Tenemos motivos para creer que la Vía Láctea está en un vacío celeste. En mitad de ninguna parte. Ya sabíamos que, la nuestra, es solo una galaxia más entre miles de millones. Sin embargo, no teníamos claro en qué lugar se encuentra dentro de las estructuras más grandes del universo.

El universo en su escala más grande

La Vía Láctea está en un vacío celeste

En su escala más grande, el universo está compuesto por filamentos y vacíos.
Crédito: NASA

Con el paso del tiempo, la percepción sobre nuestro lugar en el universo ha ido cambiando. Sabemos que no ocupamos el centro del universo. Ni que el Sistema Solar, ni la Vía Láctea son lugares especiales en comparación a lo que vemos ahí fuera. Ya en 2013, un estudio mostraba que quizá estuviésemos más apartados de lo que imaginábamos. Ahora, otro estudio lo confirma. Nuestra galaxia está en un vacío celeste en la estructura de filamentos del universo. Es un vacío más grande de lo que pensábamos.

En el estudio de 2013, los astrónomos Amy Barger y Ryan Keenan explicaban que la Vía Láctea se encuentra dentro de un gran vacío en la estructura cósmica. Ese vacío celeste tiene menos galaxias, estrellas y planetas de lo que pensamos. En el nuevo estudio, también procedente de la universidad de Wisconsin, Ben Hoscheit confirma lo que sospechábamos. Y es una buena noticia, porque permite explicar las diferentes mediciones de la constante de Hubble.

El vacío en el que está nuestra galaxia es llama vacío KBC. Las iniciales corresponden a los astrónomos que participaron en su descubrimiento (Keenan, Barger y Cowie). Tiene un radio de mil millones de años. Así que el vacío KBC es siete veces más grande que el vacío típico que podemos encontrar en el universo. No sólo eso, es el más grande que conocemos, y ese descubrimiento tiene sus implicaciones.

La constante de Hubble y el vacío celeste en el que estamos

Concepto artístico de la explosión de una supernova.
Crédito: Shutterstock/Jurik Peter

Como ya he comentado en alguna ocasión, en su escala más grande, el universo se compone de filamentos y cúmulos de materia separados por vacíos. Eso vacíos son regiones en los que hay poca materia. La descripción más gráfica que se suele dar es que parece un queso suizo. Los filamentos están compuestos de cúmulos y supercúmulos de galaxias. Estas, a su vez, están formadas por estrellas, gas, polvo y planetas.

Descubrir que vivimos en uno de esos vacíos es interesante, especialmente por las implicaciones que tiene para la constante de Hubble. La constante de Hubble es, simplemente, una expresión matemática que nos permite expresar la expansión del universo en función de la distancia. Cuanto más lejos está una galaxia de nosotros, más rápido se aleja. El problema es que, según qué método se emplee, obtenemos un valor u otro para la constante. Y eso es raro, no debería pasar porque se trata de eso, de una constante.

Sin importar qué técnica se utilice, deberíamos obtener siempre el mismo ritmo de expansión del universo. Esa discrepancia se puede explicar si vivimos en un vacío. Hay dos formas de medir el ritmo de expansión del universo. Por un lado tenemos las velas estándar. Las explosiones de supernovas se utilizan como vela estándar porque conocemos muy bien su luminosidad. Al hacerlo, podemos determinar a qué distancia está la galaxia en la que se produjo. Otra forma es analizando la radiación de fondo de microondas. Su estudio también nos permite determinarlo.

La importancia de un vacío celeste

Imagen de la radiación de fondo de microondas.
Crédito: NASA/WMAP Science Team

Los dos métodos pueden compararse. Con el método de la vela estándar se pueden medir distancias más cercanas. El método de la medición a través de la radiación de fondo de microondas nos permite medir distancias a mas larga escala. Aquí es donde entra en juego el hecho de vivir en un vacío. Las mediciones desde su interior se ven afectadas por la cantidad de materia que haya fuera de la región.

La atracción gravitacional de toda esa materia afecta a las mediciones realizadas con el método de la vela estándar. Pero esa misma materia, y su atracción, no tiene efecto alguno en el método de medición de la radiación de fondo de microondas. En el nuevo estudio, se muestra que las primeras estimaciones que se hicieron sobre el vacío KBC no están descartadas. Según esas estimaciones, el vacío tiene forma de esfera, con un cascarón cuya densidad aumenta a medida que nos alejamos. En ese cascarón habría galaxias, estrellas y otra materia.

Con esta información a mano, es posible comprender por qué se produce esa discrepancia. El método de medición apoyándose en supernovas se ve afectado por vivir en un vacío enorme. Sin embargo, el método de medición apoyándose en la radiación de fondo de microondas no se ve afectada. Así que la constante de Hubble es realmente constante, y nuestra ubicación en el universo es más solitaria de lo que pensábamos…

Referencias: Universe Today