Por primera vez, un grupo de científicos ha captado una estrella que ha engullido un planeta entero. No ha sido sólo una pequeña parte, o una ligera perturbación. Lo ha destruido de una tacada. Por si fuese poco sorprendente, el planeta era de un tamaño similar al de Júpiter…

Observan una estrella que ha engullido un planeta entero del tirón

Un grupo de investigadores ha anunciado las observaciones de lo que parece ser un gigante gaseoso, de un tamaño similar al de Júpiter, o incluso más masivo, siendo devorado por su estrella. El astro es una enana amarilla (como el Sol) salvo que es mucho más vieja que la nuestra. Al estar en la recta final de su vida, ha estado hinchándose y, ahora, ha llegado al punto en el que la estrella ha engullido el planeta, más cercano, entero. En realidad, sirve como un anticipo un tanto lúgubre del futuro que le espera a la Tierra.

Una estrella ha engullido un planeta entero
El Sol, el 25 de agosto de 2018. Crédito: Damien Weatherly

Dentro de unos 5000 millones de años, el Sol, en las últimas etapas de su vida, aumentará su tamaño hasta el punto de engullir a Mercurio, Venus y, probablemente, la Tierra. Es algo que no afectará a la vida en nuestro planeta porque, de todos modos, se calcula que dejará de ser habitable en, aproximadamente, de 1000 a 1500 millones de años. Será producto del aumento gradual de brillo (y temperatura) del Sol, que elevará la temperatura en la superficie de la Tierra hasta el punto de que sea incapaz de mantener agua en estado líquido en su superficie.

El festín galáctico, observado por los investigadores, sucedió hace entre 10 000 y 15 000 años, en la dirección de la constelación de Aquila (el águila). La estrella tenía, aproximadamente, 10 000 millones de años, cuando el planeta se precipitó contra ella. Al suceder, se desencadenó un breve e intenso aumento de luz, seguido posteriormente por una duradera estela de polvo que brillaba intensamente en el espectro infrarrojo. En realidad, no es la primera vez que se observan señales de estrellas que han devorado a sus planetas.

Es la primera vez que se observa el fenómeno en sí mismo

Hasta ahora, lo que se había logrado detectar eran las secuelas posteriores al proceso de engullido. Esta ha sido la primera vez, sin embargo, que se observa el proceso de engullido, según explican los investigadores en el estudio. Así, explican que el aumento de brillo tuvo lugar en 2020. Lo detectaron al analizar las imágenes del firmamento tomadas por el Observatorio Palomar, del Instituto Tecnológico de California. Fueron necesarias varias observaciones, y proceso de datos, para poder desentrañar el misterio de qué había provocado ese aumento de brillo.

En un principio se creyó que podía tratarse de una estrella que, simplemente, había devorado a su compañera. En su lugar, se comprendió que se trataba de un planeta. Si tenemos en cuenta que la vida de una estrella (de la mayoría, al menos) se mide en miles de millones de años, el episodio de engullido fue muy breve. Ocurrió de una sola tacada, según explican los investigadores. A esto, añaden, los hallazgos resultan muy plausibles. En 2010, el telescopio Hubble captó a la estrella WASP-12 en el proceso de devorar un planeta.

La diferencia es que, en aquella ocasión, el proceso era mucho más largo. Hasta ahora, siempre que se ha captado a una estrella devorando a un planeta, el episodio estaba en marcha. Están siendo devorados de una manera muy lenta en comparación. Los astrónomos no saben si podría haber más planetas alrededor de la estrella, a una distancia más segura. Si es así, podrían pasar miles de años antes de que la estrella vuelva a absorber algún planeta. Lo interesante es que, ahora, saben en qué tienen que fijar la atención.

La utilidad de captar a una estrella que ha engullido un planeta entero

Ahora, los investigadores saben qué tienen que observar, así que esperan poder captar más episodios similares a este. Suponen que habrá miles de planetas, que están en torno a otras estrellas, que sufrirán el mismo destino que el que se ha observado. Nuestro propio Sistema Solar, en un futuro muy lejano, pasará por ese mismo estado. Todo lo que podemos observar en nuestro entorno será historia. El Sistema Solar, en sus etapas finales, cambiará de una manera dramática. Si sobreviviese, la Tierra se convertiría en el planeta más cercano al Sol.

La Tierra brillante y carbonizada del futuro lejano, con el Sol ya bien entrado en su fase de gigante roja. Crédito: Wikimedia Commons CC BY-SA 3.0.

De no ser así, en principio Marte sí que debería sobrevivir y se convertiría en el planeta más cercano al moribundo Sol. Los gigantes gaseosos, para ese entonces, habrán llegado a estar demasiado cerca del Sol. La zona habitable estará, durante algún tiempo, tan lejos que mundos como Plutón estarán en la zona habitable del Sistema Solar. Si todavía hubiese seres humanos para ese entonces, podrían encontrar un refugio en aquella región. O quizá se habrán convertido en una civilización interestelar, con asentamientos en torno a otras estrellas.

Sea como fuere, la observación de estas estrellas permite comprender mejor cómo evolucionan los sistemas planetarios en la recta final de sus vidas. No solo para comprender cómo se desarrollará el futuro lejano del Sistema Solar si no, simplemente, para entender mejor las últimas etapas de la vida de otras enanas amarillas. El Sol es una estrella de mediana edad, con todavía unos 5000 millones de años en la fase principal, en la que está fusionando en helio el hidrógeno que acumuló durante su formación. Al final de su vida, se convertirá en una enana blanca

Estudio

El estudio es K. De, M. MacLeod, V. Karambelkar et al.; «An infrared transient from a star engulfing a planet». Publicado en la revista Nature el 3 de mayo de 2023. Puede consultarse en este enlace.

Referencias: Phys