Esta semana, en Astrobitácora 4×25 hablamos sobre las estrellas que podemos encontrar en el centro de la Vía Láctea. Además, en YouTube hablamos de la última sugerencia de Abraham Loeb, en la que indica que los restos recogidos, de un meteorito interestelar, podrían ser de una nave extraterrestre…

Astrobitácora 4×25: Las estrellas del centro de la Vía Láctea

En el centro de la galaxia, cerca del agujero negro supermasivo, hay millones de estrellas. Su estudio es muy interesante porque permite obtener mucha información sobre la historia de la Vía Láctea. El estudio de las estrellas más viejas, por ejemplo, ayuda a comprender cómo eran las condiciones en el pasado, cuando nuestra galaxia, en realidad, ni siquiera se había convertido en lo que conocemos hoy en día. A fin de cuentas, en nuestro propio rincón del universo hay estrellas muy antiguas, de más de 13 000 millones de años.

La locura de Abraham Loeb y Astrobitácora 4x25
En esta imagen en infrarrojos del centro de la Vía Láctea se puede observar una gran cantidad de jóvenes estrellas masivas. La región tiene un tamaño de unos 300 años-luz. Crédito: Hubble: NASA, ESA, and Q.D. Wang (University of Massachusetts, Amherst); Spitzer: NASA, Jet Propulsion Laboratory, and S. Stolovy (Spitzer Science Center/Caltech)

Del mismo modo, el estudio de las estrellas más jóvenes también resulta muy útil. Permite comprender cómo se desarrolla la formación de estrellas cerca del centro. Así, se ha podido entender, por ejemplo, que los nuevos astros nacen más cerca del agujero negro supermasivo. Posteriormente, la formación de estrellas se va extendiendo hacia el exterior. Además, se ha visto que las estrellas permanecen en grupos que, desde el punto de vista gravitacional, no resultan particularmente fuertes, por lo que se descuelgan con facilidad.

Todo esto sirve para recordar que hay muchas cosas por descubrir en nuestra propia galaxia. Aunque pueda parecer que está todo bien entendido, hay todavía muchas interrogantes por entender sobre la historia y evolución de la galaxia, así como la formación de estrellas a lo largo de los miles de millones de años de vida del universo. Como siempre, hablamos de esto, largo y tendido, en Astrobitácora 4×25. Puedes escuchar el programa en iVoox, en la aplicación en iOS o Android, en su web, en este enlace, o, si lo prefieres, también aquí mismo:

YouTube: ¿Restos de una nave extraterrestre?

Mientras tanto, en YouTube hablamos de la última ocurrencia de Abraham Loeb. El polémico investigador ha planteado que, los fragmentos recogidos del objeto CNEOS 20140108 (ahora también llamado IM1) podrían, en realidad, pertenecer a una nave extraterrestre. Esto, naturalmente, llamará la atención de aquellos que estén mínimamente interesados en la posibilidad de que haya vida inteligente extraterrestre. Lo cierto es que, al estudiar lo que dice Loeb, así como las muestras de material recogidos, las dudas son muy evidentes.

Concepto artístico del telescopio TESS observando exoplanetas. Crédito: NASA’s Goddard Space Flight Center

En realidad, ni siquiera está claro que el material sea, necesariamente, de origen interestelar. Bien podría ser material del Sistema Solar o, incluso, material de nuestro propio planeta. De momento, ni siquiera se puede determinar que el material sea de más allá de nuestro sistema. Si fuese así, el siguiente paso, por fuerza, sería necesario demostrar que su origen es artificial, en lugar de tratarse de material procedente de un cometa o asteroide. Es decir, hay muchas cosas que comprender sobre el material que se ha recogido para saber cuál es su origen.

A pesar de que, naturalmente, es muy tentador pensar en que podría tratarse de material procedente de una nave extraterrestre, es necesario preguntarse si estamos en la posición como para pensar que esa podría ser la explicación más plausible. A fin de cuentas, no podemos olvidar que ni siquiera sabemos si hay vida más allá de la Tierra, mucho menos vida inteligente, por lo que eso hace que sea una posibilidad exótica. Como siempre, puedes ver el vídeo en el canal de YouTube, en este enlace. O, si lo prefieres, al principio de este artículo.