los que estén orbitando? Es una pregunta importante, que se ha intentado responder en diferentes estudios. Uno de ellos, se pregunta cuál es la posibilidad de que se formen lunas grandes en torno a planetas grandes…

Los planetas grandes y su relación con las lunas grandes

En este contexto, los planetas grandes son aquellos similares a la Tierra o más grandes. La Luna es un satélite grande en comparación a su planeta. El estudio se publicó en 2022 pero, a pesar de ello, sus conclusiones siguen siendo muy válidas en la búsqueda de exolunas. No podemos olvidar que, por ahora, no se ha logrado confirmar la existencia de exolunas en ningún lugar de la Vía Láctea. Pero ¿por qué es importante entender mejor cuál es la posibilidad de que haya grandes lunas en torno a planetas grandes?

Los planetas grandes no tienen por qué tener lunas grandes
Concepto artístico de una exoluna habitable alrededor de un planeta gigante. Crédito: NASA, GSFC: Jay Friedlander y Britt Griswold

Los investigadores explican que, en el caso de la Tierra, la Luna desempeña un papel importante a la hora de determinar la duración del día terrestre, las mareas de los océanos y la inclinación del eje de rotación. Son parámetros tremendamente importantes para la vida en nuestro planeta. Por ello, entender si un planeta tiene una luna, o no, ayudaría a entender si un exoplaneta es parecido al nuestro. Para su estudio, los investigadores usaron una serie de modelos por ordenador para simular la formación de exolunas.

Específicamente, la formación basándose en la teoría del impacto gigante. Es el modelo aceptado para la formación de la Luna. Los investigadores llevaron a cabo estas simulaciones utilizando diferentes condiciones, incluyendo exoplanetas rocosos y congelados, con una masa máxima de seis veces la de la Tierra. También variaron la proporción entre el tamaño del objeto que impactaba y el planeta, así como una velocidad y ángulo de impacto fijos para el objeto que chocaba. Al final, las simulaciones produjeron algunos resultados muy interesantes.

En busca de entender mejor la formación de lunas grandes

Las simulaciones permitían entender mejor la formación y evolución de las exolunas. El resultado más significativo, explicaban, es que el estudio realizaba una predicción sobre las futuras observaciones de exolunas. Predicen que los planetas relativamente pequeños (con hasta un radio un 60% superior al de la Tierra) son los mejores candidatos para albergar exolunas. Hasta ahora, la mayoría de búsquedas se habían centrado en planetas más grandes. Así que su propuesta es que, en su lugar, en próximas búsquedas se estudien planetas más pequeños.

La base de ese estudio sigue siendo muy sólida a la hora de pensar en la existencia y posible descubrimiento de exolunas. Algo que podría ayudar a los astrónomos a entender las condiciones necesarias para que aparezca la vida más allá de la Tierra. Aunque la Luna es responsable de permitir que la vida prosperase en la Tierra, otros satélites más pequeños del Sistema Solar han demostrado que el tamaño podría no ser importante. Al menos, no a la hora de permitir que la vida pueda llegar a aparecer en su superficie, o incluso bajo ella.

Como ejemplos, tenemos los ya sobradamente conocidos de Europa, el satélite de Júpiter; Encélado y Titán, ambos satélites de Saturno. ¿Qué se puede aprender de las exolunas, sin importar su tamaño, sobre la posibilidad de encontrar vida lejos de nuestro planeta? En este sentido, los investigadores del estudio, en una entrevista con el medio Universe Today, explican que un planeta no necesita tener una luna grande para que pueda albergar vida en su superficie. Sin embargo, para la Tierra, la Luna desempeña un papel crucial para que haya vida.

La búsqueda de un mundo como la Tierra

Así que, la mejor combinación para encontrar un mundo como la Tierra, sería un planeta con un gran satélite. Si se encontrase una combinación así, estaríamos ante un fantástico candidato. La esperanza de los investigadores es que su trabajo ayude a identificar mejor los planetas que podrían tener satélites a su alrededor. Por otro lado, este mismo grupo de investigadores explica que, en estos dos años, han escrito un trabajo más reciente sobre nuestro satélite. Concretamente, sobre cómo se pudo formar la Luna en un proceso diferente.

Concepto artístico de una exoluna similar a la Tierra alrededor de un planeta gaseoso. Crédito: Andy McLatchie

Es un estudio que, en este momento, está pendiente de revisión. También están trabajando en una propuesta para el telescopio James Webb, de la NASA, con el objetivo de identificar lunas grandes que orbitan en torno a planetas relativamente pequeños. El estudio de 2022 y esa propuesta sirven para ver que las exolunas están ganando protagonismo en la búsqueda de vida extraterrestre. Específicamente, de vida lejos del Sistema Solar. De momento, no se ha podido confirmar la presencia de ninguna exoluna en otros lugares.

Esto no quiere decir que no existan, simplemente que, por ahora, no se ha logrado captar ninguna. La lista de candidatos a exolunas es cada vez más grande y ha llamado la atención de la comunidad científica. Estos candidatos, si es que existen, orbitan en torno a mundos tanto del tamaño de la Tierra como el de Júpiter. Es cuestión de tiempo que se detecte alguna exoluna. Otra cosa, por supuesto, es que se pueda determinar de alguna manera si también pudiera haber vida en su superficie. ¿Lo llegaremos a saber en alguna ocasión?

Estudio

El estudio es M. Nakajima, H. Genda, E. Asphaug y S. Ida; «Large planets may not form fractionally large moons». Publicado en la revista Nature Communications el 1 de febrero de 2022. Puede consultarse en este enlace.

Referencias: Universe Today