Un estudio plantea que una civilización avanzada sobrecalentará su planeta en mil años. Es la conclusión a la que llegan al considerar la propia historia del ser humano. De hecho, este proceso podría ser una pista para determinar la presencia de civilizaciones en otros lugares de la galaxia…
Una civilización avanzada sobrecalentará su planeta en unos mil años
Desde la Revolución Industrial, la temperatura media global de la Tierra ha aumentado constantemente. Según la NOAA (la Agencia Nacional Oceánica y Atmosférica de EE. UU.), nuestro planeta se ha calentado a un ritmo de 0,06ºC por década desde 1850. En total, aproximadamente 1,11ºC. Desde 1982, el aumento anual medio ha sido de 0,20ºC por década, más de tres veces más rápido que hasta ese momento. Esta tendencia se proyecta que aumentará hasta entre 1,5 y 2ºC a mediados de siglo. Algunas previsiones apuntan a que podría ser incluso superior.
Esto es consecuencia directa del uso de combustibles fósiles, algo que ha aumentado exponencialmente desde mediados del siglo XIX. Según la extensión del aumento de la temperatura, el impacto en la habitabilidad de la Tierra podría ser catastrófico. Teniendo todo esto en cuenta, un equipo de investigadores ha analizado de qué manera los aumentos de temperatura son un problema a largo plazo para cualquier civilización avanzada. No estaría relacionado únicamente con el consumo de combustibles fósiles. Sería, en realidad, algo inevitable.
A fin de cuentas, el aumento de temperatura a nivel planetario sería un resultado inevitable del crecimiento exponencial del consumo de energía. Esto podría tener un impacto profundo en la búsqueda de vida extraterrestre inteligente (SETI, por sus siglas en inglés). La idea, en realidad, no es nueva. La idea de que una civilización avanzada sobrecalentará su planeta ya se planteó a mediados del siglo XX. Lo hizo el científico soviético Mikhail Budyko. En 1969, publicó un estudio en el que exploraba esta idea y hablaba de la generación de calor.
El papel del calor residual
Así, Budyko decía que «toda la energía utilizada por el ser humano se convierte en calor, la parte principal de esta energía es una fuente adicional de calor (…). Unos cálculos sencillos muestran que, al ritmo presente de crecimiento, el uso de energía producirá una cantidad de calor, en menos de doscientos años, que será comparable a la energía procedente del Sol.» Esto es una simple consecuencia del hecho de que toda la producción y consumo de energía genera calor residual. En el presente, ese calor residual tiene un papel mínimo en el calentamiento global.
Las proyecciones a largo plazo, sin embargo, indican que esto podría cambiar. Manavi Lingam, uno de los autores, explicaba al medio Universe Today que «la contribución actual del calor residual es mínima. Sin embargo, si su producción sigue aumentando de forma exponencial durante el próximo siglo, ese calor residual podría ser responsable de un aumento en la temperatura de 1ºC. Esto sin importar el efecto invernadero aumentado por los combustibles fósiles.» Lingam no se queda ahí, de hecho, pinta un escenario que resulta catastrófico.
De hecho, añade que «si la generación de calor residual mantiene su crecimiento exponencial a lo largo de siglos, puede llegar a un punto en el que se desencadene la pérdida completa de la habitabilidad y la desaparición de toda la vida en la Tierra.» La popular idea de la esfera de Dyson es un ejemplo de la utilidad de ese calor residual. A fin de cuentas, su presencia se delataría, en el espectro infrarrojo lejano por el calor residual que generaría. En cualquier caso, la implicación es inevitable al pensar en lo que plantea para nuestro propio futuro.
Una civilización avanzada sobrecalentará su planeta en una escala de tiempo relativamente pequeña
Los investigadores han calculado cuánto tardaría una civilización avanzada en alcanzar el punto en el que su planeta se volviese inhabitable. Han diseñado modelos teóricos y los han utilizado en la habitabilidad de planetas, teniendo en cuenta la cantidad de energía que recibe un planeta al estar en la zona habitable de su estrella. De hecho, el cálculo que han adaptado es el de la zona habitable, incorporando una fuente adicional de calor, procedente de la actividad tecnológica. Otro factor importante es el crecimiento exponencial del consumo de energía de una civilización.
En este punto, mencionan la escala de Kardashov. El ser humano ha aumentado su consumo de energía de los 5633 teravatios/hora (en 1800) a los 183 230 en 2023. Esta tendencia no solo es exponencial, también acelera a lo largo del tiempo. Algo que también sucede con el crecimiento de la población. Así, extrapolan esta tendencia y determinan que la vida máxima de una civilización, tras entrar en la fase de crecimiento exponencial, es de unos 1000 años. Esto, siempre y cuando se produzca un crecimiento anual de un 1% en ese período.
Por ello, los investigadores explican que esto afecta al crecimiento de cualquier civilización suficientemente avanzada. Estos resultados podrían mostrar, también, recomendaciones sobre cómo evitar ese escenario en el que la Tierra se vuelva inhabitable. De hecho, esto mismo se puede aplicar a cualquier civilización que queramos imaginar, que llegue a esa situación. Tarde o temprano, plantearán posibles soluciones para evitar que se llegue a una situación de inhabitabilidad. Pero, ¿y si este escenario fuese una explicación al Gran Filtro y la paradoja de Fermi?
Estudio
El estudio es A. Balbi, M. Lingam; «Waste Heat and Habitability: Constraints from Technological Energy Consumption». Puede consultarse en arXiv, en este enlace.
Referencias: Universe Today