Desde el anuncio de la posible existencia de un planeta más en el Sistema Solar, el Planeta Nueve ha dado lugar a la publicación de muchos estudios a favor y en contra. Un nuevo estudio plantea que quizá, por mucho que se busque, no se encontrará ese planeta porque no existe…
El Planeta Nueve no parece necesario
Desde que se plantease su existencia, no se ha logrado avanzar en la detección de un nuevo planeta en el Sistema Solar. El Planeta Nueve, la denominación por la que se conoce a ese posible objeto, se apoya en observaciones que parecen apuntar a que algo se oculta en los confines de esta parte de la Vía Láctea. Algunos de los objetos transneptunianos, mucho más allá de la órbita de Neptuno, describen órbitas muy llamativas. Son muy elípticas y están inclinadas, como la de Plutón. Además, se acumulan en una misma región del Sistema Solar.
Eso parece indicar que, en el extremo opuesto, debería haber un objeto masivo, que estaría provocando ese apilamiento. Es, a grandes rasgos, lo que llevó a Mike Brown y Konstantin Batygin a plantear que podría haber un planeta masivo que todavía no había sido detectado. Ahora, Samantha Lawler, Profesora asistente de Astronomía en la Universidad de Regina, Canadá, duda de que realmente haga falta su existencia para explicar lo observado. Lo detalla en un artículo que ha publicado en The Conversation, en el que repasa en qué punto se encuentran las evidencias.
En su artículo, Lawler destaca que hay muchas dudas en la comunidad astronómica sobre la existencia del Planeta Nueve. Algo que se puede comprobar revisando los estudios publicados a lo largo del tiempo, desde que se plantease su existencia en 2016. Hay que recordar, sin embargo, que desde un principio se ha perseguido con mucho escepticismo. Los propios Brown y Batygin avisaban de que sus conclusiones no indicaban necesariamente la existencia de un objeto masivo. Simplemente, el Planeta Nueve parecía tener un buen cimiento para plantear su existencia.
¿Es momento de despedirse del Planeta Nueve?
Según Lawler, que ha estudiado los objetos distantes del Sistema Solar, es hora de dar carpetazo a la idea del Planeta Nueve. Los objetos descubiertos en los últimos tiempos, con la misión Outer Solar System Origins Survey (OSSOS), apunta a que el culpable podría ser más cercano y más familiar: Neptuno. Según explica, las diferentes simulaciones por ordenador muestran que las órbitas de esos objetos pueden explicarse recurriendo al planeta más alejado del Sol. Algo posible si el planeta se formó, originalmente, más cerca de lo que lo está hoy en día.
De ahí, migraría hacia el exterior, a su órbita actual. La migración de Neptuno permitiría entender por qué se observan esos objetos en órbitas extrañas. Si el Planeta Nueve existiese, tendría que ser 10 veces más masivo que la Tierra para poder provocar los efectos observados. Sin embargo, Lawler cree que podría tratarse, simplemente, de un sesgo de observación. A pesar de que hubo dos equipos diferentes que, a través de sus estudios, plantearon la existencia de un posible noveno planeta, hasta ahora, todas las evidencias son indirectas.
A lo largo de cinco años, un grupo de investigadores, del que forma parte Samantha Lawler, ha buscado objetos transneptunianos con la ayuda del Telescopio Canadá-Francia-Hawái. Descubrieron más de 800, doblando la cantidad de objetos transneptunianos con órbitas conocidas. Algo que ha permitido ampliar el catálogo de objetos conocidos. La dificultad para observar estos objetos provocaría, precisamente, ese sesgo de observación. Son muy tenues y tienen órbitas pequeñas, por lo que solo se pueden descubrir cuando su órbita los acerca al Sol.
La dificultad de observar objetos transneptunianos
Esto provoca que no sea sencillo detectar objetos transneptunianos. Por ejemplo, es mas fácil encontrarlos fuera del plano de la Vía Láctea, donde se pueden confundir con las estrellas de la galaxia. A pesar de ello, el estudio ha permitido observar objetos muy distantes con una distribución uniforme. No se observa esa acumulación en una parte concreta del Sistema Solar, como parecía suceder con las evidencias del Planeta Nueve. Pero, para entender si realmente era así, Lawler y sus compañeros recurrieron a las simulaciones por ordenador.
Así, determinaron que, si se observase la región más allá de Neptuno, utilizando un telescopio durante una única estación, los objetos transneptunianos sólo serán observados en una región concreta. Dicho de otro modo, dónde se detecten esos objetos dependerá de en qué momento tengan lugar las observaciones. Todo esto lleva a la investigadora a concluir que no hay suficientes evidencias para el Planeta Nueve. Las simulaciones indican que debería haber muchos más objetos transneptunianos con órbitas extrañas y lejanas, como las ya observadas.
Pero también muchos otros objetos con órbitas mucho más cercanas al Sol y menos pronunciadas. Si está en lo correcto, el Planeta Nueve perdería uno de sus principales apoyos. A fin de cuentas, se podría deducir que estos hallazgos solo son excepcionales porque nuestra tecnología todavía no es lo suficientemente madura. No podemos ver objetos transneptunianos mucho más tenues y, por eso, no se puede obtener una imagen más completa del Cinturón de Kuiper. Pero, para bien o para mal, el debate sobre el Planeta Nueve seguirá en pie mucho tiempo…
Referencias: Universe Today