Un grupo de astrónomos ha confirmado la presencia del planetoide Farfarout. Por la posición en el momento de su descubrimiento, se ha convertido en el objeto observado a mayor distancia de la Tierra, en el Sistema Solar. Aunque no es el objeto con la mayor órbita que conocemos…
Farfarout, un planetoide que ya tiene nombre oficial
En 2018, en un espacio de unas pocas semanas, se anunció la detección de varios objetos que eran, sucesivamente, el más distante observado desde la Tierra, dentro del Sistema Solar. A falta de un nombre oficial, este planetoide fue denominado por sus descubridores como FarFarout (una forma de traducirlo podría ser, simplemente, muy, muy lejos). Ahora, los investigadores han recolectado los datos suficientes para poder determinar su órbita. Además, el Centro de Planetas Menores (Minor Planet Center, en inglés), le ha dado un nombre oficial: 2018 AG37.
El equipo es el mismo que descubrió Farout, que, durante un breve tiempo, poseyó el récord como el objeto detectado a mayor distancia desde nuestro planeta. En los próximos años, seguirán refinando los datos de la órbita de este objeto. En algún momento futuro, recibirá un nombre oficial, al igual que Sedna y otros objetos. El hallazgo fue posible gracias al telescopio Subaru, de 8 metros de diámetro, localizado en la cumbre de Mauna Kea, un volcán en Hawái. También se ha observado con el telescopio Gemini Norte y Magallanes.
De media, la distancia de Farfarout al Sol es de 132 UAs. 1 UA, es decir, una unidad astronómica, equivale a la distancia media entre la Tierra y el Sol. Aproximadamente, 150 millones de kilómetros. Dicho de otra manera, está 132 veces más lejos del Sol que nuestro planeta. Plutón, como comparación, está a 39 UAs, siendo un objeto mucho más cercano, a pesar de que su distancia también es extrema si la comparamos, por ejemplo, con la de los planetas. La órbita de Farfarout es interesante por ser tremendamente elíptica.
No es el objeto con la mayor órbita conocida
Esa órbita provoca que Farfarout se aleje hasta a 175 UAs del Sol en su afelio, es decir, el punto más lejano de su órbita alrededor de nuestra estrella. En su perihelio, el punto más cercano, sin embargo, se acerca a 27 UAs. Se adentra en la órbita de Neptuno. Por lo que, seguramente, Farfarout se ha visto muy influido a lo largo de la historia del Sistema Solar. La gravedad del gigante helado será un factor importante. Probablemente, sea la explicación de por qué Farfarout describe una órbita así. Aproximadamente, tarda 1000 años en completar una vuelta.
El movimiento de Farfarout es tremendamente lento, por lo que han sido necesarios varios años de observaciones para poder determinar correctamente su trayectoria. Por su brillo, muy tenue, y la distancia al Sol, los investigadores calculan que el objeto tiene un diámetro de unos 400 kilómetros. Por lo que podría ser un planeta enano. Algo que solo cumpliría por los pelos y, eso sí, suponiendo que sea un objeto rico en hielos. Sea como fuere es una demostración de cómo está avanzando nuestra tecnología para detectar objetos cada vez más tenues.
Hay que tener presente, sin embargo, que Farfarout no es el objeto con la órbita más grande conocida. Ese honor podría corresponder al cometa West, observado en 1976, con una órbita estimada de hasta 6,5 millones de años (o 558 000 como mínimo). En cuanto a planetas enanos, Sedna tarda 11 400 años en completar su órbita. Además, su perihelio está mucho más lejos que Neptuno. Sin embargo, en el momento de su descubrimiento, Sedna estaba más cerca de la Tierra que Farfarout, de ahí que no sea el objeto más lejano observado.
Farfarout no sirve para descubrir otros objetos
El hecho de que Farfarout se vea muy influenciado por las interacciones gravitacionales con Neptuno es todo un problema. Su órbita y movimiento no puede utilizarse para determinar si hay otro planeta masivo en los rincones más lejanos del Sistema Solar. Esto sucede porque es Neptuno el objeto que domina sobre la órbita del planetoide. Solo objetos como Sedna, que nunca llegan a acercarse a Neptuno lo suficiente como para verse influidos por su gravedad, resultan útiles en este sentido. Esos objetos sí podrían ser una pista.
Hay que recordar, sin embargo, que por ahora no está claro que el Planeta Nueve exista realmente. Pero, si estuviese ahí, son Sedna, 2012 VP113 y otros objetos los que permitirán confirmarlo. Por su parte, Farfarout sí podría ayudar a comprender cómo se formó y evolucionó Neptuno. No es descartable, dicen los investigadores, que Farfarout fuese expulsado hacia las regiones exteriores del Sistema Solar por su interacción con Neptuno. Algo que podría haber sucedido, por ejemplo, en las primeras etapas de este pequeño rincón de la Vía Láctea.
En cualquier caso, la confirmación de Farfarout es muy interesante por lo que plantea para el futuro. Ahora mismo ya se dispone de la capacidad de detectar un objeto, de unos 400 kilómetros de diámetro, mucho más lejos de lo que está Plutón. Con el paso del tiempo, se podrán detectar cada vez objetos aún más distantes (y esperemos que al siguiente no lo denominen Farfarfarout…). En los confines del Sistema Solar hay muchos objetos que podrían ser planetas enanos. Queda mucho por descubrirse todavía en nuestro propio sistema…
Referencias: Phys