Desde hace unos años, China está trabajando en el cohete Long March 9 (CZ-9). Lo interesante es que, en un principio, se presentó como un cohete desechable. Sin embargo, hace solo unos meses, anunciaban un cambio de planes, y lo convertirán en un cohete reutilizable. Lo que se mantiene es que será un cohete enorme…

Long March 9, un cohete gigantesco

Long March 9 será un cohete de tres fases, parte de la familia Long March. En principio, tendrá una capacidad de transporte de 150 toneladas a la órbita baja de la Tierra, y de 54 hacia la Luna. El pasado 2 de marzo, la Academia China de Tecnología de Vehículos de Lanzamiento (CALT, por sus siglas en inglés) anunciaba que ha terminado la construcción del primer tanque de propelente del cohete Long March 9. A la noticia le acompañaban algunas imágenes mostrando el tanque terminado y los componentes utilizados. Su tamaño queda fuera de toda duda.

Long March 9, el cohete reutilizable de China
Imágenes de algunos componentes del cohete Long March 9. Crédito: Weixin

El tanque tiene un diámetro de 10 metros, por lo que se convierte en el más grande desarrollado por China hasta ahora. Es algo más ancho que el tanque principal del cohete Starship, de SpaceX (de 9 metros) y del SLS de la NASA (de 8,4 metros). También es el doble de grande que la primera fase del cohete Long March 5, que actualmente es el cohete principal de la Agencia Espacial Nacional China (CNSA). Todo un logro de la ingeniería, que establece los cimientos para el desarrollo de vehículos súper pesados de lanzamiento.

De hecho, esto convierte a China en el tercer país (tras Rusia y Estados Unidos) en conseguir desarrollar un tanque de almacenamiento ultra grande. Así lo expresaba Wang Hailu, editor de la CALT. El diámetro del tanque, decía, es una parte importante de la estructura del cohete. Su diámetro afecta directamente al del cohete, su capacidad de carga y su escala. En comparación los tanques de 5 metros de diámetro, el salto supone aumentar el tamaño, la carga y, en ese proceso, disparar la dificultad de toda la fabricación.

Un tanque grande que tiene que ser ligero

Hu Zhenggen, un investigador del Instituto de Propulsión Aeroespacial de Pekín, y jefe adjunto diseñador del cohete Long March 9 en la Academia de Cohetes de China, explica que no es una simple cuestión de doblar todo. El aumento del tamaño del tanque supone un aumento enorme de volumen. Por lo que, estructuralmente hablando, tiene que ser mucho más fuerte para poder albergar el propelente. Pero, al mismo tiempo, también tiene que ser lo suficientemente fino y ligero para poder minimizar el peso del cohete en su lanzamiento.

Debido a esto, el desarrollo del cohete, y sus componentes, también resalta los avances que ha realizado China en cuanto al uso de materiales avanzados, y la manufacturación de alta calidad. Esto incluye la soldadura por fricción-agitación, en la que el calor se genera por una herramienta rotativa, que une las secciones de material sin tener que fundirlas. Otros retos son la preparación de láminas de gran tamaño y componentes con una forma y propiedades precisas, imprescindibles para poder equilibrar la fuerza con un peso muy bajo.

El proceso de desarrollo, incluyendo los materiales, diseño, fabricación de componentes, ensamblaje y soldadura, y evaluación, duró seis años y fue llevado a cabo por más de 20 grupos de investigación chinos. Anteriormente, el equipo había anunciado la creación de varios de los componentes clave del tanque. Entre ellos estaba un anillo de transición, los pétalos de melón (partes del techo del cohete) y los anillos superior e inferior. En un principio, el cohete Long March 9 fue diseño para ser desechable, pero China ha cambiado sus planes.

El cohete todavía tardará unos años en entrar en funcionamiento

Su intención es convertirlo en un diseño reutilizable, parecido al de Starship. Su primer vuelo, sin embargo, tardará todavía unos cuantos años. No se espera que entre en funcionamiento hasta 2030. A partir de ese momento, el cohete Long March 9 se utilizará para construir la Estación Internacional de Investigación Lunar propuesta por el país. Se trata de un proyecto en colaboración con Roscosmos, que busca rivalizar con el programa Artemisa, de la NASA. La arquitectura de esa misión, de hecho, es muy parecida a la que está planteando la agencia estadounidense.

Concepto artístico de la nave Starship en una base lunar. Crédito: SpaceX

Incluirá una base en la superficie, una instalación de transporte, una estación de investigación y también una instalación de apoyo terrestre. Este desarrollo es parte del objetivo, más grande, de China, de convertirse en una nación que pueda rivalizar en el espacio con NASA. Entre los trabajos previstos en el futuro, está el desarrollo de un nuevo vehículo tripulado, que se espera que se lance en 2027. Habrá una versión más pequeña, que llevará a los astronautas a la órbita baja de la Tierra, y a la estación espacial china Tiangong.

Por otro lado, habrá una versión más grande, que llevará a las tripulaciones a la superficie de la Luna. Es un paso más hacia ese escenario en el que, en un futuro cada vez más cercano, la exploración de la luna y el uso de cohetes enormes sea totalmente habitual. El panorama será muy diferente al de hoy en día, si tenemos en cuenta que Estados Unidos, China y Rusia estarán en su particular carrera espacial. Veremos cómo se desarrolla todo en los próximos años, pero está claro que en China no tienen intención de frenar su desarrollo espacial.

Referencias: Universe Today