El rover Curiosity, de la NASA, continúa sus investigaciones de Marte, y ahora un nuevo análisis nos muestra que el planeta podría estar cubierto de materiales orgánicos, lo que nos abre la puerta el pasado del planeta y su relación con la vida…

Repartidos por toda la superficie

Imagen de Marte, tomada por el rover Curiosity el 3 de abril de 2016. Crédito: NASA/JPL-Caltech/MSSS

Imagen de Marte, tomada por el rover Curiosity el 3 de abril de 2016.
Crédito: NASA/JPL-Caltech/MSSS

Por lo que ha trascendido, los materiales orgánicos podrían estar presentes en toda la superficie del planeta rojo y, con toda probabilidad, también podrían encontrarse en el registro geológico, y eso nos lleva a la pregunta inevitable. ¿Pudo haber vida en el pasado? Todavía no lo sabemos, pero podría ser un punto más a favor en una montaña de evidencias que apuntan a que Marte, en su juventud, era un planeta muy diferente al que conocemos hoy en día.

La misión original de Curiosity era determinar si el planeta rojo tenía los ingredientes químicos y entornos apropiados para poder sostener vida microbiana. Tras cumplir ese objetivo con bastante rapidez, los científicos comenzaron a utilizarlo para profundizar en las evidencias sobre la habitabilidad de Marte en el pasado, centrando su atención en los lugares en los que pudo haber vida y comprender qué evidencias podrían haber aguantado el paso del tiempo.

Parte de esa búsqueda se centró en los materiales orgánicos, que ha terminado llevándonos a este descubrimiento. Es muy posible que estén presentes en toda la superficie marciana, algo que hace cuatro años, cuando fue lanzado Curiosity, pocas personas se hubiesen atrevido a afirmar. Eso sí, no quiere decir que tengamos evidencias irrefutables de que Marte tuviese vida en el pasado, porque de momento no sabemos cuál es su origen, ni cómo es posible que ese material haya sobrevivido en el hostil entorno del planeta, donde la radiación recibida de rayos cósmicos, y de nuestro propio Sol, es mucho mayor que en la Tierra.

Útil para el pasado y el futuro

El rover Curiosity haciéndose un autorretrato sobre la superficie de Marte. Crédito: NASA

El rover Curiosity haciéndose un autorretrato sobre la superficie de Marte.
Crédito: NASA

Estos compuestos han sido encontrados en muestras extraídas de rocas que fueron analizadas químicamente. Tanto si su origen es biológico como geológico, la abundancia de materiales orgánicos tiene implicaciones, tanto para la vida que pudiese haber en el pasado, así como las misiones que podamos desarrollar en el futuro, en el que la posibilidad de cultivar allí mismo sería de vital importancia para sostener una colonia humana.

Del mismo modo, durante este tiempo, Curiosity ha ido ascendiendo por el Monte Sharp, encontrado múltiples ejemplos de minerales ígneos que han sido alterados. Eso quiere decir que la cuenca sedimentaria en la que se encuentra es un reactor químico. Estos minerales están siendo transformados, bajo diferentes circunstancias químicas, en otros compuestos diferentes. Todavía no está muy claro qué quiere decir, pero es interesante porque está relacionado con la habitabilidad.

En busca de fósiles alienígenas

Debido a la atmósfera de Marte, el planeta es más frío de lo que lo sería la Tierra si estuviese a una distancia similar del Sol

Debido a la atmósfera de Marte, el planeta es más frío de lo que lo sería la Tierra si estuviese a una distancia similar del Sol

El equipo de investigadores del rover también ha realizado avances en la búsqueda de posibles tipos de roca que puedan preservar evidencias de vida pasada. La más prometedora, hasta el momento, es una roca rica en silicatos que tiene una composición química muy similar a la de rocas, presentes en la juventud de nuestro planeta, que contienen restos fósiles. El silicato es un material con una gran capacidad de supervivencia al paso del tiempo. Si se deposita lo suficientemente pronto, es capaz de preservar la información que nos interesa, y en Marte parece estar muy presente.

A medida que Curiosity ha seguido su ascenso, también ha descubierto concentraciones cada vez más altas de boro dentro de las rocas fracturadas. En la Tierra, el boro está ligado a la formación de la ribosa, uno de los componentes claves del ARN (no confundir con el ADN). Todavía no se han detectado minerales que contengan boro, así que, de nuevo, no podemos tomarlo como una señal inequívoca de que hubiese vida en el pasado, pero es inevitable no pensar en la posibilidad de que tarde o temprano demos con ellos.

Los nuevos resultados de la misión serán presentados en la conferencia de la Unión Geofísica Americana, que está teniendo lugar esta semana en San Francisco.

Referencias: Space