El origen del Planeta Nueve sigue siendo algo que nos trae de cabeza. No estamos seguros de su posible existencia, pero eso no ha impedido que la comunidad científica se pregunte, si realmente existe, cómo terminó en su posición actual en el Sistema Solar…
El misterioso origen del Planeta Nueve
En tiempos recientes, parecía cobrar fuerza la idea de que el origen del Planeta Nueve estaría lejos del Sistema Solar. Se trataría de un planeta, decíamos, que quizá fue capturado por el Sol cuando otra estrella se acercó demasiado. O, directamente, se trataba de un planeta errante (orbitando al centro de la galaxia) que fue capturado por nuestra estrella. Sea como fuere, su origen es uno de los grandes enigmas.
A fin de cuentas, no tenemos ni idea de cómo pudo terminar en su órbita actual. Si existe, el Planeta Nueve se encuentra mucho más lejos de la órbita de Plutón. Pero pese a ello, algunos científicos creen que pudo formarse con el resto del Sistema Solar. De momento no hemos logrado observarlo de manera directa. Sólo sospechamos de su presencia por la órbita que describen algunos objetos distantes del Cinturón de Kuiper.
De existir, estaríamos hablando de un planeta que tendría entre diez y veinte veces la masa de la Tierra. Sería una supertierra. Es un tipo de planeta que podemos observar con frecuencia en otros sistemas estelares, pero que está ausente en el nuestro. También suponemos que no se pudo formar en su órbita actual. Es casi imposible que haya suficiente material, a esa distancia, para que un planeta alcance ese tamaño.
Posibilidades limitadas
En el estudio, los investigadores han considerado la posibilidad de que el origen del Planeta Nueve fuese extrasolar. Es decir, fue capturado por el Sol en algún momento del pasado remoto. Pero, ¿cuál es la posibilidad de que algo así suceda? La idea original es que, cuando el Sol todavía era parte del cúmulo abierto en el que se formó, capturó al planeta. Así que utilizaron una simulación por ordenador de un hipotético cúmulo abierto.
En la actualidad el Sol es una estrella solitaria. Pero en su nacimiento no fue así. Lo que no sabemos, sin embargo, es ni cuántas estrellas formaban parte de su cúmulo, ni cuántas estrellas podían estar cerca de la nuestra. Así que en la simulación se hicieron los ajustes necesarios para que fuese lo más fácil posible que cualquier estrella pudiese capturar un planeta. Aquí es donde comienzan los datos interesantes.
La simulación es una región perfecta para que las estrellas capturen planetas. De hecho, en ella, había un planeta por estrella, y todo se movía a velocidades muy parecidas. ¿El resultado? Probablemente te sea llamativo. Puede ser tentador pensar que un gran número de estrellas terminarían haciéndose con alguno de los planetas. Sin embargo, solo el 6% de los planetas simulados terminaron en la órbita de una estrella.
Posibilidades minúsculas
Lo más desconcertante es que las circunstancias eran las ideales para la captura de planetas. Lo lógico, es sospechar que las condiciones del Sol no fueron ideales. Así que el origen del Planeta Nueve no parece estar fuera del Sistema Solar. Aun así, los investigadores hicieron simulaciones con cúmulos abiertos con parámetros más refinados. Se buscaba imitar lo que la composición química del Sol dice.
En este caso, sólo tres estrellas, de 10.000, fueron capaces de capturar un planeta en una órbita similar a la que creemos que tendría el Planeta Nueve. Para los investigadores la conclusión parece más que evidente. Aún suponiendo que el Sol se formase en un entorno caótico y hostil, en un cúmulo de estrellas muy denso, todo apunta a que es muy poco probable que hubiese sido capaz de capturar algún planeta.
Así que solo queda la otra posibilidad. El origen del Planeta Nueve está en nuestro propio sistema solar. Si es así, se habría formado mucho más cerca de nuestra estrella. Después, cuando los gigantes gaseoso cambiaron de órbita, en un proceso explicado aquí, fue arrastrado al exterior. Quizá se formase en la región de Urano y Neptuno y fuese expulsado del Sistema Solar. Solo que, en lugar de llegar a salir despedido, se quedó en una órbita muy lejana.
Mucha incertidumbre
Sin embargo, es un asunto muy complicado de tratar. Para los investigadores, cualquier mecanismo de formación es difícil de descartar en estos momentos. ¿Por qué? Es fácil. ¡Ni siquiera estamos seguros de si el Planeta Nueve realmente existe! En realidad, la posibilidad de que fuese capturado no es descartable. Parece muy remota, pero tres planeta de 10.000 es una posibilidad. Seguramente no fue lo que sucedió, pero no lo podemos descartar.
O lo que es lo mismo. Si queremos tener respuestas convincentes y claras sobre el origen del Planeta Nueve, primero tenemos que descubrir si realmente existe. La búsqueda de momento no ha dado resultados, pero podría tardar mucho tiempo en llegar a buen puerto. No es fácil, a pesar de ser mucho más grande que la Tierra, estaría tan lejos que sería muy tenue. Mucho más que objetos como Plutón.
Si finalmente lo descubrimos, primero habrá que determinar si las predicciones son correctas. Es decir, ¿está en la órbita que se ha predicho? ¿Es cómo esperábamos? ¿O es más masivo? (o quizá menos). Una vez todas esas incógnitas estén despejadas, será el momento de preguntarnos, con una base mucho más sólida, cuál es el origen del Planeta Nueve. Su descubrimiento, si finalmente se produce, podría ser clave para comprender mejor cómo se formó el Sistema Solar.
El estudio es Richard J. Parker, Tim Lichtenberg et al.; «Was Planet 9 captured in the Sun’s natal star-forming region?». Publicado en arXiv el 1 de septiembre de 2017. Puede ser consultado en este enlace.
Referencias: New Scientist