Por medio del estudio de cráteres, un investigador ha logrado determinar que Marte pudo tener agua de manera intermitente durante cientos de millones de años. Resulta un estudio interesante porque plantea dos panoramas que resultan muy diferentes entre sí…

Marte pudo tener agua intermitente y la frecuencia es importante

El estudio de los cráteres de impacto, es decir, aquellos provocados por el impacto de un meteorito, es muy útil como herramienta para acotar mejor la historia del planeta (u objeto celeste) que se esté estudiando. Marte no es una excepción. Así, un investigador ha logrado determinar la escala máxima (de tiempo) para la formación de los valles del planeta rojo moldeados por el agua. Aunque en la actualidad Marte es un planeta completamente desértico, su superficie contiene multitud de indicios de que el agua fluyó en su superficie.

Marte pudo tener agua intermitente durante mucho tiempo
Marte pudo tener un océano en el hemisferio norte hace unos 4000 millones de años. Crédito: ESO/M. Kornmesser/N. Risinger

Entre esas señales están los valles formados por ríos. La incógnita, sin embargo, es la escala de tiempo en la que se formaron esos valles. Algo que tiene un impacto enorme en la habitabilidad de Marte durante su juventud. Porque, si esas condiciones se mantuvieron durante mucho tiempo, con períodos estables y muy largos de agua líquida, el entorno era más apropiado para la vida. Así lo explicaba Alexander Morgan, que es el autor del estudio que nos ocupa en este artículo, y que se publica en la revista Earth and Planetary Science Letters.

Las redes de valles marcianos se formaron hace más de 3000 millones de años. Desde hace mucho tiempo, se consideran los indicios más robustos de que hubo agua en estado líquido en Marte. En trabajos anteriores, se determinó que hicieron falta, como mínimo, decenas de miles de años para erosionar esos valles. Sin embargo, no se ha logrado delimitar la frecuencia con la que ese agua fluía y, por tanto, el tiempo total durante el que se formaron los valles. En este estudio, Morgan explica que ha utilizado los cráteres para acotar los valles.

Límites superiores e inferiores

Así, recurre a cráteres que son más viejos que los propios valles, y otros que son más jóvenes. De esta manera, establece un límite máximo de cientos de millones de años para el tiempo de formación de esos sistemas. En trabajos anteriores, solo se había logrado determinar el tiempo mínimo. Por lo que estos resultados permiten establecer un límite máximo al período de tiempo durante el que estos valles estuvieron activos. Así, teniendo en cuenta lo que se sabe sobre el ritmo de erosión en la infancia de Marte, se puede obtener una buena imagen de sus condiciones.

En períodos de tiempo más grandes, la implicación es que los ríos (y el agua) solo aparecían de una manera muy intermitente. Habría largos períodos áridos, mezclados con breves episodios de actividad fluvial. Los científicos que estudian la infancia de Marte, generalmente, suelen plantear dos escenarios. O bien Marte era templado y húmedo, con un océano, o era frío y congelado, con grandes capas de hielo. En la última década, dice Morgan, se ha comprendido que estas descripciones resultan demasiado genéricas.

No tiene sentido, añade, reducir cientos de millones de historia climática a una descripción de apenas dos palabras. Al igual que la Tierra, el pasado de Marte fue complejo y las condiciones que permitían que hubiese agua en su superficie, probablemente, cambiaban de una manera considerable. La Tierra ha vivido grandes cambios climáticos a lo largo de su historia. Hace 20 000 años, explica Morgan, la zona de Chicago estaba bajo unos 800 metros de hielo. Las condiciones que permitieron que hubiese ríos en Marte, seguramente, fueron intermitentes.

El agua en Marte pudo ser muy intermitente

Los resultados sugieren que los ríos de Marte erosionaban el terreno con mucha lentitud. A un ritmo similar al que se encuentra en regiones del desierto de Atacama, en Chile. Una explicación es que la erosión podría haberse visto interrumpida por la acumulación de grandes rocas en el lecho de los ríos. Otra explicación es que los ríos fluyesen de manera muy poco frecuente. Quizá tan solo un 0,001% del tiempo. Esto querría decir que los ríos de Marte, generalmente, eran secos y solo se activaban cuando se daban ciertas condiciones.

El cráter Jezero, observado por el róver Perseverance. Crédito: NASA

Por ejemplo, por la actividad volcánica o cuando las variaciones en la inclinación del eje del planeta, y su órbita, templaban su superficie. Esos cambios climáticos a largo plazo también sucedían en la Tierra (en nuestro caso se les conoce como ciclos de Milankovitch y son los responsables de los períodos glaciales más recientes). En escalas de tiempo cortas, el flujo de los ríos está controlado por la lluvia o por el fundido de la nieve en sus nacimientos. En escalas de tiempo más grandes, los ríos de la Tierra se veían afectados por los cambios climáticos.

Por ejemplo, explica Morgan, hace 20 000 años, hubo grandes lagos y ríos a lo largo de lo que hoy en día es Nevada (en Estados Unidos). Los ríos marcianos debieron funcionar de una manera similar. Debió tener una variabilidad a corto plazo por tormentas o fundido de nieve. A largo plazo, se debería por los cambios en el eje y órbita de Marte alrededor del Sol. Sea como fuere, es posible que las condiciones que permitieron que Marte tuviese agua fueran algo demasiado intermitente. Naturalmente, eso haría que la vida lo tuviese mucho más difícil para aparecer…

Estudio

El estudio es A. Morgan; «New maximum constraints on the era of martian valley network formation». Publicado en la revista Earth and Planetary Science Letters el 15 de enero de 2024. Puede consultarse en este enlace.

Referencias: Phys