El 6 de febrero de 2018 será un día histórico. SpaceX lanza, por fin, su Falcon Heavy. Es el cohete más grande lanzado hasta la fecha. Todo un hito desde que, en 1973, se lanzase por última vez el cohete Saturn V. Pero, ¿qué hace este momento tan especial?

Un momento histórico

El cohete Falcon Heavy durante la prueba de encendido estático.

El cohete Falcon Heavy durante la prueba de encendido estático.
Crédito: SpaceX

Estamos ante un día histórico para la industria aeroespacial. También para la exploración espacial en general. La cita es a las 19:30 (España), 12:30 (Ciudad de México), 13:30 (Colombia) y 15:30 (Argentina). Si no hay imprevistos, claro. Desde esa hora, habrá unas tres horas de «ventana». Es decir, el tiempo en el que es posible efectuar el lanzamiento del Falcon Heavy. Las condiciones meteorológicas en Cabo Cañaveral son buenas, pero podría haber muchos inconvenientes que provoquen un retraso.

Si sucede, no debería sorprendernos. De ser pospuesto, el lanzamiento podría tener lugar el 7 de febrero. Si no fuese así, habrá otras oportunidades. Se hará desde la plataforma de lanzamiento 39A, que tiene un significado muy especial. Desde ella se lanzó el cohete Saturno V. Fue el último cohete con capacidad de llevarnos a la Luna. Desde entonces, no ha habido ningún cohete igual de grande ni potente.

Saturno V seguirá siendo un cohete único. Para que me entendáis, fue el cohete más alto, pesado y potente que se ha construido nunca (incluyendo el Falcon Heavy). Tenía la capacidad de enviar 140.000 kg a la órbita baja de la Tierra (en ese peso se incluía la nave Apolo). Cabe mencionar que, allá por la década de los 80, la Unión Soviética utilizó el cohete Energía. Era más potente que el Falcon Heavy actual, pero inferior en potencia a Saturno V.

Conociendo el Falcon Heavy

El cohete Saturno V, en las horas previas al lanzamiento de la misión Apolo 17 en 1972.
Crédito: NASA

Es más fácil comparar el Falcon Heavy con el cohete Falcon 9, también de SpaceX. A fin de cuentas, viene a ser su hermano pequeño. El Falcon 9 puede enviar 22.800 kg a la órbita baja de la Tierra. El Falcon Heavy puede llegar a los 63.800 kg. Falcon 9 también puede mandar 8.300 kg a la órbita de transferencia geoestacionaria (la que hay que alcanzar para poder colocar satélites geoestacionarios). Falcon Heavy, 26.700 kg. Si el cohete es reutilizable, Falcon 9 puede llevar 5.500 kg, el Falcon Heavy 8.000 kg.

Con el Falcon 9 se podrían enviar 4.020 kg de carga a Marte. Falcon Heavy lo mejora sobradamente, porque puede mandar 16.800 kg. Es más, mientras el Falcon 9 no podría llegar a los confines del Sistema Solar, Falcon Heavy podría mandar 3.500 kg hasta la órbita de Plutón. A esto hay que sumarle su precio. Cuesta 90 millones de dólares. El cohete más potente en operación, hoy en día, es el Delta IV Heavy de United Launch Alliance.

Puede mandar 32.000 kg a la órbita baja de la Tierra y cuesta entre 300 y 500 millones de dólares. Es decir, estamos ante el segundo cohete más potente desde Saturno V  y, además, es sensiblemente más barato que el cohete más potente que se puede utilizar hoy en día. Con ese dinero ahorrado, por ejemplo, se podría construir un nuevo satélite. Estamos hablando de una cantidad de dinero más que considerable.

Falcon Heavy, un cohete multipropósito

Lanzamiento del cohete Falcon 9 con el satélite Intelsat 35e.
Crédito: Ken Kremer

El que promete ser buque insignia de SpaceX, ha sido diseñado con la intención de que también pueda llevar tripulación a bordo. La compañía ya ha anunciado que tiene un contrato con dos personas, cuya identidad no ha revelado, para enviarlas en un viaje alrededor de la Luna hacia final de 2018. Este primero lanzamiento es solo una demostración. No hay que tomárselo como otra cosa. Es más, no deberíamos esperar grandes logros.

El propio Elon Musk ha reconocido que espera que se eleve lo suficiente como para no dañar la plataforma de lanzamiento. Para él, ya sería un éxito. A fin de cuentas, no hay que olvidar que este es el broche de oro a un trabajo de varios años. En 2011 fue cuando, por primera vez, se comenzó a hablar de la idea del Falcon Heavy. En aquel momento, Musk esperaba que el primer lanzamiento tuviese lugar en 2013.

No parecía muy descabellado, a decir verdad. Porque en realidad el Falcon Heavy es, simplemente eso, un hermano mayor del Falcon 9. La idea, sobre el papel, parece bastante simple. Se acopla la primera fase de dos cohetes Falcon 9 a un cohete central, que es un Falcon 9 modificado. Sin embargo, como ha explicado el propio Musk, no es tan simple como parece. Ese «pequeño» cambio modifica la aerodinámica, la distribución de carga, triplica las vibraciones… En fin, un montón de inconvenientes que era necesario resolver antes de poder lanzarlo.

