Normalmente pensamos en la búsqueda de vida en otros mundos, pero… ¿y si unos hipotéticos extraterrestres intentasen detectar la vida de la Tierra? ¿Serían capaces? No es una simple cuestión retórica, porque permite entender hasta qué punto puede ser fácil, o difícil, la búsqueda de vida extraterrestre…

Detectar la vida de la Tierra no sería una tarea sencilla

¿Qué aspecto tendría la Tierra para un grupo de astrónomos extraterrestres? ¿Qué verían en sus observaciones del planeta si estuviesen intentando encontrar señales de vida en otros lugares? Aunque puede parecer un tentador ejercicio de imaginación, es, en realidad, un campo de pruebas muy instructivo. En muchos sentidos, es más fácil estudiar nuestro propio planeta, y su aspecto, para después extrapolar a partir de esos resultados. Un nuevo estudio muestra que detectar indicios de vida en la Tierra podría depender de la estación en la que observemos.

La dificultad de detectar vida en la Tierra
Las cuatro geometrías de observación de la Tierra mencionadas en el estudio. Crédito: Mettler et al. 2022

A pesar de que la búsqueda de vida extraterrestre es tremendamente popular, hasta ahora solo tenemos un puñado de exoplanetas que, quizá, podrían tener condiciones habitables. El camino por recorrer es, todavía, muy largo. Habrá que esperar una temporada antes de poder decir, con certeza, que un mundo puede tener condiciones habitables. En este nuevo trabajo, un grupo de astrónomos analiza el aspecto del planeta en las diferentes estaciones. El origen de este tipo de estudios se remonta a la década de los años 70.

En aquel entonces, las sondas visitaban los planetas del Sistema Solar. Las misiones Pioneer 10 y 11 visitaron Júpiter y Saturno. Voyager 1 y 2 visitaron los cuatro planetas gigantes (Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno). Fue el inicio de un estudio más profundo de otros planetas. Al medir en el espectro ultravioleta e infrarrojo, se pudo entender mucho sobre las propiedades de sus atmósferas, superficies y su equilibrio global de energía. En el presente, ese mismo tipo de observaciones se extiende a los exoplanetas, a mundos mucho más lejanos.

Otras civilizaciones podrían estar estudiando la Tierra

En algún otro lugar de la Vía Láctea, una civilización extraterrestre podría hacer lo mismo. El estudio analiza el espectro de emisión infrarrojo de la Tierra, así como el efecto de diferentes geometrías de observación en el espectro. También cuál sería el aspecto de esas observaciones para alguien que lo viese desde gran distancia. Los investigadores también han tenido en cuenta cómo el cambio de las estaciones puede afectar al espectro. Así, han descubierto que hay una variabilidad estacional importante en el espectro de emisión térmica.

Además, la fortaleza de las características espectrales de biofirmas como el óxido de nitrógeno, metano, ozono y el dióxido de carbono, depende enormemente de la estación y geometría de observación, según explican. El estudio se centra en cuatro geometrías diferentes. Una centrada en el polo norte y el sur. Otra en la África ecuatorial. La última en el Pacífico ecuatorial. El espectro fue observado con el instrumento Atmospheric Infrared Sounder en el satélite Aqua, de la NASA. Los astrónomos han observado que no hay una muestra única.

El espectro de emisión térmico de la Tierra varía debido a las estaciones. Así que tanto estaciones como la geometría de observación son dos factores importantes. La variabilidad en las lecturas también era mayor sobre masas terrestres que oceánicas. La vista desde África ecuatorial y el Polo Norte estaba centrada en masas terrestres y mostraba más variabilidad. De un 22 y un 33% respectivamente, según cuentan los investigadores. En el caso de los océanos, había menos variabilidad, debido a la inercia térmica de los océanos.

Detectar vida en la Tierra es difícil por su aspecto

La principal conclusión del estudio es que un planeta dinámico, vivo, como la Tierra, no puede caracterizarse por un único espectro de emisiones térmico. Hay demasiada actividad en el planeta, y este estudio ni siquiera se ha sumergido en las nubes y su efecto. Los propios investigadores explican que harán falta más trabajos, próximamente, para investigar cómo afectan a esas mediciones. Además, añaden que algunas de las variaciones son pequeñas y difíciles de distinguir al observar un planeta lejano. Si los datos no son muy limpios, podría costar entender lo que se está viendo.

Esta serie de gráficos muestra cómo afecta la variabilidad estacional al espectro de emisión térmica de la Tierra. Crédito: Mettler et al. 2022

En el caso de observaciones ecuatoriales, las variaciones en los datos son muy pequeñas, en torno al 10%. Separarlas del ruido podría ser difícil. Además, la complejidad de la Tierra no ayuda. Su estudio desde grandes distancias puede hacerlo todavía más complicado. Los investigadores lo resumen bien, un planeta y sus características no pueden describirse con un único espectro de emisión térmica. Es necesario tomar mediciones en diferentes momentos. La mayoría de detecciones de exoplanetas se basan en solo un puñado de tránsitos.

Así que tiene sus limitaciones y es importante entenderlas. El estudio pone a prueba un nuevo método de observación de exoplanetas, utilizando el espectro de infrarrojo medio. A pesar de las variaciones entre estaciones, explican que el resultado es poco sensible a los efectos diurnos y estacionales. Por ello, creen que su método puede ayudar a obtener información única sobre los exoplanetas, complementando lo que se haya recogido en métodos como el del estudio de la luz reflejada por el planeta. Es un paso más en esa misión por entender los exoplanetas de la galaxia…

Estudio

El estudio es J. Mettler, S. Quanz, R. Helled et al.; «Earth as an Exoplanet: II. Earth’s Time-Variable Thermal Emission and its Atmospheric Seasonality of Bio-Indicators». Está disponible para su consultar en la plataforma arXiv, en este enlace.

Referencias: Universe Today