El cuarto objeto del catálogo Messier es, de nuevo, un cúmulo globular (de hecho la inmensa mayoría lo son), pero como los anteriores, también tiene algo que le hace especial. Si te gusta buscar estos objetos en el firmamento, estás de suerte, porque M4 es uno de los más fáciles de encontrar, ya que se encuentra muy cerca de Antares.

El descubrimiento de Messier 4

El cúmulo globular Messier 4. Crédito: Telescopio Hubble, NASA.

El cúmulo globular Messier 4.
Crédito: Telescopio Hubble, NASA.

Al igual que con otros objetos del catálogo (excepto Messier 3), no fue Charles Messier el primero en descubrirlo, si no un astrónomo suizo, llamado Jean Philippe de Chéseaux, en 1746. El francés, sin embargo, si puede atribuirse un mérito concreto con este objeto. Cuando lo catalogó, el 8 de mayo de 1764, fue la primera persona en ser capaz de ver, por primera vez, las estrellas individuales de un cúmulo globular.

Sobre M4, Messier escribió lo siguiente en sus anotaciones: «El 8 de mayo de 1764, he descubierto una nebulosa cerca de Antares, y en su paralelo, hay una luz que tiene poca extensión, que es muy tenue y es difícil de observar: al utilizar un buen telescopio para verla, se pueden percibir pequeñas estrellas (…).»

El cúmulo globular

Jean Phillipe de Cheseaux

Jean Phillipe de Cheseaux

A «sólo» 7.200 años luz, M4 es el cúmulo más cercano a la Tierra. Su estructura es muy desordenada (o abierta), y su masa central es relativamente pequeña en comparación con otros, sólo tiene alrededor de 8 años luz de diámetro. Su influencia gravitacional, sin embargo, es de unos 140 años luz (mucho menor que la de Messier 3). Recuerda, la zona de influencia gravitacional es aquella en la que todas las estrellas alrededor están ligadas gravitacionalmente al cúmulo, en vez de a la galaxia.

En su interior hay 43 estrellas variables, y además, el primer pulsar descubierto dentro de un cúmulo globular (llamado PSR B1620-26). Este pulsar gira una vez sobre sí mismo cada 3 milésimas de segundo, es decir, más de 300 veces por segundo, y es diez veces más rápido que el pulsar de la Nebulosa del Cangrejo. Por si fuera poco, está dentro de un sistema binario, y tiene un planeta orbitando a su alrededor (que tiene una masa estimada de entre 3 y 10 veces la de Júpiter).

En esta imagen puedes ver la ubicación del pulsar PSR B1620-26 dentro del círculo verde. Crédito: Telescopio Hubble, NASA

En esta imagen puedes ver la ubicación del pulsar PSR B1620-26 dentro del círculo verde.
Crédito: Telescopio Hubble, NASA

No termina aquí todo lo interesante sobre el cúmulo. En su interior, también hemos encontrado algunas de las estrellas más viejas de la Vía Láctea. Son enanas blancas (es decir, estrellas que, una vez terminada su fase principal y su fase de gigante, alcanzan este aspecto al no tener suficiente masa para convertirse en supernovas o agujeros negros), con una edad de unos 12 0 13 mil millones de años. Si le sumamos los mil millones de años que tardó el cúmulo en formarse desde el Big Bang, su edad encaja en nuestras estimaciones de que el universo tiene 13.000 o 14.000 millones de años de existencia, y por tanto son una herramienta muy valiosa para poder medir la edad del Universo (o por lo menos para saber que no andamos muy desencaminados en nuestros cálculos).

Cómo ver M4

Recreación artística de Matusalén, el nombre del planeta que (creemos) orbita alrededor del pulsar de M4.

Recreación artística de Matusalén, el nombre del planeta que orbita alrededor del pulsar de M4. Es el planeta más viejo conocido (con unos 12.700 millones de años de vida). Crédito: NASA

Como se encuentra muy cerca de Antares, Messier 4 es muy fácil de encontrar. Sólo hace falta saber dónde está la estrella (algo que no es difícil porque es una de las más brillantes del firmamento) y mirar al oeste, justo a su lado. Al igual que con otros objetos del catálogo Messier, es posible observarlo a simple vista si las condiciones son buenas (cielos muy oscuros).

Por si fuera poco, el cúmulo es distinguible hasta en los telescopios más pequeños, donde aparece como una bola de luz borrosa. Aparece con un tamaño similar al de la Luna, y es uno de los cúmulo más sencillos de encontrar porque se encuentra a sólo 1,3 grados al oeste de la estrella Antares. Los telescopios un poco más grandes podrán llegar incluso a diferenciar estrellas individuales, entre las que las más brillantes tienen una magnitud aparente de tan sólo 10,8. Es decir, la magnitud aparente, que es una escala en la que los valores más brillantes son los negativos (el Sol tiene una magnitud aparente de -26,74), está muy por debajo de lo más tenue que podríamos ver a simple vista (creemos que el ojo humano puede llegar a ver, como mucho, objetos con una magnitud aparente de en torno a 6,5).

Referencias: Wikipedia y Universe Today