Una nube de polvo en la estrella de Tabby podría ser la explicación para su extraño comportamiento. Al menos, esta es la última hipótesis que se ha planteado que podría indicarnos el origen de las caídas de brillo que hemos presenciado.
El misterio de la estrella de Tabby
KIC 8462852 (más popularmente conocida como la estrella de Tabby) sigue dando que hablar. Ya ha pasado algún tiempo desde que descubriésemos su extraño comportamiento, en octubre de 2015. Algo, no sabemos muy bien el qué todavía, ha provocado que su brillo baje de manera anómala en intervalos irregulares. Así que, desde aquel entonces, hemos pasado por diferentes explicaciones. Desde la presencia de una posible megaestructura alienígena a un planeta gigante.
Sin embargo, ninguna de esas hipótesis han resultado totalmente satisfactorias. Ahora, tenemos una nueva, y sobre el papel parece bastante prometedora. Entre otros motivos, porque ha participado la propia Tabetha Boyajian (la descubridora de la estrella). En este último estudio, que ha sido publicado en The Astrophysical Journal, el patrón de oscurecimiento a largo plazo puede ser el producto de una nube de polvo en la estrella de Tabby.
Para poder llegar a la conclusión, los investigadores han utilizado los datos recogidos por el telescopio espacial Spitzer, de la NASA. Así como los datos de la misión Gamma Ray Burst del telescopio Swift. Spitzer realizó sus observaciones en el espectro infrarrojo, mientras Swift lo hizo en la banda ultravioleta. Después, estos datos se compararon los datos recogidos por el telescopio AstroLAB IRIS en el espectro visible.
Una nube de polvo en la estrella de Tabby
Los datos parecen esclarecedores. Lo que han observado es que la estrella de Tabby muestra una reducción de brillo inferior en la banda infrarroja que en la ultravioleta. Por ello, los científicos concluyen que es una señal muy convincente de que debe haber material en tránsito. Es decir, material que, desde nuestra perspectiva, está pasando por delante de la estrella. Además, tiene que ser muy pequeña, de apenas micrómetros (0,001 milímetros).
Si no fuese así, el oscurecimiento de la estrella sería muy similar en todos los espectros. Este estudio, además, tiene un efecto positivo, porque nos permite eliminar muchas hipótesis de la mesa. Va directamente contra, por ejemplo, la posible presencia de una megaestructura alienígena. Porque algo así no sería capaz de explicar el oscurecimiento. En su lugar, todo indica que hay una nube de polvo en la estrella de Tabby, con un período orbital de 700 días.
Además, apoyándose en la fuerte reducción de brillo en la banda ultravioleta, el equipo de investigadores también ha concluido que las partículas deben ser más grandes que el polvo interestelar. Si no fuese así, la presión del viento solar de la estrella expulsaría esas partículas al espacio. Un disco que rodee la estrella no sólo podría estar en órbita de manera estable. También explicaría esos cambios irregulares en su brillo.
Una explicación muy sólida
De momento, es la mejor explicación que hemos encontrado para el comportamiento de la estrella de Tabby. También hay que destacar que, al igual que en el pasado, la participación de astrónomos aficionados ha sido importantísima. Fueron ellos, a fin de cuentas, los que en 2015 detectaron, por primera vez, el oscurecimiento de la estrella y lo llevaron a la atención de Boyajian. No han dejado de participar.
De hecho, han sido los astrónomos aficionados los que se han encargado de proporcionar el apoyo técnico necesario, y el software de apoyo de AstroLAB. Sin esa labor, el estudio no habría podido llevarse a cabo. Después de que el grupo de AstroLAB publicase los datos que habían obtenido de sus observaciones de la estrella de Tabby, en un lugar público, fue George Rieke (uno de los autores del estudio) el que les contactó y les propuso combinar sus resultados.
De hecho, el grupo de AstroLAB consiste de tres personas. Franky Dubois, que operó el telescopio durante las observaciones de la estrella de Tabby. Ludwig Logie, por su parte, se encargó de las incidencias técnicas que surgiesen en el telescopio. Steve Rau, por su parte, se encargó de procesar las observaciones del brillo de la estrella. En, realidad, es un formador en una compañía ferroviaria de Bélgica. Los tres comenzaron a observar la estrella de Tabby tras leer el estudio de Tabetha Boyajian en 2016.
Queda camino por delante
De todos modos, esto es solo un estudio. Para poder concluir que hay una nube de polvo en la estrella de Tabby, va a ser necesario realizar más observaciones e investigaciones. A fin de cuentas, no hay que olvidar que encaja con las observaciones a largo plazo. Sin embargo, no sucede lo mismo con las reducciones de brillo más breves. En ellas se incluyen varias observaciones de 2017 y el pronunciado, y conocido, oscurecimiento del 20%.
Para estos, sin embargo, la posibilidad de que fuesen el producto de una nube de cometas todavía podría ser válido. De hecho, esta teoría, que fue planteada tras analizar los datos recogidos por el telescopio WISE, podría explicar todos los oscurecimientos. Los cometas, pasando por delante de la estrella, explicarían los grandes y breves oscurecimientos. Mientras que el polvo, producido por la sublimación del material de los cometas, podría explicar el más largo.
De momento, toca ser pacientes, porque el telescopio Kepler no está en posición de observar la estrella de Tabby. Ahora mismo está embarcado en una misión diferente, denominada K2. Los telescopios de próxima generación, que serán lanzados en los próximos años, serán de gran ayuda. Entre ellos se incluye el telescopio espacial James Webb (de la NASA), el telescopio WFIRST y telescopios en la superficie, como el Telescopio Extremadamente Grande.
Todavía quedan posibilidades exóticas
La posibilidad de la megaestructura alienígena está descartada. Pero queda un hilillo de esperanza, eso sí, muy mínimo. Aunque es poco probable, cabe la posibilidad de que los oscurecimientos se puedan explicar por la presencia de estructuras masivas. Como una especie de gigantesco escudo magnético que pasase por delante de la estrella. En cualquier caso, tened claro que es una posibilidad muy, pero que muy remota.
La huella de un escudo construido por otra civilización podría provoca los cambios que se pueden observar en la estrella de Tabby. Siempre suponiendo que se trate de una estructura suficientemente grande. Es el mismo concepto que el de una esfera de Dyson, pero con otro propósito. En lugar de recoger la energía de la estrella, el objetivo de esa estructura sería proteger a una civilización tecnológica de las llamaradas emitidas por el astro.
Pero, en cualquier caso, como comentaba anteriormente, no hay que perder la perspectiva. La posibilidad de que sea una estructura alienígena es increíblemente remota, por no decir nula. De hecho, es casi imposible que se trate de una civilización alienígena. Hablé de los motivos para descartarlo en este artículo. Es mucho más probable que se trate de una nube de polvo en la estrella de Tabby.
El estudio es Huan Y. A. Meng, G. Rieke, T. Boyajian et al.; «Extinction and the Dimming of KIC 8462852». Publicado en la revista The Astrophysical Journal. Puede ser consultado en este enlace.
Referencias: Universe Today
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