Un grupo de investigadores se ha remontado al pasado lejano de la Tierra, hace más de 4000 millones de años, para determinar cómo llegaron los bloques de la vida a nuestro planeta. ¿Aparecieron por sí mismos o, por el contrario, fueron transportados en meteoritos? Esta segunda opción parece ser la más probable…

El papel de los meteoritos para llevar los bloques de la vida

Un equipo de investigadores ha explicado que los impactos de asteroides en el océano podrían ayudar a explicar la formación de los bloques de la vida. Así, descubrieron la aparición de aminoácidos, que son los bloques básicos de las proteínas, permitiendo demostrar que los meteoritos desempeñan un papel muy importante en transportar los bloques de la vida. No solo eso, hay motivos para creer que pudieron estar presentes, también, en Marte, teniendo en cuenta cómo era hace 4000 millones de años, cuando se parecía más a la Tierra.

Los bloques de la vida pudieron llegar en meteoritos
Concepto artístico de un planetoide chocando contra la Tierra en su juventud. Crédito: NASA/Don Davis

Hay que recordar que, a día de hoy, hay dos grandes teorías sobre cómo pudo surgir la vida en la Tierra. Una plantea que se formó en nuestro propio mundo, con las condiciones que poseía nuestro planeta hace más de 4000 millones de años. En otra, conocida como panspermia, se plantea que esos bloques de la vida fueron entregados a través de colisiones de meteoritos. Según las observaciones del equipo de investigadores, parece que es esta segunda opción la que cobra más fuerza, y abre combinaciones muy interesantes.

Para llegar a esta conclusión, simularon las reacciones que tienen lugar cuando un meteorito se estrella contra el océano. Investigaron las reacciones entre el dióxido de carbono, nitrógeno, agua y hierro en un laboratorio, simulando la colisión. En ese proceso, observaron la formación de aminoácidos como la glicina y la alanina. Ambos son constituyentes de las proteínas, responsables de muchas de las reacciones biológicas. El uso de dióxido de carbono y nitrógeno se debe a intentar simular la atmósfera de nuestro planeta en aquel entonces.

La composición de la atmósfera

Hay que recordar que la atmósfera de nuestro planeta no se ha mantenido inalterada desde su formación. En su infancia, durante el Eón Hádico, estaba compuesta principalmente por esos dos gases. Así, los investigadores explican que crear moléculas orgánicas a partir de metano y amoniaco no es difícil. Pero, recuerdan, ambos eran elementos poco abundantes en la atmósfera de aquel entonces. El hallazgo, en realidad, indica que a través del dióxido de carbono y el nitrógeno también se forman aminoácidos, resaltando su importancia.

El cráter del Lago Lonar, formado por el impacto de un meteorito hace 50 000 años. Crédito: Wikimedia Commons/Vivek Ganesan

Ambos eran muy abundantes en la joven atmósfera terrestre y, según lo publicado en su estudio, serían dos elementos perfectos para permitir la formación de los bloques de la vida. Si están en lo correcto, podría suponer un punto a favor de una de las teorías más populares para explicar cómo pudo llegar la vida a la Tierra. Algo que abre también un conjunto de posibilidades que es, como mínimo, intrigante. En este caso, parecería que basta con disponer de un océano, dióxido de carbono y nitrógeno para poder encontrar los bloques de la vida.

¿Cuántos lugares de la Vía Láctea podrían reunir esas condiciones y, además, estar en su zona habitable? Allá donde se cumplan todos esos requisitos, podríamos estar observando posibles escenarios donde la vida podría abrirse camino, con el paso del tiempo, gracias al impacto de asteroides en sus océanos. A decir verdad, ni siquiera necesitamos irnos del Sistema Solar. En nuestro propio rincón de la galaxia, Marte también tenía una atmósfera muy similar cuando se formó. Pudo reunir las condiciones necesarias.

El papel de la panspermia en la dispersión de los bloques de la vida

Por lo que no parece descabellado suponer que, teniendo en cuenta este estudio, Marte también pudiese tener los bloques de la vida en su infancia. Su destino era diferente, y pudo mantener condiciones habitables durante mucho menos tiempo que la Tierra. Pero seguimos hablando de miles de millones de años en los que la vida, quizá, pudo llegar a aparecer en el planeta rojo. En cualquier caso, no supone que la hipótesis de la panspermia se convierta en la respuesta correcta. No solo eso, hay que recordar que tiene muchas variantes.

Concepto artístico de Marte poco después de su formación, con agua líquida en su superficie. Crédito: NASA/GSFC

Puede que los meteoritos sean cruciales para traer esos ingredientes a un planeta, cuando chocan contra un océano. Pero no quiere decir, pensando en otras variantes, que la vida, una vez haya aparecido en algún mundo, pueda viajar a otros lugares de su sistema planetario resguardada en el interior de un meteorito. Lo que sí hace es plantear un mecanismo que no es único del Sistema Solar. En muchos otros lugares de la galaxia, lógicamente, habrá asteroides chocando contra la superficie de algún planeta. Algunos tendrán las condiciones apropiadas.

Así que, quizá, lo que sucedió en la Tierra sucedió en muchos otros lugares. Si fuese así, cabría preguntarse por qué no hemos logrado encontrar señales de vida extraterrestre. Quizá falte algo más para que la vida eche a andar en uno de estos planetas. O puede que, simplemente, todavía no tengamos la tecnología lo suficientemente avanzada como para poder llevar a cabo la detección de vida en otros lugares de la galaxia. Sea como fuere, es un paso más en un camino que nos lleva a intentar responder una pregunta apasionante…

Estudio

El estudio es Y. Takeuchi, Y. Furukawa et al.; «Impact-induced amino acid formation on Hadean Earth and Noachian Mars». Publicado en la revista Scientific Reports el 8 de junio de 2020. Puede consultarse en este enlace.

Referencias: Phys