Tras años de espera, la NASA ya tiene las primeras muestras de un asteroide. Ha sido gracias a la misión OSIRIS-REx, que ha traído el material que recogió del asteroide Bennu. Este pasado domingo, 24 de septiembre, llegó a la Tierra, aterrizando en Utah, cerca de Salt Lake City…

Las primeras muestras de material de un asteroide que recoge la NASA

La misión OSIRIS-REx comenzó su viaje en 2016, con un objetivo muy ambicioso. Se posaría en la superficie del asteroide Bennu, recogería muestras de su material y, posteriormente, emprendería el viaje de vuelta a la Tierra. Ese viaje, de 7 años, ha llegado finalmente a su conclusión, y lo ha hecho de una manera muy positiva. Una cápsula, con roca y polvo recogidos en el asteroide, está ya en una sala limpia de NASA. El aterrizaje se produjo a las 8:52 (horario local), el pasado 24 de septiembre, en una instalación cerca de Salt Lake City.

La NASA ya tiene sus primeras muestras de un asteroide
La cápsula con las muestras del asteroide Bennu, de la misión OSIRIS-REx. Crédito: NASA/Keegan Barber

Apenas hora y media después del aterrizaje, la cápsula fue transportada por helicóptero a una sala limpia temporal, instalada en un hangar en las instalaciones de prueba de Utah. Allí, ahora, permanece conectada a un flujo continuo de nitrógeno. Poner las muestras bajo una purga de nitrógeno era una de las tareas más críticas que el equipo de OSIRIS-REx tenía por delante. El nitrógeno es un gas que no interactúa con la mayoría de elementos químicos. Por eso, se establece un flujo continuo de nitrógeno hacia el contenedor de muestras.

De esta manera, se mantiene aislado de los contaminantes terrestres, permitiendo que la muestra se mantenga pura para los análisis científicos que se realicen. Las muestras recogidas del asteroide Bennu serán utilizadas por científicos de todo el mundo. Permitirán realizar descubrimientos para entender mejor el proceso de formación de planetas. También ayudará a entender el origen de los compuestos orgánicos y el agua que llevaron a la aparición de la vida en nuestro planeta. Además, permitirá entender mejor los asteroides potencialmente peligrosos.

Una primera vez para Estados Unidos

Por eso, no es sorprendente que Bill Nelson felicitase al equipo OSIRIS-REx por una misión que se ha desarrollado a la perfección. Es la primera misión estadounidense de retorno de muestras de un asteroide. Ahora mismo, la NASA está inmersa en varias misiones relacionadas con asteroides. OSIRIS-REx, que acaba de concluir; DART, que cumple un año desde que se estrellase contra el asteroide Dimorphos y, finalmente, la sonda Lucy realizará, en noviembre, su primera aproximación a un asteroide. En palabras de Bill Nelson, son misiones que muestran que NASA va a lo grande.

La muestra de Bennu podría parecer pequeña, pero nada más lejos de la verdad. En total, son 250 gramos de material, que será transportado, en la misma cápsula en la que aterrizó, por avión hasta el Centro Espacial Johnson, en Houston. Allí, un grupo de científicos se encargará de desmontar la cápsula, extraer y pesar la muestra y, posteriormente, crear un inventario de ese material. Clasificarán las rocas y polvo recogidos. A partir de ahí, en los próximos años, distribuirán los fragmentos de Bennu a científicos de todo el mundo.

Es la primera vez que Estados Unidos recoge material de un asteroide. OSIRIS-REx llegó a Bennu el 3 de diciembre de 2018, recogió el material en 2019 y 2020 y, finalmente, en 2021, comenzó el viaje de regreso a nuestro planeta. Además, esto no supone el final del camino. Ahora que el material ya está en nuestro planeta, comienza la fase de análisis de las muestras. Algo que ayudará a seguir profundizando en el conocimiento del Sistema Solar. OSIRIS-REx desplegó su cápsula, hacia la atmósfera terrestre, cuando estaba a 102 000 kilómetros.

Un viaje de retorno tranquilo

Desde allí, a menos de la tercera parte de la distancia entre la Tierra y la Luna, la cápsula volvió a la Tierra a una velocidad de 44 500 kilómetros por hora. La reentrada en la atmósfera terrestre se produjo sobre California, a 133 kilómetros de altura. En 10 minutos, ya estaba en la superficie de Utah. El descenso fue seguido con instrumentos de radar, infrarrojos y ópticos. La cápsula aterrizó en buen estado y en solo una hora estaba lista ya para su transporte. Hay que añadir que parte de este material no se usará en mucho tiempo.

El asteroide Bennu visto de cerca por OSIRIS-REx. Crédito: NASA/Goddard/University of Arizona

Es algo que ya se ha hecho en otros casos. El material lunar recogido durante el programa Apolo, por ejemplo, todavía está siendo analizado y estudiado. Algunas de las muestras han permanecido selladas durante 50 años. ¿El motivo? Disponer de material que analizar con tecnología, y técnicas, que simplemente no se podían ni plantear en los años 60. Es decir, se guardaron intencionadamente con el objetivo de que se pudiesen estudiar con mejor tecnología. Además de por investigadores que ni siquiera habían nacido en aquella época.

Con el material traído del asteroide Bennu va a suceder lo mismo. Parte del material permanecerá sellado durante 50 años y, por tanto, no se analizará hasta la recta final de este siglo. De esta manera, se podrán emplear técnicas y tecnología que, en estos momentos, simplemente no podemos llegar a imaginar. Será muy interesante ver los hallazgos que permite el estudio del material traído por OSIRIS-REx. El material de Bennu será analizado durante mucho tiempo y ayudará a entender mejor nuestro pequeño rincón de la Vía Láctea.

Referencias: NASA