La NASA ha anunciado que el róver VIPER aterrizará en el cráter Nobile. Está en el polo sur de la Luna, un lugar en el que hay mucha atención puesta. El propósito de la misión es encontrar hielo, pensando en cosas como la presencia de seres humanos a largo plazo en nuestro satélite…
El róver VIPER investigará un cráter de impacto
No habrá que esperar mucho, en comparación a otras misiones, para ver en funcionamiento al róver VIPER. La misión despegará, si no hay sobresaltos, en 2023. Su destino será el cráter Nobile, en el polo sur de la Luna. La esperanza es que permita confirmar la presencia de hielo (de agua) bajo la superficie. Se podrá usar para convertirlo en combustible para cohetes, por ejemplo, que permita enviar misiones a Marte y otros lugares del Sistema Solar. Así como, por supuesto, la presencia permanente de seres humanos en la superficie del satélite.
Es imprescindible poder obtener recursos de forma local, para permitir el desarrollo de una base lunar (proyectada para la década de 2030) y para mantener a una tripulación de forma ininterrumpida. Aunque todavía queda tiempo, ya se está trabajando en diferentes aspectos. Desde propuestas de bases lunares, como Lunar Lantern, que podría ser uno de los hogares de esos seres humanos que viajen hasta la Luna, como el programa Artemisa. Encuadrado en ese programa, se están desarrollando diferentes aspectos imprescindibles para las misiones tripuladas.
Cosas como el SLS (Sistema de Lanzamiento). Es decir, el cohete que enviará a los astronautas hasta el satélite. O el HLS (Módulo de Aterrizaje Humano, un módulo lunar), que ha sido un foco de polémicas recientemente. La NASA decidió asignar la construcción del HLS a SpaceX en un contrato exclusivo. Algo que desató las quejas de Blue Origin y Dynetics, al entender que no se habían seguido los pasos habituales en este proceso. Pero, más allá de quebraderos de cabeza, se está avanzando sin descanso en ese empeño por tener presencia humana más allá del entorno de la Tierra.
El cráter Nobile está en el polo sur
El cráter Nobile está cerca del polo sur lunar y es un cráter de impacto, provocado por la colisión de un asteroide con nuestro satélite. Destaca por ser uno de los lugares más fríos del Sistema Solar. Hasta el momento, solo ha sido analizado utilizando sensores desde la distancia. Los equipados en naves como la Lunar Reconnaissance Orbiter y el Lunar Crater Observation and Sensing Satellite. El envio del róver supone un paso adelante para poder conocer mejor el terreno. Va a realizar, incluso, perforaciones en la superficie de la región.
El róver VIPER recibe su nombre de la abreviatura de Volatiles Investigating Polar Exploration Rover (Róver de exploración polar para la investigación de volátiles). Tiene un tamaño parecido al de un carrito de golf, aproximadamente, 1,5 x 1,5 x 2,5 metros. Hasta cierto punto recuerda a los droides vistos en la popular Star Wars. Pesa 430 kilos. A diferencia de los róvers utilizados en Marte, el róver VIPER puede ser pilotado casi en tiempo real, gracias a la menor distancia que separa a la Luna de la Tierra. Al encontrarse a apenas 384 000 kilómetros.
Por lo que, aproximadamente, la luz tarda solo 1,3 segundos en llegar hasta allí. Además, el róver tiene una velocidad de movimiento mayor, rondando los 800 metros por hora. Estará alimentado por energía solar, incorpora una batería de 50 horas y está diseñado para soportar las bajas temperaturas de la Luna. Además, es capaz de moverse lateralmente, para garantizar que sus paneles siempre apunten hacia el Sol, para que puedan cargarse constantemente. Al igual que los componentes ya mencionados, también es parte del programa Artemisa.
Un preludio a Artemisa III, que podría retrasarse
Desde el punto de vista científico, se espera que VIPER permita responder a cómo llegó el agua congelada a la Luna. Así como qué mecanismo ha permitido que se mantenga preservada durante miles de millones de años, cómo escapa del satélite y a dónde se dirige ese agua. Será una investigación interesante, al poder incorporarse a otros estudios que ya se están realizando en este sentido. Así, se ha podido saber que es posible encontrar moléculas de agua, atrapadas en el regolito, incluso en la superficie iluminada del satélite.
Sobre el papel, VIPER llegaría apenas un año antes de la misión Artemisa III, que será la primera misión tripulada del programa y supondrá el regreso de seres humanos al satélite, después de la última visita, con Apollo 17, en 1972. Sin embargo, en este sentido las últimas noticias no son alentadoras. Originalmente, la misión estaba planeada para octubre de 2024. En el momento de escribir este artículo, esa sigue la fecha oficial de lanzamiento y llegada a la superficie lunar de esa misión tripulada. Pero el panorama es poco favorable para que sea así.
La NASA está experimentando diferentes retrasos en algunos aspectos del programa. Desde un principio, se planteó que intentar regresar en 2024 era muy complicado porque había poco tiempo, y ahora parece que esos pronósticos se están convirtiendo en realidad. Hay una propuesta, por parte del congreso de Estados Unidos, para retrasar la misión Artemisa III hasta 2028, dando así cuatro años más a la agencia espacial norteamericana. Veremos si finalmente se retrasa (como parece que finalmente sucederá) pero, mientras tanto, el róver VIPER tendrá mucho que contarnos…
Referencias: Phys