La Agencia Espacial Europea ha publicado las primeras cinco imágenes del telescopio Euclid. Su objetivo es profundizar en el estudio de la materia y la energía oscura. Ambas suponen el 95% de la composición del universo. Durante los próximos seis años, sus datos serán esenciales…

Euclid es una misión espectacular

La energía y la materia oscura siguen siendo dos grandes desconocidas, apenas de suponer el 95% de la composición del universo. Para entender su influencia en el universo visible, Euclid pasará los próximos seis años observando las formas, distancias y movimientos de miles de millones de galaxias, hasta una distancia de unos 10 000 millones de años-luz. Será capaz de crear el mapa 3D más grande del espacio que se haya hecho hasta ahora. Euclid es especial por su capacidad de observación en el espectro infrarrojo y visible.

En una sola observación, es capaz de crear imágenes nítidas de una región enorme del firmamento. Las primeras cinco imágenes del telescopio Euclid dan buena cuenta de esa capacidad. Desde estrellas brillantes a galaxias tenues, los objetos elegidos engloban la variedad de objetos celestes. En todos los casos, el telescopio es muy nítido, incluso cuando se concentra la atención en galaxias lejanas. Estas imágenes son una demostración de que la misión está preparada para ayudar a responder a uno de los grandes misterios de la física moderna.

La materia oscura mantiene a las galaxias unidas y hace que roten más rápido de lo que sería posible si solo tuvieran materia visible. La energía oscura es la responsable de la aceleración de la expansión del universo. Las imágenes publicadas contienen un nivel de detalle enorme. El equipo ha desvelado que son mucho más nítidas y espectaculares de lo que se esperaba. Muestran características desconocidas, por no haber sido observadas hasta ahora, de regiones bien conocidas en el universo local, en torno a la Vía Láctea.

Las primeras imágenes de Euclid tienen un nivel de detalle muy alto

Las imágenes contienen muchísimos detalles y permitirán a los investigadores observar miles de millones de galaxias, así como estudiar su evolución a lo largo de la historia del cosmos. El diseño óptico del telescopio, así como el proceso de ensamblaje y manufacturación de sus instrumentos no podría haber sido mejor. Sin olvidar su precisión al observar un objeto y el sistema de control de temperatura. Todo esto hace que Giuseppe Racca, Mánager de proyecto de Euclid, felicite a todas las partes involucradas en su fabricación.

En total, los objetivos observados por Euclid en sus primeras imágenes son cinco. El primero es el cúmulo de galaxias de Perseo. La imagen muestra 1000 galaxias y, de fondo, unas 100 000 galaxias más. Muchas de esas galaxias tenues habían pasado desapercibidas hasta esta imagen. Su luz ha estado viajando hasta nuestro planeta durante 10 000 millones de años. Es la primera vez que una imagen tan grande permite capturar tantas galaxias, detalladas, del cúmulo de Perseo. Es uno de los más masivos, a 240 millones de años-luz.

Las increíbles primeras imágenes de Euclid. Aquí, el cúmulo de Perseo.
El cúmulo de Perseo visto por Euclid. Crédito: ESA/Euclid/Euclid Consortium/NASA

El segundo objetivo elegido por el equipo de Euclid ha sido la galaxia espiral IC 342. Recibe el nombre de la Galaxia Oculta y, gracias a la vista infrarroja de Euclid, se ha podido observar en su conjunto y, también, a un nivel de detalle mucho más profundo de lo que parece a primera vista. Es posible observar, incluso, estrellas y cúmulos estelares individuales de la galaxia. Algo que nunca se había logrado con anterioridad y que permitirá entender la historia de formación de estrellas allí. Está a unos 11 millones de años-luz de la Vía Láctea.

La galaxia IC 342 vista por el telescopio Euclid. Crédito: ESA/Euclid/Euclid Consortium/NASA

Los objetos vistos por Euclid

Además, también ha observado la galaxia irregular NGC 6822. La mayoría de galaxias del cosmos no son ni galaxias espirales ni elípticas. Son más irregulares y pequeñas, pero son una parte esencial del cosmos. Son la base para la formación de galaxias como la nuestra, y algunas están lo suficientemente cerca de la Vía Láctea como para que sean objetos de estudio de lo más interesante. Es el caso de NGC 6822, que se encuentra a tan solo 1,6 millones de años-luz y que es la primera galaxia enana que ha sido observada por Euclid.

La galaxia irregular NGC 6822 vista por Euclid. Crédito: ESA/Euclid/Euclid Consortium/NASA

Todavía más cerca del Sistema Solar, el cúmulo globular NGC 6397 aparece como el cuarto objetivo de las primeras imágenes de Euclid. Es el segundo cúmulo globular más cercano a la Tierra, a 7800 años-luz. Los cúmulos globulares son enormes agrupaciones de estrellas (del orden de cientos de miles, o incluso millones, de astros) que se mantienen unidas por su propia gravedad. Euclid es el único telescopio que puede observar un cúmulo globular en un solo vistazo y, al mismo tiempo, distinguir muchas de las estrellas que lo componen.

El cúmulo globular NGC 6397 visto por Euclid. Crédito: ESA/Euclid/Euclid Consortium/NASA

Por último, el objetivo final de estas primeras imágenes es una nebulosa bien conocida y no menos espectacular. Se trata de la Nebulosa Cabeza de Caballo, que está en la dirección de la constelación de Orión. En esta imagen de Euclid, se espera poder encontrar las pistas de planetas de una masa similar a la de Júpiter, que hasta ahora no podían ser detectados, así como enanas marrones y estrellas en su infancia. La misión de Euclid ha comenzado a andar, y no podía haberlo hecho de mejor manera. Esto es solo el comienzo…

Las increíbles primeras imágenes de Euclid. Esta es la Nebulosa Cabeza de Caballo.
La Nebulosa Cabeza de Caballo vista por el telescopio Euclid. Crédito: ESA/Euclid/Euclid Consortium/NASA

Referencias: ESA