Si piensas en un posible mensaje extraterrestre, seguramente no se te pase esta posibilidad por la cabeza… ¿Qué deberíamos hacer si recibiésemos un mensaje que resultase ser malicioso? Algo así como todo ese spam que recibimos en nuestros emails…

Un mensaje extraterrestre sería una gran noticia… en principio

¿Qué deberíamos hacer si recibiésemos un mensaje extraterrestre?

La página impresa, íntegra, que contiene la señal Wow!
Crédito: Big Ear Radio Observatory and North American AstroPhysical Observatory (NAAPO)

Aunque es una obviedad decirlo, recibir un mensaje extraterrestre sería la gran noticia de la historia de la humanidad. Desde hace décadas, se han hecho algunos esfuerzos en la búsqueda de vida. En este sentido, cabe mencionar a Frank Drake. No solo planteó su archifamosa ecuación. También lideró el proyecto Ozma, que fue, en muchos sentidos, precursor del actual instituto SETI. Fue la primera búsqueda de evidencias de vida extraterrestre inteligente.

En todos estos años, se han hecho diferentes análisis en busca de posibles señales que delatasen la presencia de una civilización avanzada. Cosas como comunicaciones de radio, por poner un ejemplo. Sin embargo, siempre que pensamos en posibles mensajes de otras civilizaciones, planteamos que serían de naturaleza benévola. Algo así como el contenido de los discos de oro de las sondas Voyager.

Pero hay otras posibilidades. ¿Y si fuese un mensaje malicioso? Algo así como un virus informático o spam. No es una simple extravagancia. Una civilización extraterrestre podría ser, perfectamente, de naturaleza hostil. Eso es lo que han planteado algunos científicos a lo largo de los años. Llegando, incluso, a sugerir que quizá no deberíamos intentar buscar vida en otros lugares de la galaxia.

Un mensaje extraterrestre como amenaza

La galaxia de Andrómeda.
Crédito: Adam Evans

No hay ningún motivo para asumir que una inteligencia extraterrestre sería benevolente. Algunos científicos sospechan que nuestra propia historia podría ser un espejo de lo que sucede en la Vía Láctea a mayor escala. Los encuentros entre civilizaciones con poco desarrollo tecnológico y las más desarrolladas no siempre ha terminado bien. Así que no es descabellado pensar que un mensaje alienígena podría ser una amenaza para la civilización.

A fin de cuentas, el universo es incomprensiblemente grande. Solo nuestra galaxia tiene 130.000 años-luz de diámetro. Andrómeda, la galaxia grande más cercana, está a 2,5 millones de años-luz. ¡Y eso solo en nuestro vecindario cósmico! A esto hay que sumarle las limitaciones que nos impone la relatividad especial. No conocemos ninguna manera de viajar más rápido que la luz. Así que, si fuésemos una civilización extraterrestre maligna, un mensaje malicioso sería interesante.

Sería una forma barata y sencilla de erradicar a una civilización. Al menos en comparación a enviar una flota invasora. Con todo esto en mente, un grupo de investigadores han publicado un estudio en el que se enfrentan a estas incógnitas. En él, recomiendan que los posibles mensajes extraterrestres, que recibamos, sean descontaminados antes de usarlo. Pero claro. ¿cómo podría ser una amenaza un mensaje extraterrestre?

Diversas posibilidades

Reverso del disco de oro de las sondas Voyager.
Crédito: NASA

¿Cómo podría ser un mensaje malicioso? Los investigadores plantean varias ideas. Un mensaje extraterrestre podría tener información errónea, diseñada para provocar el pánico o un comportamiento autodestructivo. También podría contener virus o problemas técnicos. Algo que hiciese, por ejemplo, que nuestros ordenadores se estropeasen. Además, es poco probable que un mensaje llegue a un único lugar. Seguramente sería detectado en varios lugares.

