La sonda SLIM, lanzada por Japón a finales de 2023, logró posarse en la superficie de la Luna el pasado viernes, 19 de enero. Sin embargo, desde JAXA explicaban que los paneles solares no estaban recibiendo energía y que, por tanto, necesitaban analizar los datos para entender qué había sucedido. Ahora llegan buenas noticias…
La sonda SLIM todavía no está perdida
JAXA, la Agencia Espacial Japonesa, logró un hito histórico el pasado viernes. Su sonda SLIM aterrizó con éxito en la superficie de la Luna. Sin embargo, unas tres horas después, decidieron apagar la nave para permitir una posible recuperación de la nave, cuando la luz del sol alcance sus paneles solares. En un primer momento, se temía que la nave hubiese aterrizado y volcado, de manera que los paneles solares estuviesen apuntando al suelo. La misión, robotizada, ha convertido a Japón en el quinto país que logra aterrizar de manera suave en la Luna.
Antes del apagado de la nave, control de misión logró recibir datos técnicos e imágenes del descenso, así como desde la superficie de la Luna. Así, explican que han recibido multitud de datos y que, en base a lo que muestran los datos de telemetría, los paneles solares están apuntando hacia el oeste. Por lo que, si la luz del Sol llega a la nave desde el oeste, creen que hay una posibilidad de lograr generar energía. Ahora, se van a centrar en preparar la nave para poder aprovechar ese momento y recuperar una misión que parecía haber terminado con su aterrizaje.
No es ni mucho menos raro que las naves se estrellen en la Luna o que haya fallos de comunicación. Hasta esta misión, tan solo cuatro países habían logrado posarse en la superficie de nuestro satélite: Estados Unidos, la Unión Soviética, China y recientemente India. Desde JAXA se ha explicado que se desconectó la nave cuando le quedaba un 12% de energía. El objetivo, con esta maniobra, es evitar llegar al punto en el que el reinicio de la nave pudiese verse afectado. Es una medida, por tanto, para garantizar que todo salga bien.
Nuevo repaso de los datos
Ahora, desde JAXA se está trabajando en un análisis detallado de los datos, para determinar si se cumplió el objetivo más Generalmente, las naves aterrizan en la Luna con un margen de error de varios kilómetros. JAXA había apodado a su nave «Moon Sniper» (francotirador de la Luna) porque buscaban demostrar una precisión de aterrizaje mucho mayor que la de cualquier otra misión. Su objetivo era aterrizar a una distancia máxima de 100 metros del lugar de aterrizaje designado. Algo que todavía no se ha podido confirmar.
Ese análisis permitirá determinar si realmente se ha cumplido ese objetivo. Específicamente, la misión tenía como objetivo aterrizar en un cráter donde el manto lunar, la capa que generalmente se oculta bajo la corteza, se cree que está expuesta en la superficie. El análisis de las rocas de la zona permitiría entender mejor el misterio sobre los posibles recursos de agua que haya en la Luna. Algo que resulta imprescindible para poder construir bases en el futuro, que sirvan como punto intermedio antes de llevar misiones tripuladas a Marte.
A esto hay que sumarle que la sonda SLIM no viajaba sola. Le acompañaban dos pequeñas sondas, LEV-1 y LEV-2, que se separaron poco antes del aterrizaje. Una con un transmisor y la otra diseñada para rodar por la superficie y enviar imágenes a la Tierra. Este último es un pequeño róver, ligeramente más grande que una pelota de tenis, que es capaz de modificar su forma y de moverse con mucha libertad. Su desarrollo ha dependido, en parte, de la misma empresa de juguetes que ha diseñado los populares Transformers.
El futuro de la misión
Por ahora, toca esperar para saber cuáles son los siguientes pasos que seguir. La sonda SLIM ha logrado aterrizar con éxito en la Luna y, al menos por ahora, no es momento de dar carpetazo a la misión. Cabe la posibilidad de que los paneles solares, cuando las condiciones sean las apropiadas, puedan volver a generar energía y que la nave pueda seguir funcionando. Desde JAXA ya han anunciado que habrá más declaraciones a lo largo de la semana, para repasar los resultados de la misión, así como para hablar del estado de la nave.
Aunque no todo ha salido a la perfección, el equipo de la misión espera poder obtener multitud de resultados. Además, el aterrizaje en sí ha sido exitoso. Algo que supone un paso adelante para el país. Las dos misiones llevadas a cabo con anterioridad, una pública y otra privada, habían terminado en fracasos. Ahora, han conseguido poner una nave en la superficie del satélite y, aunque las condiciones no son ideales, habrá mucha información que podrán utilizar. Para Japón, además, es una demostración de que pueden realizar misiones así.
Los expertos consideran que el país asiático necesita demostrar su consistencia, en la tecnología de aterrizajes de precisión, para mantenerse a la cabeza. Esta misión permite demostrar que cuentan con la tecnología necesaria para ser un agente importante en el desarrollo de la exploración lunar y en las actividades que se lleven a cabo en nuestro satélite. Por ahora, tienen un gran punto a favor con el aterrizaje de la sonda SLIM. Veremos si la misión en sí puede prolongarse un poco más o, por el contrario, toca centrar la atención en otro proyecto.
Referencias: Phys