Un grupo de investigadores ha planteado que la vida podría sobrevivir en las nubes de ácido sulfúrico en Venus. Algo que podría tener un impacto muy profundo en la búsqueda de vida más allá de la Tierra. La superficie no sería un lugar adecuado para la vida, pero la atmósfera quizá sí…

La vida podría sobrevivir en la extrema atmósfera de Venus

Sabemos que la superficie de Venus presenta unas condiciones muy duras. La temperatura es tan alta como para fundir plomo, la presión del aire es casi cien veces la que encontramos en la Tierra al nivel del mar. Además, en la atmósfera encontramos nubes de ácido sulfúrico y precipitaciones de lluvia ácida. Sin embargo, a una altura de entre 48 y 60 kilómetros de altura, las temperaturas son más frías y la presión de la atmósfera es similar a la de nuestro planeta a nivel del mar. Por ello, la comunidad científica ha especulado que la vida podría existir en la atmósfera.

La vida podría sobrevivir en Venus
Venus, observado en luz ultravioleta en 1979. Crédito: NSSDC Photo Gallery

No es ninguna idea absurda. A fin de cuentas, en la atmósfera de la Tierra nos encontramos, precisamente, con vida microbiana. Sin embargo, las nubes de Venus no están compuestas de agua. En su lugar, son nubes de ácido sulfúrico concentrado, haciendo que la probabilidad de supervivencia sea difícil de determinar. Por eso, lo planteado en un nuevo estudio resulta muy intrigante. Los investigadores plantean que los bloques básicos de la vida (las bases de ácido nucleico) son estables en ácido sulfúrico concentrado.

En el trabajo se explica que la atmósfera de Venus podría permitir la química compleja necesaria para que la vida sobreviva. Algo que podría tener implicaciones muy profundas en la búsqueda de vida extraterrestre y planetas habitables. En el pasado, antes de que llegasen las primeras misiones robóticas que sobrevolaron Venus, los astrónomos se plantearon que el planeta pudiese ser similar a la Tierra. Su impenetrable capa de nubes hacía pensar en la presencia de tormentas (de agua) permanentes. Quizá, se llegó a decir, fuese un mundo tropical.

¿Cómo funcionaría esa vida en Venus?

En los años 60, las naves Venera 1 y 2 (de la URSS) y Mariner 1 y 2 (de EE. UU.) visitaron el planeta y analizaron su atmósfera, desvelando una atmósfera tremendamente dura. No solo eso, entre el día y la noche, y a lo largo del año, la temperatura de Venus apenas varía. Las nubes de ácido sulfúrico tienen muy poca agua. Sin embargo, si hubiese vida en ellas, seguirían utilizándola. Así que, explican, debería adaptarse de una manera que la vida en la Tierra no ha necesitado. Para llegar a esta conclusión, han analizado diferentes aspectos.

Por un lado, los requisitos de energía (químicos y solares), la radiación, la falta de hidrógeno disponible, la presencia de metales, acidez y la baja cantidad de agua. Lo interesante es que todo esto les muestra que las nubes de Venus no son incompatibles con la vida en general. Lo que sí hacen, sin embargo, es descartar la vida tal y como la conocemos en la Tierra. Es una consideración importante, a fin de cuentas. La vida podría existir en entornos muy diferentes a los de nuestro planeta. Algo que, en realidad, complica las cosas.

Porque, al ser así, no es posible buscar los indicios de vida que sigue un patrón diferente a la de la Tierra. Una manera es centrarse en qué hace la vida, en lugar de qué es. Es decir, buscar procesos que no dependan de moléculas específicas. Así como entender qué se supone que es vida, en el nivel más básico. Este fue su foco de atención al preguntarse si la química orgánica podría tener lugar en ácido sulfúrico concentrado. Han determinado que diferentes bases de ácido nucleico son estables en ácido sulfúrico con concentraciones del 80 al 98%, a temperatura ambiente.

La vida podría sobrevivir en Venus pero sería muy diferente a la nuestra

Naturalmente, los investigadores destacan que la química orgánica no es lo mismo que la vida, pero no puede haber vida sin que haya química orgánica. Así que, aunque el resultado no implica que la vida esté presente en la atmósfera de Venus, sí que confirma que los procesos orgánicos necesarios pueden tener lugar. En los últimos tiempos hemos visto cierta polémica en torno a Venus, a raíz de la detección de fosfano en su atmósfera. En última instancia, se determinó que la detección no era correcta, pero lo cierto es que la discusión sigue adelante.

Venus brilla con tanta intensidad que, bajo las condiciones adecuadas, puede proyectar sombras en nuestro planeta. Crédito: Wikimedia Commons/Brockeninaglory

En los próximos años veremos diferentes misiones, como DAVINCI y VERITAS, que explorarán Venus. Ambas están planteadas para 2028. China también va a enviar una nave (VOICE) para explorar la historia geológica, evolución y posible habitabilidad de Venus. Se lanzará en 2026 y llegará en 2027. También hay otras propuestas, como la misión de la compañía Rocket Lab, que se lanzaría en enero de 2025 y que, de llevarse a cabo, se convertiría en la primera misión privada para explorar las nubes de Venus y buscar posibles señales de vida.

A más largo plazo, se está pensando en diferentes naves que visiten Venus, culminando, en un todavía lejano 2041, con el lanzamiento de una misión de recogida (y retorno) de muestras de la atmósfera de Venus. Esto permitiría realizar un análisis detallado y, todas estas misiones, podrían tener implicaciones importantes cuando hablamos de la búsqueda de vida extraterrestre en el Sistema Solar y más allá. De momento solo es una teoría, pero la idea de que la vida pueda aparecer en condiciones muy diferentes a la de la Tierra es muy intrigante.

Estudio

El estudio es S. Seager, J. Petkowski, M. Seager et al.; «Stability of nucleic acid bases in concentrated sulfuric acid: Implications for the habitability of Venus’ clouds». Publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences el 12 de junio de 2023. Puede consultarse en este enlace.

Referencias: Universe Today