Hace 800 millones de años, la Tierra y la Luna se vieron afectadas por una lluvia de asteroides. El descubrimiento ha sido posible gracias al estudio de diversos cráteres en la superficie de nuestro satélite. Algo que permite reconstruir la historia de nuestro planeta más allá de lo que podemos ver aquí.

Una lluvia de asteroides relativamente reciente

Un equipo de investigadores de la universidad de Osaka ha descubierto una lluvia de asteroides producida hace 800 millones de años. El hallazgo ha sido posible gracias al satélite Kaguya, de la agencia espacial japonesa (JAXA) y su cámara de terreno. Analizaron 59 cráteres de unos 20 kilómetros de diámetro, en busca de determinar en qué momentos se formaron. La conclusión a la que han llegado es que, en aquel entonces, un asteroide de 100 kilómetros de diámetro se fragmentó. Provocó una serie de impactos nada despreciables.

Una lluvia de asteroides afectó a la Tierra en el pasado
La Luna, vista desde el hemisferio norte de la Tierra. Aunque menos evidentes, esas diferencias en las tonalidades de la superficie lunar siguen siendo apreciables. Crédito: Gregory H. Revera

Aproximadamente, entre 40 y 50 000 billones (4-5 ×10^16) de kilogramos se precipitaron contra la Tierra y la Luna. Es alrededor de entre 30 y 60 veces más que lo sucedido en el impacto de Chicxulub. Hace 65 millones de años, puso fin al reinado de los dinosaurios (y muchas otras criaturas que poblaban la Tierra). Ese descubrimiento fue posible, entre otras cosas, gracias a la detección de una fina capa de iridio, un elemento poco frecuente en la Tierra, presente en todo el mundo. La probabilidad de un impacto así es una vez cada 100 millones de años.

Hay que poner en perspectiva los tiempos de los que estamos hablando en este artículo. En comparación a una vida humana, no cabe duda de que 65 millones de años es muchísimo tiempo. ¿Somos capaces de imaginar realmente lo que supone? Por lo que 800 millones de años es todavía más lejano. Sin embargo, al compararlo con los 13 800 millones de años del universo, nos damos cuenta de que es mucho más cercano en nuestra historia. A fin de cuentas, la Tierra se formó, como el resto del Sistema Solar, hace 4500 millones de años.

En la Tierra no se puede analizar el pasado muy remoto

En la Tierra es imposible encontrar cráteres muy antiguos. Los cráteres de impacto (provocados por asteroides) anteriores a hace 600 millones de años han sido erosionados. Es el efecto de años de erosión, vulcanismo y otros procesos geológicos. Así que, para poder entender la historia de impactos de nuestro planeta, hace falta recurrir a otro entorno. En la superficie de la Luna no nos encontramos con ese problema. Los investigadores estudiaron la distribución de edad de 59 cráteres grandes, con diámetros de unos 20 kilómetros.

Analizaron la densidad de cráteres con diámetros de 0,1 a 1 kilómetros, en la eyecta, la región de material expulsada por el impacto. Un ejemplo es el cráter Copérnico, de 93 kilómetros de diámetro, al que le rodean multitud de cráteres. Se analizó la densidad de 860 cráteres, con un diámetro de 0,1 a 1 km, para determinar su edad. El resultado de este proceso muestra que 8 de los 59 cráteres se formaron a la vez. Algo nunca determinado hasta ahora. Lógicamente, si algo sucedió en la Luna, debió afectar también a la Tierra.

Nuestro planeta se vio afectado por una gran serie de impactos poco antes de la era criogénica (hace 720 millones de años), en la que uno multitud de cambios en el entorno y a nivel biológico. Además, por el momento en el que aquel asteroide se fragmentó, y las órbitas de las familias de asteroides conocidas hoy en día, los investigadores creen saber cuál es el responsable. La lluvia de asteroides debió producirse por la ruptura de Eulalia, un asteroide de tipo C. Este tipo de asteroides es conocido por ser el más abundante, supone alrededor del 75% de asteroides.

El impacto de la lluvia de asteroides

Las características del asteroide Eulalia son similares a las de Ryugu. Este último es, también, un asteroide de tipo C, cercano a la Tierra. Ha sido un objeto muy estudiado gracias a la sonda Hayabusa2, que a finales de 2020 traerá muestras recogidas del asteroide. Los investigadores han explicado que, teniendo en cuenta todo lo que han observado, la lluvia de asteroides hace 800 millones de años tuvo varias consecuencias. La ruptura del asteroide provocó que algunos fragmentos cayesen al Sol y en los planetas rocosos (Mercurio, Venus, la Tierra y Marte).

El asteroide Ryugu observado por la sonda Hayabusa2. Crédito: JAXA

Otros fragmentos permanecieron en el cinturón de asteroides, formando la familia de Eulalia. Algunos se convirtieron en asteroides cercanos a nuestro planeta. A esto, además, le suman las consecuencias que pudieron tener lugar hace 800 millones de años. Por un lado, que la lluvia de asteroides trajese grandes cantidades de fósforo a la Tierra. Afectó al entorno de la superficie terrestre. La lluvia de asteroides de tipo C contaminó la superficie de la Luna con elementos volátiles. Finalmente, la familia Eulalia debió provocar una lluvia de asteroides en la Tierra y la Luna.

En definitiva, el estudio de los cráteres en la Luna resulta de lo más interesante. Al no verse destruidos por diferentes procesos naturales. Es posible analizar cráteres mucho más antiguos que los que podemos encontrar en nuestro planeta. De esta manera, es posible descubrir capítulos de la historia de nuestro mundo que, de otra manera, habrían quedado ocultos. Gracias a nuestro satélite, cabe la posibilidad de reconstruir la historia del Sistema Solar y de su evolución. La Luna no solo es un gran objetivo para la exploración espacial, también para la investigación.

Estudio

El estudio es K. Terada, T. Morota y M. Kato; «Asteroid shower on the Earth-Moon system immediately before the Cryogenian period revealed by KAGUYA». Publicado en la revista Nature Communications el 21 de julio de 2020. Puede ser consultado en este enlace.

Referencias: Phys