Blue Origin, la compañía de Jeff Bezos, ha recibido una nueva sentencia en su contra. Un tribunal federal estadounidense le ha quitado la razón en su batalla contra SpaceX. Es un movimiento que pone fin a una batalla legal que se ha prolongado durante los últimos meses…

La sentencia contra Blue Origin es un paso adelante para Artemisa

Que Blue Origin haya recibido un varapalo, en forma de sentencia contra su aspiración a hacerse con el contrato de aterrizaje en la Luna es una gran noticia. No tanto porque Jeff Bezos pueda despertar mayor o menor simpatía, sino porque, desde que se adjudicase el contrato del HLS (Human Landing System, Vehículo de Aterrizaje Humano), las trabas al Programa Artemisa no han cesado. En los últimos meses hemos sido testigos de una campaña contra la compañía de Elon Musk que, en ocasiones, ha rozado lo vergonzoso.

Un juez dicta una nueva sentencia contra Blue Origin
Concepto artístico del modelo planteado por Blue Origin. Crédito: Blue Origin

Esta sentencia es muy importante porque pone fin a una batalla legal que ha impedido a la NASA avanzar en su programa. No podían trabajar con SpaceX en esa versión modificada de Starship que servirá como vehículo de aterrizaje en la Luna. Es una pieza imprescindible, porque los astronautas viajarán en esta nave hasta la superficie del único satélite natural de la Tierra. De hecho, desde la propia agencia espacial no han perdido el tiempo. En cuanto se hizo pública la decisión, anunciaron que retomarán el trabajo con SpaceX tan pronto como sea posible.

Hay que recordar que, en abril de 2021, la NASA anunció que le había otorgado el contrato a la compañía de Elon Musk. Una adjudicación con un valor de 2900 millones de dólares. Una decisión que Blue Origin no consideró apropiada, iniciando el largo proceso que nos ha llevado a este punto. Ya en aquel entonces, planteaban que el proceso de selección de la compañía había sido injusto. Entendían que la NASA debería haber ofrecido más de un contrato, como ya había hecho en ocasiones anteriores. La agencia espacial se escudó en falta de presupuesto.

Un obstáculo tras otro

Ya en aquel primer intento, Blue Origin se encontró con la negativa por parte de las autoridades del gobierno de Estados Unidos. Entendían que no se había procedido de manera inapropiada. Así que la compañía de Jeff Bezos decidió acudir a la justicia. Presentó su nueva queja en el Tribunal de Reclamos Federales (Court of Federal Claims). Ha sido aquí donde el juez Richard Hertling ha dictado sentencia contra Blue Origin. El razonamiento todavía no ha sido publicado y permanece sellado, pero es de esperar que se conozca en breve.

Sea como fuere, las reacciones no se han hecho esperar. Por un lado, la propia Blue Origin explicaba, en un mensaje publicado por la compañía, que su queja había sido útil. A su modo de ver, destacaba los importantes problemas de seguridad en el proceso de selección, del Sistema de Aterrizaje Humano, que todavía deben ser corregidos. Asimismo, añadía la compañía, siguen profundamente entregados al éxito del programa Artemisa. Destacan que todavía tienen varios contratos con NASA para lograr el objetivo de regresar al satélite.

Alguien que tampoco se hizo esperar fue Elon Musk, que no dudó en responder (a un tweet informando de la noticia) con un «You have been judged!» (¡Ha sido juzgado!) del juez Dredd, un personaje de ficción. Pero, al margen de cualquier otra consideración, es importante tener en cuenta lo que supone esta decisión. La NASA ha llegado a acusar a Blue Origin, y a Jeff Bezos específicamente, de tener como primer interés, únicamente, a su propia compañía y figura. Le llegaron a acusar de pensar únicamente en sus intereses, por encima del sueño de millones de personas.

Todavía sin fechas concretas para Artemisa III

Después de la sentencia contra Blue Origin, parece razonable suponer que tarde o temprano sabremos algo más sobre la misión Artemisa III. De momento, la primera misión tripulada, de esta nueva aventura, sigue planeada para octubre de 2024. Sin embargo, hay diferentes componentes, como los nuevos trajes espaciales, que no estarán disponibles antes de 2025. Son una pieza esencial para regresar a la Luna. Por ello, se está hablando de que Artremisa III podría verse retrasada hasta 2028. Pero, de forma oficial, todo sigue planeado para 2024.

El retraso que ya ha sido confirmado es el de Artemisa I. La primera misión del programa, que tiene como objetivo validar el nuevo cohete (llamado Sistema de Lanzamiento, SLS, por sus siglas en inglés) y la cápsula Orión, no tendrá lugar antes de febrero de 2022. Tras ella, Artemisa II, llevará una tripulación alrededor de la Luna, pero sin llegar a descender a la superficie. La misión está prevista para septiembre de 2023, pero no es una fecha definitiva. Los retrasos son algo habitual en este tipo de misiones y proyectos tan complejos.

De hecho, sería un error pensar que Artemisa III, si finalmente se retrasa (algo que parece cada vez más probable) se deba únicamente a los retrasos provocados por Blue Origin. El retraso en la entrega de los nuevos trajes espaciales es otro argumento muy importante. Además, ni siquiera hace falta irse tan lejos. La misión Artemisa I ha sido retrasada en multitud de ocasiones. No en vano, hay que recordar que originalmente se planeaba para 2016. Lo importante, en este caso, es que hay una preocupación menos para la agencia espacial estadounidense…

Referencias: Phys