El océano de Encélado podría ser más activo de lo que se plantea habitualmente. Es posible que tenga corrientes que serían similares a las que se pueden observar en la Antártida. Es parte del esfuerzo por entender hasta qué punto el satélite de Saturno podría ser habitable…

El océano de Encélado es un lugar muy interesante

Nuevas hipótesis plantean que, por la forma de la capa de hielo, a 20 kilómetros de profundidad, el océano que Encélado oculta bajo su superficie podría experimentar corrientes similares a las de la Tierra. El satélite ha sido, desde hace ya unos años, un objeto de estudio muy intenso. El descubrimiento de la sonda Cassini, en 2014, de docenas de géiseres en la superficie llamó la atención del mundo científico. Este nuevo estudio, sin embargo, pone en duda la impresión que se tenía hasta ahora. Se sugería que el océano de Encélado sería muy homogéneo.

El océano de Encélado podría tener corrientes
Encélado, visto por la sonda Cassini. Crédito: Cassini Imaging Team, SSI, JPL, ESA, NASA

Solo habría algo de mezcla vertical por el calor procedente del núcleo del satélite. Con más estudios y observaciones, puede que sea posible determinar mejor hasta qué punto el océano de Encélado es hospitalario para la vida microbiana. Algo extensible a otros satélites que tengan condiciones similares, como podría ser el caso de Europa. El trabajo podría ayudar a determinar qué regiones del océano bajo la superficie son más habitables. Algo que podría ser muy útil para la búsqueda de vida en otros lugares del Sistema Solar y la Vía Láctea.

En este estudio se sugiere que la concentración de sal en el océano de Encélado varía según la región en la que nos encontremos. Esto puede alterar los patrones de circulación. Si se demostrase que es correcto, estaríamos ante algo similar a lo que los oceanógrafos observan en las regiones de océano que, en la Tierra, rodean a la Antártida. Pero no es la única pista que se tiene al alcance. Las mediciones de la sonda Cassini, de gravedad y calor, indican que la capa de hielo es más fina en los polos de Encélado que en su ecuador…

Los factores que afectarían a las corrientes

Ese congelamiento y calentamiento del hielo sería también un factor que afectaría a las corrientes oceánicas. El agua salada, al congelarse, suele liberar su sal. Esto provoca que el agua a su alrededor se vuelva más pesada y se hunda. El deshielo tendría el efecto opuesto, al diluir la sal y reducir la densidad del agua. Si se puede determinar la distribución de hielo, explican los investigadores, podrán limitar los patrones de circulación del océano. La observación de las corrientes en la Antártida parece que ha resultado muy útil.

Los investigadores plantean que las regiones de deshielo y congelación de Encélado estarían conectadas por corrientes. Esto provocaría la aparición de un patrón de circulación que se extendería desde el polo al ecuador. Podría mover calor y nutrientes alrededor del Satélite, que tiene unos 500 kilómetros de diámetro. Sin embargo, esto no quiere decir que la Antártida sea un espejo con el que poder entender qué condiciones se dan en el interior de Encélado. Los investigadores avisan de que hay diferencias muy importantes.

Aspectos que no se pueden pasar por alto. Por ejemplo, de media, el océano terrestre tiene una profundidad de 3,6 kilómetros. En el caso de Encélado, su profundidad media es mucho mayor, al menos ocho veces superior. El patrón de calentamiento también es diferente. Los océanos de la Tierra son más cálidos en la superficie, cerca de los rayos del Sol. Sin embargo, el agua de Encélado seguramente sea más cálida en el fondo del océano. Esa es la parte que se encontraría más cerca de la fuente de calor: el núcleo del satélite.

El océano de Encélado seguirá dando mucho que hablar

Aunque la misión de la sonda Cassini terminó en 2017, los investigadores disponen de todos los datos archivados, así como de las observaciones de Encélado a través de telescopios. Material suficiente para poder trabajar hasta que una nueva misión, en el futuro, visite Encélado. No será lo mismo en el caso de Júpiter y sus mundos. En las décadas de 2020 y 2030, recibirán las visitas de la misión Europa Clipper, de la NASA, y de la misión Jupiter Icy Moons Explorer (JUICE) de la Agencia Espacial Europea, que profundizarán en Europa.

Concepto artístico de Europa Clipper sobrevolando Europa. Crédito: NASA/JPL-Caltech

Todo esto pone de relieve, una vez más, el interés que despiertan tanto Europa como Encélado. Ambos son lugares que albergan océanos en su interior. Por sus características, podrían resultar habitables para la vida microbiana. Es decir, existe la posibilidad de responder a una de las grandes preguntas de la astronomía moderna sin necesidad de abandonar el Sistema Solar. Tanto Europa Clipper como JUICE serán misiones tremendamente atractivas. Ninguna de las dos, en principio, va a permitir obtener esa respuesta tan ansiada.

Pero serán grandes pasos para poder entender mejor cómo son las condiciones de Europa y, por extensión, de Encélado. Eso junto a los datos de la sonda Cassini, para el satélite de Saturno, permitirá que los estudios sigan adelante durante los próximos años. No es una simple cuestión de determinar si podría haber vida microbiana en el Sistema Solar. Estos mundos oceánicos son muy abundantes en la galaxia. Por ello, se ha planteado que la vida podría ser más abundante en planetas (y satélites) que sean similares a Europa o Encélado, que en planetas rocosos como la Tierra…

Estudio

El estudio es A. Lobo, A. Thompson, S. Vance y S. Tharimena; «A pole-to-equator ocean overturning circulation on Enceladus». Publicado en la revista Nature Geoscience el 25 de marzo de 2021. Puede consultarse en este enlace.

Referencias: Space