La pequeña nave CAPSTONE ha entrado en la órbita de la Luna, después de meses de viaje hasta el único satélite natural de la Tierra. Ahora, en su entorno, permitirá comprobar si la órbita en la que estará la futura Plataforma Lunar Orbital es tan robusta como los modelos indican…

CAPSTONE es el primer cubesat en llegar a la Luna

El logro más importante de CAPSTONE no es el hecho de alcanzar la Luna en sí. Naturalmente, muchas naves lo han conseguido antes. Pero es el primer cubesat que logra alcanzar el único satélite natural de nuestro planeta: Hay que recordar que CAPSTONE es una nave diminuta, de apenas 25 kilogramos de peso. La entrada en órbita se produjo en la madrugada del 14 de noviembre, según han explicado desde la NASA. Ahora, la nave se encuentra en una órbita de halo casi rectilínea (NRHO, por las siglas en inglés de near-rectilinear halo orbit).

CAPSTONE llega a la Luna
La Luna, vista desde el hemisferio norte de la Tierra. Aunque menos evidentes, esas diferencias en las tonalidades de la superficie lunar siguen siendo apreciables. Crédito: Gregory H. Revera

Es una órbita altamente elíptica en la que se desplegará, a lo largo de esta década, la Plataforma Lunar Orbital. Se trata de la siguiente gran estación espacial de la NASA. En muchos sentidos, será la sucesora de la exitosa y popular Estación Espacial Internacional, que se encuentra en la órbita baja de la Tierra. La agencia espacial estadounidense espera poder lanzar los primeros compontes de la Plataforma Lunar Orbital en 2024. Será una pieza clave para la exploración de la Luna a lo largo del programa Artemisa, que está ahora en sus primeros pasos.

Antes de comenzar ese despliegue, sin embargo, la agencia espacial quiere entender mejor la órbita en la que quieren desplegar la estación. Ese es el papel de CAPSTONE. Va a permitir comprobar si la órbita es tan estable como parece sobre el papel. Hasta ahora, ninguna nave había utilizado una órbita así. CAPSTONE tendrá una duración de, como mínimo, seis meses, y no solo se dedicará a orbitar alrededor de la Luna. Durante ese tiempo, llevará a cabo diferentes pruebas para comprobar el rendimiento de la nave en diferentes ámbitos.

Una órbita que debe ser ajustada

La intención es que la nave realice pruebas de comunicación y navegación, trabajando conjuntamente con la Lunar Reconnaissance Orbiter, que está en órbita del satélite desde 2009. Sin embargo, CAPSTONE todavía no está a punto para entrar en funcionamiento. Según han explicado desde la NASA, será necesario realizar dos pequeñas maniobras de corrección, que tendrán lugar esta misma semana. Así, se podrá garantizar que la nave se encuentra exactamente en la órbita que necesita ser puesta a prueba.

El viaje hasta la Luna ha sido algo más accidentado de lo que, sin duda, todo el mundo hubiera querido. El lanzamiento se produjo el pasado 28 de junio a bordo de un cohete Electron, de la empresa Rocket Lab. El viaje, de cuatro meses y medio de duración, ha sido muy eficiente desde el punto de vista del consumo de combustible. Sin embargo, la alarma saltaba solo unos días tras el lanzamiento, el 4 de julio. Poco después de separarse del cohete de Rocket Lab, el equipo de CAPSTONE perdió el contacto con la nave. Se solucionó al día siguiente.

Dos meses más tarde, la nave sufrió un fallo durante un encendido de motor para corregir la trayectoria, el pasado 8 de septiembre. Provocó que comenzase a girar de manera descontrolada y entró en modo seguro como consecuencia del sosbresalto. El problema, según determinó el equipo, era una válvula en el sistema de propulsión. Tras resolver este último sobresalto, el viaje transcurrió sin sobresaltos hasta que, finalmente, ha alcanzado el satélite. Es el primer cubesat que llega hasta allí, pero ni mucho menos va a ser el único que lo haga.

Otras pequeñas naves que llegarán próximamente

Si todo va según lo previsto, la NASA espera lanzar la misión Artemisa I este próximo 16 de noviembre, enviando la cápsula Orión en un viaje, sin tripulación, a la órbita de la Luna. En esa misma misión también viajarán 10 cubesats. Algunos de ellos han sido diseñados para estudiar el satélite. Resulta particularmente interesante OMOTENASHI. Se trata de una pequeña nave (cuyo nombre es la abreviatura de Outstanding Moon Exploration Technologies demonstrated by Nano Semi-Hard Impactor) que desplegará un pequeño aterrizador en la Luna.

Concepto artístico del Módulo Lunar acoplado a la Plataforma Orbital Lunar Gateway. Crédito: Lockheed Martin

En los últimos años, hemos visto como estas pequeñas naves se han vuelto cada vez más populares y frecuentes. En mayo de 2018, la NASA envió a Marte la sonda InSight y, además, dos pequeños cubesats, llamados MarCO-A y MarCO-B. Fueron los primeros en viajar más allá de la órbita de nuestro planeta. Ayudaron a enviar datos a la Tierra durante el aterrizaje de InSight. También se encargaron de tomar fotografías del planeta rojo. En tiempos más recientes, podemos hablar de LICIACube, que viajó hasta Dydimos y Dimorphos con la sonda DART.

LICIACube fue testigo directo del impacto de la sonda DART contra el asteroide, observando la colisión desde unos 60 kilómetros. Fue la primera nave en observar las consecuencias del choque. Por su utilidad y pequeño tamaño, los cubesats resultan tremendamente útiles en misiones de lo más variopintas y con propósitos muy variados. Desde fotografiar planetas a actuar como naves que permitan demostrar que una órbita es tan buena (o no) como indican los modelos. Lo importante es que, poco a poco, se sigue trabajando en volver a enviar seres humanos a la Luna…

Referencias: Space