¿Sabías que tenemos una «Declaración de principios para las actividades posteriores a la detección de inteligencia extraterrestre»? Fue adoptada por la Academia Internacional de Astronáutica en el año 1989 y actualizada en 2010. En el artículo 6 se hace una observación muy interesante que va, directamente, en contra de lo que plantean los investigadores. No podríamos confinar el mensaje en un único lugar.

Dice así: «El descubrimiento debería ser confirmado y monitorizado. Cualquier dato sobre la evidencia de inteligencia extraterrestre debería ser registrado y guardado permanentemente en la mayor extensión posible y practicable. De una manera que lo hará disponible para futuros análisis e interpretaciones. Estos registros deberían ponerse a disposición de las instituciones internacionales mencionadas anteriormente. Así como miembros de la comunidad científica, para su análisis e interpretación objetivos.»

Un mensaje que se propagaría rápido

El radiotelescopio de Arecibo.
Crédito: H. Schweiker/WIYN y NOAO/AURA/NSF

Dicho de otra manera, no cabe la posibilidad de que ese mensaje pudiese estar confinado. En cuanto se confirmase que viene de una inteligencia extraterrestre, debería estar a disposición de toda la comunidad científica. Antes de que se pudiese determinar si su naturaleza es maliciosa. Incluso si solo hubiese un receptor del mensaje, seguramente sería cuestión de tiempo hasta que otras personas/instituciones lograsen hacerse con él.

¿Qué puede hacerse en ese caso? Una posibilidad que plantean los investigadores es interpretar esos mensajes de forma analógica. Eso, claro está, suponiendo que seamos capaces de identificar que estamos ante un mensaje extraterrestre. Además, que logremos descifrarlo. En este caso, vamos a suponer que sí, que ambos casos son ciertos. Tratarlos de forma analógica es, simplemente, imprimirlos en papel e interpretarlos sin utilizar dispositivos electrónicos.

Es algo que se podría utilizar en ciertos casos. Por ejemplo, si recibiésemos un mensaje como el que se envió en el Mensaje de Arecibo. Así, el único peligro sería el que pudiese plantear el propio mensaje. Que fuese una amenaza para la especie, por ejemplo… Pero puede que recibamos un mensaje formado por códigos complejos. O incluso que tenga una inteligencia artificial incluida. En ese caso necesitaríamos utilizar ordenadores.

En busca de una solución

Este concepto artístico muestra la posible superficie de TRAPPIST-1f.
Crédito: NASA/JPL-Caltech

Para ese escenario, los investigadores revisan una recomendación muy popular. Utilizar un ordenador, que esté completamente aislado, para el análisis. Su conclusión es que incluso un sistema así no sería completamente efectivo. Así que, tarde o temprano, terminaría fallando. Su argumento es que una inteligencia artificial, aunque estuviese confinada, podría manipular a los seres humanos que interactúen con ella para liberarla.

En definitiva, la principal solución es, simplemente, ser precavidos y garantizar que los mensajes que enviemos sean benignos. Los propios investigadores mencionan que consideran poco probable que un mensaje vaya a ser malicioso. Pero no es algo que se pueda descartar por completo. El estudio, en ese sentido, no es tanto para contarnos cómo hacer frente a un posible mensaje malicioso. Es más bien cómo hacer que los nuestros sean lo mejor posible.

De todos modos, no olvidemos que es muy poco probable que nuestro planeta reciba un mensaje extraterrestre. Tendría que venir de una civilización que estuviese muy cerca en términos astronómicos. Así que no es algo que nos deba preocupar especialmente. Eso sí, si un día recibiésemos un mensaje de algún príncipe de TRAPPIST-1 que está intentando preservar su fortuna, lo mejor será borrarlo…

El estudio es M. Hippke, y J. Learned; «Interstellar communication. IX. Message decontamination is impossible». De momento no ha sido enviado a ninguna revista. Puedes consultarlo en la plataforma arXiv, en este enlace.

Referencias: Universe Today