Un astrónomo de la Universidad de Columbia sugiere que la vida, en planetas terrestres, podría aparecer rápidamente una vez las condiciones para ello son las adecuadas. Algo que resulta de lo más interesante, porque se apoya en lo que conocemos sobre la historia de nuestro propio planeta…
La vida en planetas terrestres y su velocidad de aparición
David Kipping, un conocido astrónomo, plantea que nuestro planeta y su historia podría ser muy útil. Como la vida en la Tierra apareció tan pronto como era posible, poco después de su formación, es posible que también suceda en otros lugares. Es decir, que la vida emerja rápidamente en planetas similares al nuestro en cuanto se den las condiciones apropiadas para ello. En su trabajo, explica que es razonable concluir que la vida comienza poco después de la formación del planeta. Además, sin perder de vista la vida inteligente.

Porque nuestro planeta nos muestra una historia que, hasta cierto punto, puede ser un tanto deprimente. La vida apareció tan pronto como era posible, hace más de 3000 millones de años. Sin embargo, la vida inteligente tardó muchísimo en evolucionar. Solo llegó a surgir unos 1000 millones de años antes de que el envejecimiento del Sol haga que la vida en nuestro planeta sea imposible (al menos para la vida compleja). En estudios anteriores se ha determinado que la Tierra terminó de formarse hace unos 4500 millones de años.
La vida pudo aparecer en la Tierra hace unos 4200 millones de años. Por lo que la vida, en ese caso, hubiera tardado apenas 250 millones de años en surgir. Ese es el tiempo que tuvo que transcurrir hasta que las condiciones en nuestro planeta fueron las adecuadas para que la vida echase a andar. En su estudio, Kipping destaca que el envejecimiento del Sol provocará que, en quizá solo 900 millones de años, la Tierra sea incapaz de albergar vida. Si bien es cierto que hay otros trabajos que muestran un panorama más optimista…
La Tierra como ejemplo de otros mundos
En cualquier caso, el razonamiento de Kipping es que, si la vida hubiese tardado más en surgir en la Tierra, podría desaparecer antes de que llegase la vida inteligente. Es decir, los seres humanos no hubiéramos tenido la oportunidad de aparecer. Esto, a su juicio, tiene implicaciones muy importantes en la búsqueda de vida en otros planetas. Especialmente en lo referente a la vida inteligente. Si la Tierra puede servir como demostración de que la vida aparece rápidamente cuando las condiciones son adecuadas, lo mismo podría suceder en otros lugares.
No hay motivos para creer que lo mismo no pueda suceder en otros planetas, similares a la Tierra, que también tengan las condiciones necesarias para la aparición de vida. Para dar solidez a su afirmación, Kipping explica que ha realizado un análisis bayesiano actualizado de los datos para determinar la posibilidad de que se produzca abiogénesis rápidamente. Es decir, la aparición de vida a partir de materia inorgánica. Según su análisis, la probabilidad es de 13 a 1 para otros planetas, aunque con un matiz muy importante.
Esa probabilidad puede cambiar a medida que las estimaciones de la llegada de la vida a la Tierra también lo hagan, gracias a la aparición de nuevas evidencias. Una probabilidad de 10 a 1 ya está considerada una evidencia «robusta» de que la abiogénesis puede suceder rápidamente en mundos así. Kipping remata su trabajo destacando que todas estas suposiciones se han basado en que la vida de nuestro planeta surgió a través de sus propias características. Es decir, no llegó por medio de mecanismos como el de la panspermia.
La vida en planetas terrestres sigue siendo un gran misterio
La panspermia, si recordamos, plantea que la vida pudo llegar a la Tierra de dos maneras diferentes. Uno de los planteamientos más clásicos es que pudieron ser, incluso, microbios los que llegasen al planeta. Otras versiones más modernas sugieren que, en su lugar, fueron los bloques de la vida los que llegaron y, posteriormente, las condiciones de la Tierra permitieron que la vida pudiese echar a andar. En este caso, Kipping opta por la idea, planteada en muchos estudios, que sugiere que nuestro planeta ya tenía ese material desde su formación.

Su suposición también tiene una implicación importante para la vida en esos otros mundos. Imaginemos que el tiempo necesario para que aparezca la vida inteligente, también, es similar a lo que sucedió en nuestro planeta. Si hace falta esperar miles de millones de años hasta que aparezca la vida inteligente, no deberíamos esperar verla en aquellos planetas que tardasen mucho más tiempo en tener condiciones habitables (suponiendo que orbiten en torno a estrellas similares al Sol, con una secuencia principal con una duración similar).
Otro planteamiento, que no se explora en este trabajo, es el de la aparición de vida en planetas terrestres que estén alrededor de enanas naranjas. Estas estrellas todavía están lejos de acaparar toda la atención que para muchos sería deseable. Al estar a medio camino entre las enanas amarillas y rojas, ofrecen muchas ventajas interesantes. Con el tiempo, es posible que también se entienda mejor dónde encajan con relación al resto de astros. Veremos qué sucede en los próximos años, pero poco a poco, al menos, seguimos ampliando nuestro conocimiento sobre cómo y cuándo puede surgir la vida en otros lugares.
Estudio
El estudio es D. Kipping; «Strong Evidence That Abiogenesis Is a Rapid Process on Earth Analogs». Publicado en la revista Astrobiology el 17 de abril de 2025. Puede consultarse en arXiv, en este enlace.
Referencias: Phys