Hace solo unos días, un grupo de astrónomos anunciaba la detección de una fusión de 14 galaxias en los inicios del universo. La noticia resulta sorprendente porque nos hace cuestionarnos nuestro conocimiento sobre aquella lejana época..

Una fusión de 14 galaxias demasiado pronto

Detectan la fusión de 14 galaxias en el inicio del universo

Concepto artístico de la fusión de 14 galaxias detectadas por el radiotelescopio ALMA.
Crédito: NRAO/AUI/NSF; S. Dagnello

Lo más interesante de todo esto es que esa fusión de 14 galaxias tuvo lugar demasiado pronto. Nuestro conocimiento del cosmos dice que no debería ser posible. 1.400 millones de años después del Big Bang es poco tiempo. Porque esa fusión será el corazón de un cúmulo de galaxias. Es decir, una agrupación de cientos, o quizá miles, de galaxias. El proceso tardará, desde nuestra perspectiva, miles de millones de años.

Pero, cuando se complete, esa estructura rivalizará, en tamaño, con las estructuras más grandes que podemos observar en el universo. Así que resulta extremadamente interesante para la comunidad científica. También sirve para recordarnos que hay muchas cosas que todavía no conocemos. Especialmente, sobre sus primeras etapas. Por lo que, sin duda alguna, esta formación se estudiará durante los próximos meses y quizá años.

Todos los detalles de la noticia los he contado en este breve vídeo. A decir verdad, no hay mucho que contar sobre el estudio porque, como decía, lo realmente interesante es descubrir esa fusión de 14 galaxias a 12.400 millones de años-luz. Es una buena oportunidad para observar la evolución del universo. Algo que no podemos hacer si vemos solo lo que hay en nuestro universo local. No podemos ver, por ejemplo, como se formó Andrómeda.

Comprendiendo la historia del universo

Del mismo modo, tampoco podemos ver cómo se formó la Vía Láctea. Ni el cúmulo de galaxias en el que se encuentra localizada. Algo a lo que llamamos, por cierto, el supercúmulo de Virgo. La única manera de hacernos una idea es observar el mismo proceso en los lugares más remotos del universo. Para ello necesitamos la mejor tecnología posible. El descubrimiento ha sido posible gracias al radiotelescopio ALMA.

Porque, por su distancia, vemos su luz tal y como era solo 1.400 millones de años después del Big Bang. Nuestra tecnología actual puede ver algo más lejos, pero tiene sus límites. Podemos llegar a unos pocos cientos de millones de años después del Big Bang. Es en estos lugares tan distantes donde podemos encontrar las pistas sobre cómo evolucionó el universo que nos rodea mucho más cerca.

En cualquier caso, os dejo con el vídeo en el que explico la noticia. No será lo habitual, porque voy a seguir haciendo los artículos en Astrobitácora, pero este es un buen caso para explicar de qué va la historia. Por cierto, el estudio es T. B. Miller, S.C. Chapman et al; «A massive core for a cluster of galaxies at a redshift of 4.3». Publicado en la revista Nature el 25 de abril de 2018. Podéis consultarlo en este enlace.