El vuelo inaugural

El Tesla Roadster rojo que viajará en el cohete Falcon Heavy.
Crédito: SpaceX

En este primer despegue, el cohete Falcon Heavy llevará a bordo un Tesla Roadster. Concretamente, el del propio Elon Musk que, como quizá sepas, también es el dueño de Tesla (y está detrás de Hyperloop, un interesante proyecto de alta velocidad…). Suponiendo que el lanzamiento vaya bien, el objetivo es poner el coche en una órbita muy elíptica que lo llevará, de cuando en cuando, cerca de Marte. Muy en la línea de Elon Musk, que ha hecho público y notorio que su objetivo es llevar humanos al planeta rojo.

Si el lanzamiento no sale bien, tampoco será un fracaso. El estreno de un nuevo cohete no es una tarea sencilla. Por mucho que se trate de una versión «mayor» de uno ya existente. Todo depende de cómo y cuánto tarden en resolver los problemas que surgiesen. En cualquier caso, el lanzamiento de Falcon Heavy abre un montón de oportunidades. que es lo que hace realmente interesante toda esta historia. Gracias a este cohete, podremos tener desde misiones a la Luna (tanto tripuladas como robóticas) a misiones robóticas a lugares lejanos.

Eso incluye sitios como Encélado, del que tanto se ha hablado últimamente porque existe la posibilidad, aunque quizá sea remota, de que el océano bajo su superficie pueda tener vida. En el caso concreto de la Luna, podría hacer que los planes de Trump de centrar de nuevo la atención de la NASA en el satélite sea económicamente viable. En cuanto a la exploración espacial en sí, podría permitirnos alcanzar sitios como el satélite de Saturno en solo unos años.

El primero de una nueva serie de cohetes pesados

Concepto artístico del cohete SLS, de la NASA.
Crédito: NASA

Además, Falcon Heavy es el primer cohete de una serie de cohetes muy pesados que, si todo va bien, entrarán en funcionamiento en los próximos años. Blue Origin, la compañía de Jeff Bezos (fundador de Amazon) trabaja en el cohete New Glenn que saldrá en 2020. La NASA también está trabajando en su propio cohete pesado, el Sistema de Lanzamiento Espacial (SLS, por sus siglas en inglés). En la imagen se puede ver un concepto artístico. Este cohete y la cápsula Orión permitirán enviar astronautas a lugares remotos, como Marte.

Debería entrar en funcionamiento, también en la década de 2020. Así que los próximos años pueden transformar radicalmente nuestra relación con el espacio. Especialmente la de los menores de 45 años. No hemos vivido en un período en el que hubiese cohetes tan potentes. Todo esto servirá para acercarnos aun más a ese ambicioso objetivo de que haya astronautas en la superficie de Marte en la década de 2030.

El futuro de la industria aeroespacial pasa por aquí, especialmente en todo lo relacionado a la presencia humana lejos de la Tierra. Porque es lo que necesitamos para poder establecer una base lunar, o una colonia en Marte. No podremos hacer algo así con los cohetes actuales. El objetivo del Falcon Heavy, además, es que sea reutilizable y mucho más barato que sus competidores. Si lo deseas, puedes seguir el lanzamiento del Falcon Heavy a través de Internet, desde la propia página de SpaceX… ¡y desde aquí mismo!.

Mucho por hacer, pero mucho para soñar

Concepto artístico de una base lunar.
Crédito: Science Photo Library

Hay mucha expectativa alrededor de este lanzamiento. No es para menos. Es la primera vez que tenemos la oportunidad, desde principios de la década de los 70, de soñar con enviar naves y tener presencia más allá de la órbita baja de nuestro planeta. Es un gran paso. No importa si el lanzamiento sale bien o no. Es más, para evitar decepciones, no esperaría nada que no sea ver explotar el Falcon Heavy en el momento del despegue.

Todo lo que no sea eso, será un triunfo. Este es el primer paso de una nueva era en la exploración espacial. Una era que ya no está siendo motivada por una guerra fría entre naciones, sino por la cooperación y, también, el interés de compañías privadas. ¿Hasta donde nos llevará esta nueva etapa? No lo sé. Pero sí espero que, en los próximos años, todo haya cambiado hasta el punto de que los lanzamientos a lugares más allá de la Tierra sean «normales», con objetivos que pueden ser muy ambiciosos, como una base lunar, por ejemplo…

Habrá que ver qué sucede. En cualquier caso, ¡no te lo puedes perder porque es un momento histórico! La espera ha sido muy larga, pero estamos ante un nuevo capítulo de la exploración espacial. Uno que promete ser apasionante en muchos sentidos. Si encima el lanzamiento sale bien, el éxito va a ser espectacular. Si no sale bien, recuerda, es uno de los resultados más probables, así que no será ningún drama.