Gliese 710 es una estrella que, en un futuro cercano, se dejará ver por el vecindario del Sistema Solar… A medida que nuestra estrella se mueve por la galaxia, también lo hacen otros astros. Los encuentros cercanos son inevitables. Pero, ¿qué sucederá cuando se acerque?
Un encuentro cercano, pero también muy lejano
Las visitas de otras estrellas al Sistema Solar no son raras. De hecho, suceden con cierta frecuencia. Hace 70.000 años, la estrella de Scholz, una enana roja que tiene una enana marrón como compañera, ya pasó a menos de un año-luz de distancia. Dentro de entre 240.000 y 470.000 años, otra estrella también se dejará caer por aquí, la estrella HIP 85605, que se acercará a solo 8.000 UAs (o unidades astronómicas, es decir, 8.000 veces la distancia entre la Tierra y el Sol).
En la escala cosmológica, indica que este tipo de aproximaciones son relativamente frecuentes. Por lo que descubrir cuándo suceden y qué impacto tienen es realmente útil. Estos pasos no suponen un riesgo para las órbitas de los planetas del Sistema Solar. Ni, dicho sea de paso, para el Sol. Las colisiones entre estrellas son extremadamente raras, pero la influencia gravitacional de un astro puede perturbar la Nube de Oort.
Como quizá sepas, la Nube de Oort es una de las regiones más distantes del Sistema Solar. Estaría poblada por multitud de cometas que, en caso de perturbación gravitacional, podrían precipitarse hacia el interior del Sistema Solar. Es decir, la aproximación de una estrella puede provocar que las órbitas de algunos de estos cometas se vean alteradas de tal manera que puedan entrar en rumbo de colisión con la Tierra.
Un nuevo estudio apoyado en Gaia
Ahora, un nuevo estudio, procedente del Instituto Max Planck, nos ayuda a poner en perspectiva las próximas visitas de otros astros. Los resultados proceden del análisis del satélite Gaia, que ha observado el movimiento de 300.000 estrellas. La conclusión es que, en los próximos 5 millones de años, el Sistema Solar recibirá la visita de 97 estrellas que se acercarán a 150 billones de kilómetros. Cerca, pero demasiado lejso como para interactuar con la Nube de Oort.
Además, 16 estrellas se acercarán a 60 billones de kilómetros del Sol (unas 400.000 UAs). Estas estrellas sí podrían interactuar gravitacionalmente con algunos de los cometas de la Nube de Oort y provocar que las órbitas de algunos de ellos se vean alterados. Pero hay una estrella en particular que ha recibido cierta atención en los medios. Se trata de Gliese 710, que se acercará a tan solo 2,3 billones de kilómetros, unas 16.000 UAs.
La aproximación se producirá dentro de 1,3 millones de años. Es muchísimo tiempo si lo medimos en la escala de una vida humana. Sin embargo, en términos astronómicos, es una aproximación muy cercana y a una distancia muy pequeña del Sol. De todas las estrellas que van a pasar por aquí próximamente, es la que más llama la atención. No solo por el impacto que pueda tener en la Nube de Oort, si no por sus particularidades.
Gliese 710, una estrella especial
Gliese 710 es una estrella de tipo K. Es una enana amarilla, similar al Sol pero con la mitad de su tamaño. En la actualidad, se encuentra a 63 años-luz, mucho más lejos que Próxima Centauri, la estrella más cercana, que está a solo 4,24 años-luz. Su irrupción en la Nube de Oort, dentro de 1,3 millones de años, provocará que muchos planetesimales, cuyas órbitas no les mueven de allí, se conviertan en cometas de largo período.
Además, Gliese 710 tiene una velocidad relativamente baja en comparación a otras estrellas. Se mueve a unos 50.000 km/h, solo la mitad de la velocidad media (100.000 km/h) de movimiento de las estrellas. Por tanto, la visita de Gliese 710 será más larga que la de otros astros. Tendrá mucho tiempo para que su influencia gravitacional altere la Nube de Oort, enviando muchos cometas al interior del Sistema Solar.
El astro no es ni mucho menos nuevo, está bien documentado desde hace décadas, y ya se sospechaba que podría pasar cerca del Sistema Solar, aunque había dudas sobre la distancia. Cuando se acerque, será la estrella más brillante y más rápida que se podrá observar en el cielo nocturno. No será un segundo sol, como algunos medios han llegado a anunciar, pero su presencia no pasará desapercibida.
No será catastrófico para la Tierra
Al margen del largo tiempo que queda hasta la visita de Gliese 710, lo cierto es que no hay motivos para alarmarse. Es cierto que la estrella puede provocar que muchos objetos de la Nube de Oort se puedan convertir en cometas que se adentren en el interior del Sistema Solar. Sin embargo, para que se produzca una colisión con un cometa, es necesario que alguno de estos objetos tenga una órbita que cruce con la de la Tierra.
Además, es necesario que, cuando pase cerca del Sol, nuestro planeta se encuentre en la trayectoria del cometa. Por lo que, incluso en el peor de los casos, la posibilidad de impacto sobre nuestro planeta no aumentaría de manera drástica. Si nuestra especie todavía está por aquí en el futuro, conocer esta información de antemano nos permitirá hacer frente a posibles amenazas. Y, si no las hay, preparar misiones que exploren esos cometas procedentes del exterior del Sistema Solar.
La visita de la estrella HIP 85605, que he mencionado al principio del artículo, será más cercana, tanto en distancia como en el tiempo. Sin embargo, existen dudas respecto a este acercamiento. Hay información que no tenemos demasiado clara, como la distancia que nos separa ni el tipo de estrella que es. Creemos que se encuentra a unos 20 años-luz de distancia, pero existen muchas dudas al respecto. Si no fuese así, y estuviese mucho más lejos, a más de 200 años-luz, entonces su paso más cercano sería dentro de 2,8 millones de años, quedándose a 30 años-luz.
Encuentros regulares
En el estudio, los investigadores han determinado la frecuencia de aproximaciones de otras estrellas. La frecuencia media es que 550 estrellas, cada millón de años, se acercan a unos 150 billones de kilómetros. Además, 20 se acercan a menos de 30 billones de kilómetros. Aproximadamente, supone la aproximación de una estrella cada 50.000 años. Eso sí, no todas las aproximaciones tienen por qué enviar cometas al interior del Sistema Solar.
En los próximos meses, y años, esta información será aun más refinada. En abril de 2018, se publicará una segunda remesa de datos de Gaia. Contendrá la información de 20.000 millones de estrellas. 20 veces más que el primer catálogo y entre el 5 y el 10% del total de las estrellas que creemos que contiene la Vía Láctea. Con estos datos, será posible elaborar simulaciones de los movimientos de las estrellas hasta 25 millones de años hacia el pasado y el futuro.
De esta manera, podremos refinar el pasado y el futuro del Sistema Solar. Podremos estudiar en qué momentos pudo haber una gran actividad de cometas en nuestro vecindario cósmico. Eso, a su vez, nos permitirá analizar si pudo tener algún impacto en la evolución de los planetas, y quizá incluso de la propia vida.
El estudio es C. A. L. Bailer-Jones; «The completeness-corrected rate of stellar encounters with the Sun from the first Gaia data release». Aceptado para su publicación en la revista Astronomy & Astrophysics el 12 de agosto de 2017. Puede ser consultado en este enlace.
Referencias: Universe Today