Un grupo de astrónomos ha observado la mayor explosión detectada en el universo. Es considerablemente más potente que la anterior que se había medido. Además, no está completamente claro qué la provocó, aunque los investigadores tienen una buena idea…

La mayor explosión detectada a millones de años-luz

¿Qué es lo que ha sucedido exactamente? Para saberlo, tenemos que poner rumbo a un lugar lejos de la Vía Láctea. Concretamente, al cúmulo de galaxias de Ofiuco, a 390 millones de años-luz. Allí, en el centro se encuentra una galaxia masiva, con un agujero negro supermasivo en su centro. A su alrededor, se puede observar una enorme cavidad, repleta de radiación y electrones. Es el producto de un chorro de material expulsado por el agujero negro. Un fenómeno que no es ni mucho menos desconocido.

Observan la mayor explosión detectada en el universo
Imagen de la galaxia (en la parte superior derecha, en blanco) que alberga al agujero negro supermasivo, en rayos X y radio. Crédito: XMM/GMRT/2MASS/Chandra

Porque, aunque un agujero negro absorbe material. No todo llega a precipitarse a su interior. Parte de ese material, con el ángulo y la velocidad apropiada, puede ser expulsado en una larga columna de material. Sin ir más lejos, la galaxia M87 muestra un largo chorro, de unos 5000 años-luz. Fue el agujero negro supermasivo de esa galaxia, precisamente, el que fue observado a principios de 2019. Se convirtió en uno de los momentos más destacados del año y, también, de la historia de la astronomía.

Sin embargo, inicialmente, los investigadores no creyeron que pudiese tratarse del producto de un agujero negro expulsando una ingente cantidad de material. La cantidad de energía necesaria, para provocar ese resultado, es enorme. De hecho, la mayor explosión detectada hasta la fecha supera a su antecesora en cinco veces. Liberó una cantidad de energía cinco veces superior a la anterior. Aproximadamente, en esa explosión, se liberó 10 000 millones de veces la energía que el Sol emitirá en toda su vida.

Un agujero negro supermasivo tranquilo

Lo más interesante es que, en realidad, las huellas de este fenómeno son indirectas. El agujero negro supermasivo, en estos momentos, está tranquilo. No muestra actividad. Es decir, esa explosión sucedió hace ya algún tiempo y no se trata de un núcleo de galaxia activo. Es el nombre que reciben los agujeros negros supermasivos que están en proceso activo de absorber material. Sagitario A*, el agujero negro supermasivo en el centro de la Vía Láctea, es también un agujero negro supermasivo en fase tranquila.

También es llamativo que, en realidad, no es la primera vez que se observa esta galaxia en particular, ni este fenómeno. Allá por 2016, los investigadores ya lo analizaron recurriendo al observatorio Chandra de rayos X. En aquel momento, descartando la idea de que fuese producto de la actividad de un agujero negro supermasivo, sugirieron que quizá podría deberse a una colisión entre galaxias. En esta ocasión, sin embargo, además de nuevos datos de rayos X, también han incorporado observaciones en el espectro de radio.

Con esos nuevos datos, se dieron cuenta de que, en el interior, de la cavidad creada en el gas por esa explosión, el movimiento de las partículas era muy cercano al de la velocidad de la luz. Fue el desencadenante para reconsiderar la idea que habían descartado inicialmente. No podía ser una colisión entre galaxias, sino un agujero negro supermasivo. Ahora, está inactivo, completamente aislado en su propia burbuja. Es decir, parece que ha dejado de absorber material por culpa de su propia actividad.

Una nueva fuente podría explicar la mayor explosión detectada

Los investigadores han planteado que quizá estemos ante un nuevo tipo de fuentes, que permitan otras observaciones, que puedan ser descubiertas en diferentes lugares del universo. Hallazgos solo posibles en el análisis, a baja frecuencia, de los cúmulos de galaxias que podemos encontrar desperdigados por todo el universo. Es algo que también pone de relieve, además, la importancia de utilizar diferentes partes del espectro electromagnético al analizar un fenómeno. Una práctica cada vez más habitual.

Concepto artístico de una nube de gas girando alrededor de un agujero negro. Crédito: NOAJ

En cualquier caso, hay que tener claro varios aspectos. Primero, no hay ningún tipo de riesgo para la Vía Láctea. Segundo, no es un evento comparable al Big Bang, ni nada similar. Tercero, en realidad todavía quedan muchas preguntas por responder. Los investigadores ya han explicado que necesitarán más datos para poder entender qué ha sucedido. Por ejemplo, una posible pregunta podría ser, ¿qué condiciones han sido las que han provocado que se liberase una cantidad de energía tan tremenda?

Es el enésimo recordatorio, en los últimos años, de que queda mucho por descubrir en el universo. Nuestra tecnología todavía está permitiendo realizar observaciones que, hace solo unas décadas, parecían inimaginables. La combinación de observaciones, en diferentes regiones del espectro electromagnético, de un mismo fenómeno, ayudarán a descubrir mejor cómo funciona el universo. Probablemente no sea la última vez que escuchamos hablar de este fenómeno en esa lejana galaxia en la constelación de Ofiuco…

Estudio

El estudio es S. Giacintucci, M. Markevitch, M. Johnston-Hollit et al.; «Discovery of a giant radio fossil in the Ophiuchus galaxy cluster». Puede consultarse en la popular plataforma arXiv, en este enlace.

Referencias: Universe Today