Un planeta gigante pudo ser expulsado del Sistema Solar poco después de su formación, según un estudio reciente. Lo cierto es que no es una teoría descabellada. Nos permitiría explicar por qué no fueron Neptuno o Urano los expulsados…
Un planeta gigante pudo ser expulsado… pero no se sabe con certeza
La pregunta más obvia, probablemente, es: ¿cómo podemos saber si sucedió algo así? No sabemos cómo era el Sistema Solar hace 4 600 millones de años. Pero los científicos pueden ver las huellas de la evolución de este pequeño rincón desde su formación. En muchas simulaciones sobre cómo los planetas habrían terminado en su configuración actual, siempre se observaba el mismo resultado.
Urano o Neptuno deberían haber sido expulsados por sus interacciones gravitatorias con Júpiter. Porque el gigante joviano es todo un monstruo cósmico. Su influencia gravitatoria se siente por todo el Sistema Solar. El investigador David Nesvorný propone que un planeta gigante pudo ser expulsado. En realidad su escenario no es ni mucho menos completamente comprobable. Solo en el 5% de sus simulaciones se daba ese escenario.
Puede parecer un porcentaje bajo, pero existe otro aún más bajo. La posibilidad de que el Sistema Solar terminase en su configuración actual, sin que Júpiter echase a Urano o Neptuno es de solo un 1%. En el 99% de las simulaciones realizadas, Júpiter siempre termina expulsando a uno de los dos. Por supuesto, es posible que el escenario real fuese ese. Por pequeño que sea, un 1% sigue siendo un escenario posible.
Probablemente fue un gigante helado
En sus simulaciones, Nesvorný probó diferentes tipos de planetas. Tanto mundos pequeños y rocosos como planetas gigantes. El resultado que mejor encaja es el de un planeta gigante. Es la combinación que mejor reproducía el Sistema Solar que conocemos hoy en día. Ese mundo habría tenido un tamaño entre el de Urano y Neptuno. La idea no es ni mucho menos descabellada. Sabemos que los planetas no se formaron en sus órbitas actuales.
Hay pistas de que no fue así en lugares como el Cinturón de Kuiper. La presencia de resonancias orbitales entre Plutón y Neptuno (solo por citar un ejemplo) da muestra de ello. También se ha planteado que, en el pasado, Júpiter y Saturno pudieron viajar hacia el interior del Sistema Solar, en algo que se conoce como el Grand Tack. En definitiva, hay escenarios que apoyan el planteamiento de Nesvorný.
Todo eso, y mucho más, lo repaso en este vídeo en el que hablo del estudio en profundidad, explicando aspectos como el papel de la resonancia orbital, cómo sería ese planeta en la actualidad…
El estudio es D. Nesvorný; «Dynamical Evolution of the Early Solar System». Publicado en la revista Annual Review of Astronomy and Astrophysics el 6 de junio de 2018. Para consultarlo, es necesario entrar en el artículo de Knowable Magazine (en las referencias) y pulsar en el enlace desde allí.
Referencias: Knowable Magazine
Leído, ALex!