Se ha descubierto boro en Marte. Este hallazgo da más motivos a los científicos para pensar que el planeta pudo tener vida en su pasado. Es una posibilidad que se viene barajando desde hace mucho tiempo, y parece que cada vez tenemos más evidencias…

La utilidad del boro en Marte

Un selfie del rover Curiosity en Murray Buttes, en el cráter Gale en Marte. Es el lugar en el que se ha detectado la presencia de boro en Marte.

Un selfie del rover Curiosity en Murray Buttes, en el cráter Gale en Marte. Es el lugar en el que se ha detectado la presencia de boro en Marte.
Crédito: NASA/JPL-Caltech/MSSS

En un estudio publicado en la revista Geophysical Research Letters, se ha anunciado el descubrimiento de boro en Marte. Los boratos (compuestos químicos que contienen boro) pueden tener un papel importantísimo en la creación del ácido ribonucleico (ARN). Es uno de los bloques esenciales de la vida. Por lo que encontrar boro en el planeta rojo abre la posibilidad de que la vida pudiese haber surgido en el pasado del planeta.

Los boratos son uno de los posibles pasos intermedios desde las moléculas orgánicas simples al ARN. O lo que es lo mismo, sin el ARN, no hay vida. De ahí que este hallazgo pueda ser muy significativo. La presencia de boro quiere decir que, si hubo moléculas orgánicas en Marte, esa reacciones químicas podrían haber tenido lugar. No es una prueba que demuestre que hubo vida en el pasado distante del planeta, pero es prometedor.

El ARN es un ácido nucleico presente en la vida en la Tierra. Pero, durante mucho tiempo, los científicos se han planteado la posibilidad de que existiese una especie de mundo de ARN. Un entorno en el que se pudiese formar la primera vida primigenia. Lo haría a partir de cadenas individuales de ARN que contuviesen información genética y se copiasen a sí mismas. Uno de los ingredientes clave del ARN es la ribosa, un tipo de azúcar.

Un azúcar inestable

Una puesta de Sol en Marte, vista desde el cráter Gale.
Crédito: NASA’s Mars Exploration Rover

El problema de la ribosa, y de los azúcares, es que no son estables. En presencia de agua, se descomponen muy rápidamente. Así que la ribosa necesitaría otro elemento que pudiese estabilizarlo. ¿Adivinas cuál? Esa función le correspondería al boro. Cuando se disuelve en el agua, convirtiéndose en borato, reacciona con la ribosa y la estabiliza. Al menos durante tiempo suficiente como para poder crear ARN.

En el estudio, los científicos indican que han detectado boratos en un cráter de Marte que tiene 3.800 millones de años de antiguedad. Es más joven, por lo que sabemos, que la aparición de la vida en la Tierra. O lo que es lo mismo, quiere decir que las condiciones para que la vida apareciese podían haber existido en aquel joven planeta rojo, independientemente de las condiciones que hubiese en la Tierra.

El boro fue descubierto en vetas minerales de sulfato de calcio. Lo que indica que el boro en Marte estaba presente en agua en la superficie. Es otra indicación de que parte del agua superficial del cráter Gale, el lugar del hallazgo, era habitable. Debió tener una temperatura de entre 0 y 60ºC y un pH de neutro a alcalino. ¿Pudo desarrollarse la vida marciana en esas condiciones en ese cráter? Y de ser así… ¿en cuantos otros lugares apareció?

La utilidad de Curiosity

El Monte Sharp, visto desde el rover Curiosity.
Crédito: NASA/JPL-Caltech/MSSS

La presencia de boro ha sido detectada con el rover Curiosity, gracias al instrumento ChemCam. El descubrimiento es uno más de los que se han dado en los últimos tiempos respecto a la composición de las rocas marcianas. En estos momentos, Curiosity está ascendiendo hacia el Monte Sharp, un pico en el centro del cráter Gale. En su camino, está encontrando evidencias químicas del pasado de la región.

El rover nos está permitiendo descubrir cómo cambiaron aquellos viejos lagos. También los entornos húmedos que existieron, hace miles de millones de años. Mostrándonos que fue de una manera que pudo afectar a la posible vida microbiana que se desarrollase en el planeta rojo. Si es que en algún momento llegó a haber vida. Porque no hay que olvidar que, aunque hay motivos para pensar que fue así, no está confirmado.

A medida que Curiosity ha ido ascendiendo, la composición de la roca muestra cada vez más boro y arcilla. Esta y otras variaciones químicas nos pueden dar mucha información. Como cuáles eran las condiciones iniciales, cuando los sedimentos se depositaron. Así como, más tarde, el agua, al moverse a través de las capas acumuladas, las alteró y transportó los elementos disueltos, entre los que se encontraba el boro.

Sin pruebas definitivas

La atmósfera de Marte fotografiada por la sonda Viking 1 en junio de 1976.
Crédito: NASA/Viking 1

No sabemos si ha habido vida en la historia de Marte. De momento no hemos encontrado ninguna evidencia convincente. Han pasado cinco años del aterrizaje de Curiosity en Marte, en el cráter Gale, en 2012. Uno de sus objetivos principales era determinar si la región llegó a tener un entorno habitable. En este tiempo, hemos confirmado que es así, pero todavía queda un largo camino por recorrer por delante. Tocará tener paciencia.

En 2020, un nuevo rover, equipado con otros instrumentos, intentará encontrar señales de vida en el pasado del planeta. Puede que sea entonces cuando, finalmente, despejemos la incógnita de una de las grandes preguntas. De momento, las evidencias son prometedoras, pero se quedan en eso, en prometedoras. Parece que, en el pasado lejano del Sistema Solar, el planeta rojo fue lo suficientemente amistoso para tener vida en su superficie. Quizá solo en forma microbiana, pero vida al fin y al cabo. Es posible sólo estemos a unos años de tener la respuesta definitiva… pero por ahora solo podemos seguir investigando.

El estudio es Patrick J. Gasda et al.; «In situ detection of boron by ChemCam on Mars». Publicado en la revista Geophysical Letters el 5 de septiembre de 2017. Puede consultarse, íntegramente, en este enlace.

Referencias: Phys.org