La misión Luna 25, de Rusia, ha terminado de manera inesperada debido a un incidente en las maniobras previas al aterrizaje de la nave. Supone un varapalo para el país, que esperaba poder comenzar la exploración independiente de la Luna muchos años después de su última misión del estilo…

La misión Luna 25 se estrelló tras un incidente en las maniobras previas

La sonda Luna 25 era muy importante para Rusia. Se trata de la primera misión que el país lleva a cabo, con destino a la Luna, en casi 50 años. Todo parecía estar en orden hasta que, este pasado sábado, llegó el sobresalto. A las 11:57 GMT (las 14:57 en Moscú) se perdieron las comunicaciones con la nave. Roscosmos, la agencia espacial rusa, ha explicado que tuvo lugar tras un incidente en las maniobras previas al aterrizaje. De momento, solo se han publicado los hallazgos preliminares, por lo que habrá que esperar a tener las conclusiones definitivas.

La misión Luna 25 se estrella en la superficie de la Luna
Maqueta de la nave Luna 25. Crédito: Wikimedia Commons/Pline

Pero, en palabras de la agencia, «Luna 25 ha dejado de existir tras una colisión con la superficie de la Luna«. Tanto en la jornada del sábado 19 como el domingo 20 de agosto, la agencia espacial rusa intentó localizar su nave y recuperar las comunicaciones, sin éxito. Esto obligó a dar por terminada la misión y anunciar el fracaso en el intento de aterrizaje de una misión que era más importante de lo que se pudiera pensar. Desde la agencia, ya se ha anunciado que se llevará a cabo una investigación para entender qué ha sucedido.

Naturalmente, quieren descubrir cuál ha sido la causa de la colisión, y por ahora solo se ha explicado lo encontrado en los análisis preliminares. Se enviaron los parámetros incorrectos a la sonda, llevándola a una órbita no prevista y desencadenando la colisión contra la Luna. La consecuencia más importante, en realidad, es el impacto en la imagen del país. Rusia esperaba seguir con el legado del programa Luna, de su época soviética, marcando el regreso a la exploración lunar independiente. Una respuesta al aislamiento, cada vez mayor, de Occidente.

Luna 25 no es la última misión a la Luna

Hay que recordar que Luna 25 era una sonda de unos 800 kilos. Su objetivo era posarse en la superficie del polo sur lunar. Hubiera sido el primero en la historia, y un paso adelante para Rusia. No podemos olvidar que, desde 1989, no ha intentado aterrizar en otro objeto celeste del Sistema Solar. En aquella ocasión, la sonda Phobos 2, de la extinta Unión Soviética, se perdió debido a un error en los ordenadores de a bordo. No fue un fracaso completo, porque la misión logró recoger un buen puñado de información antes de que se perdiese el contacto.

Concretamente, la misión entró en la órbita de Marte el 29 de enero de 1989, recogiendo datos sobre el Sol, el medio interplanetario, Marte y Fobos. Llegó a analizar la superficie y la atmósfera del planeta y envió 37 imágenes de Fobos de vuelta a nuestro planeta. El contacto se perdió poco antes de que tuviese lugar la parte más espectacular de la misión. Phobos 2 se aproximaría a 50 metros de la superficie del satélite y liberaría dos naves que aterrizarían en Fobos. Una sería una nave estacionaria (un aterrizador) y el otro un róver.

En realidad, los problemas comenzaron antes de llegar a la órbita de Marte, cuando dos de los tres ordenadores de a bordo ya estaban fallando. En esta ocasión, parece que el fallo en Luna 25 podría ser humano. Si bien habrá que esperar a la investigación completa para ver por qué se enviaron parámetros incorrectos a la nave. En cualquier caso, hay que recordar que Rusia tiene más misiones Luna planeadas. Habrá que ver qué decisión se toma en este sentido, pero también se está trabajando en dos misiones más: Luna 26 y Luna 27.

Aterrizar en la Luna no es fácil (a pesar de lo que pudiera parecer)

Lo cierto es que aterrizar en la Luna no es fácil. Lo hemos visto este mismo año, con el intento de la compañía japonesa ispace, que también termino en fracaso, después de que HAKUTO-R se estrellase contra la superficie lunar. El director de Roscosmos, Yuri Borisov, ya le había explicado al propio Vladimir Putin, en junio, que la misión era arriesgada. La posibilidad de que terminase en éxito era de un 70%. Así que el fracaso, aunque poco oportuno, era una posibilidad de la que parece que Roscosmos era plenamente consciente.

La cuenca Aitken, en el polo sur de la Luna, fotografiada por la nave Apolo 8. Crédito: Apollo Flight Journal, Apollo 8

A partir de aquí, al margen de la investigación, será interesante ver qué se decide en cuanto a las misiones Luna 26 y Luna 27. Hasta ahora (habrá que ver si la misión cambia de alguna manera), el objetivo de Luna 26 es que se lance en 2027 y que entre en órbita polar (es decir, sobrevolando los polos) de la Luna. Además de llevar a cabo diferentes trabajos científicos, la nave también actuaría como relé de comunicaciones entre la Tierra y las naves que Rusia haya aterrizado en la Luna para ese entonces. La órbita llevaría a Luna 26 a entre 80 y 50 kilómetros de altura.

Luna 27, por su parte, estaba planteada como una misión que enviaría un aterrizador a la Luna, en una misión en la que Rusia colaboraría con la Agencia Espacial Europea. El lanzamiento está previsto para 2028 y se dirigiría al polo sur, a la cuenca Aitken, donde se va a desarrollar gran parte de la exploración lunar de los próximos años y décadas, tanto en misiones robóticas como en las futuras misiones tripuladas. Se ha llegado a hablar de Luna 28, que traería muestras del polo sur lunar a la Tierra. Pero todo esto, naturalmente, dependerá de los próximos pasos de Roscosmos…

Referencias: Phys