Un nuevo estudio, de la NASA, apoya que el océano de Europa, el satélite de Júpiter, podría ser habitable. El trabajo podría tener muchas implicaciones sobre el resto de satélites del Sistema Solar. Ya que, como Europa, podrían tener un océano bajo su superficie y condiciones habitables…
El océano de Europa pudo tener dos orígenes
Los investigadores han determinado que el agua, presente en el océano oculto bajo la superficie de Europa, pudo tener dos orígenes diferentes. Se pudo formar por la ruptura de minerales ricos en agua. Bien por la fuerza de marea (por la interacción gravitacional con Júpiter) o por el la radiactividad. Hay que recordar que Europa es uno de los satélites más grandes del Sistema Solar. Desde las visitas de las sondas Voyager y Galileo, se sospecha que oculta un océano bajo su superficie. Su origen, sin embargo, nunca ha estado completamente claro.
Los investigadores han intentando darle respuesta, creando un modelo del interior de Europa, gracias a los datos recogidos por la sonda Galileo. En ese modelo, han intentado entender la composición y propiedades físicas del núcleo, la capa de silicatos y el océano. En sus observaciones, según explican, han observado que los diferentes minerales presentes pierden agua y elementos volátiles a diferentes profundidades y temperaturas. Al sumar la cantidad de elementos volátiles perdidos desde el interior, obtienen una cifra similar a la masa predicha del océano.
Así que parece lógico suponer que, seguramente, están presentes en el océano. Los investigadores han descubierto que los océanos de Europa se pueden formar a través del metamorfismo. Es decir, el calentamiento y la presión generada por la radiactividad, en las primeras etapas del satélite, o posteriormente por el movimiento de marea. Ambos provocarían la ruptura de los minerales ricos en agua, liberándola. Además, en su origen, ese océano habría sido ligeramente ácido, con grandes concentraciones de dióxido de carbono, calcio y sulfato.
¿Cómo es el océano de Europa?
Según han explicado los investigadores, se ha llegado a pensar que el océano de Europa podría ser algo sulfúrico. Las simulaciones, y los datos del telescopio Hubble, en los que se muestra la presencia de cloruro en la superficie de Europa, sin embargo, sugieren algo diferente. Seguramente, el agua fue rica en cloruro. Es decir, su composición se convirtió en algo muy similar a la de los océanos de la Tierra. Así que creen que podría ser muy propicio para la vida. Por todo esto, el satélite está considerado un lugar muy interesante.
Puede tener la mejor posibilidad, del Sistema Solar, para encontrar vida en otros lugares, más allá de nuestro planeta. La misión Europa Clipper, que se lanzará en los próximos años, podría ayudar a determinar mejor hasta qué punto es habitable. En los próximos años, sin duda, esta luna de Júpiter va a ser uno de los grandes centros de atención. Pero lo más interesante es las consecuencias que podría tener para otros objetos de esta región de la Vía Láctea. A fin de cuentas, hay que recordar que hay otros satélites que podrían tener océanos.
El caso más popular, sin duda, es el de Encélado, satélite de Saturno. Pero también se ha planteado que podríamos encontrar océanos bajo las superficies de lugares tan dispares como Ganímedes, Calisto, Tritón, o incluso Plutón. Los investigadores creen que esos océanos, de existir, podrían haberse formado a través de procesos similares. Pero hay algunas cuestiones que todavía deben entender mejor. Por ejemplo, cómo migran los fluidos a través del interior rocoso de Europa. Así como qué actividad podría tener en su interior.
Los requisitos para la vida
Los investigadores se han unido a grupos de Nantes y Praga para intentar medir el impacto de posibles volcanes en el lecho oceánico. Podrían haber contribuido a la evolución de ese agua rica en cloruro. Recientemente, la NASA ha publicado nuevas imágenes de gran resolución de Europa. En ellas, se muestran regiones que podrían ser exploradas para intentar poner a prueba los hallazgos planteados por los investigadores. Sea como fuere, se trata de una pieza en un puzle todavía complejo, pero que podría transformar nuestra imagen de la vida.
Es necesario entender, por ejemplo, si estos mundos podrían generar suficiente calor para derretir la roca. Así como para tener un océano en su interior. En algunos casos, puede que incluso se genere demasiado. También cabe preguntarse cómo funcionaría esa vida, y qué nivel de complejidad se puede esperar encontrar. Es decir, ¿podemos esperar encontrar algún tipo de vida compleja? ¿O solo organismos unicelulares? En cualquier caso, el hallazgo de vida unicelular no dejaría de ser una revolución tremenda sobre nuestra percepción.
Si se confirmase que Europa tiene vida en su océano, probablemente consideraríamos mucho más probable que haya vida en otros lugares de la galaxia. Por otro lado, sin embargo, quizá surja una pregunta diferente. ¿Y si fuesen las características del Sistema Solar las que permiten que la vida pueda ser abundante aquí? ¿Y si no es así en torno a cualquier estrella similar al Sol? Son preguntas que ahora mismo no tienen respuesta. Seguramente, ni siquiera tengan sentido, porque por ahora, para bien o para mal, los mundos oceánicos son solo una promesa muy interesante…
Estudio
El estudio todavía no ha sido presentado.
Referencias: Phys