Un grupo de investigadores ha determinado que el asteroide que acabó con los dinosaurios golpeó a nuestro planeta de la peor forma posible. Fue ese ángulo el que provocó que, hace 65 millones de años, el 75% de toda la vida que poblaba la Tierra terminase desapareciendo…

El asteroide que acabó con los dinosaurios fue mortífero por cómo impactó

Un grupo de investigadores ha publicado un estudio detallando el análisis llevado a cabo en diferentes simulaciones. En él, concluyen que el asteroide golpeó en el ángulo más mortífero posible. Así, el impacto que acabó con los dinosaurios se produjo en un ángulo de 60 grados, aumentando la cantidad de gases expulsados a la atmósfera, provocando un abrupto cambio climático. En ese impacto, se liberaron miles de millones de toneladas de azufre, bloqueando el Sol y desatando un invierno nuclear que acabó con los grandes reptiles y el 75% de la vida del planeta.

El asteroide que acabó con los dinosaurios golpeó en el peor ángulo
Concepto artístico del meteorito que creó el cráter de Chicxulub, con pterosaurios observando. Crédito: NASA

El estudio ha sido posible tras combinar diferentes simulaciones del impacto, en tres dimensiones, y los datos geofísicos de la región de impacto, el cráter de Chicxulub. Es la primera vez que se simula en 3D todo el proceso, desde el momento del impacto hasta la formación del cráter definitivo. Gracias a ello, en las simulaciones, los investigadores han determinado que el ángulo de la colisión fue muy pronunciado. Tuvo una inclinación de unos 60 grados, acercándose desde el noreste hacia el lugar del impacto, permitiendo entender su letalidad.

En la colisión se expulsaron grandes cantidades de restos a las capas altas de la atmósfera, dispersándolos por todas partes y provocando que se desencadenase un invierno nuclear. A partir de ahí, el proceso fue en cadena. Las plantas perecieron al no disponer de su fuente de energía, y mucha de la vida que poblaba la Tierra, en aquel entonces, pereció en las décadas posteriores bajo un tremendo invierno nuclear. La colisión, hace 65 millones de años, transformó profundamente la biosfera de nuestro planeta, permitiendo la aparición del ser humano.

La formación del cráter de Chicxulub

Las capas más altas del terreno en torno al cráter de Chicxulub, en lo que en la actualidad es México, contienen grandes cantidades de agua, carbonatos porosos y rocas de vaporita. Al calentarlos, y verse afectados por el impacto, las rocas se debieron descomponer expulsando grandes cantidades de dióxido de carbono, azufre y agua a la atmósfera. De ellos, el azufre habría sido el más peligroso, porque se convierte en aerosol con gran rapidez. Es decir, pequeñas partículas que son capaces de bloquear los rayos del Sol.

En esta imagen (modificada) de la NASA se muestra la ubicación del cráter de Chicxulub. Crédito: NASA/JPL-Caltech

De esa forma, se detuvo el proceso de fotosíntesis en las plantas y, además, el clima se enfrió a gran velocidad. Finalmente, aquellas condiciones provocaron la extinción de la mayor parte de seres vivos que poblaban el planeta. Los investigadores han analizado la forma y estructura de la superficie bajo el cráter, utilizando los datos geofísicos en sus simulaciones, para determinar en qué ángulo y dirección se produjo el impacto. En su análisis también incluyeron los resultados de una perforación que se llevó a cabo en el cráter.

En ella, se encontraron rocas que mostraban evidencias de las fuerzas a las que se vio sometido el material en la colisión. Junto al análisis de la relación entre el centro del cráter y el centro del anillo; una cadena de montañas formas por roca profundamente fracturada, en la ladera interior del cráter; y el centro de una región de rocas muy densas, procedentes del interior del manto desde una profundidad de unos 30 kilómetros; permitieron determinar cómo sucedió todo. Ya que se pudo observar que todos ellos están orientados en dirección sudeste-noreste.

El cráter de Chicxulub cuenta cómo colisionó el asteroide que acabó con los dinosaurios

Para poder producir un cráter similar al observado en Chicxulub, las simulaciones de los investigadores tuvieron que alcanzar una inclinación de 60 grados. Solo en esos escenarios, se podía reproducir un resultado que encaja casi perfectamente con lo que podemos observar en la región. De esta manera, han logrado reconstruir la secuencia que dio lugar a la formación del cráter, permitiendo entender mejor cómo se forman los cráteres más grandes que podemos ver en el planeta. En las simulaciones anteriores solo se cubrían las primeras fases.

Recreación artística del impacto de un meteorito de 10 kilómetros en la península del Yucatán. Crédito: Don Davis

Es la primera vez, según explican los investigadores, en la que se ha logrado avanzar en la simulación de un cráter más allá las fases intermedias, llegando hasta la fase final de su formación. En las etapas finales, la estructura temporal colapsa. Justo después, se forma el cráter definitivo. De esta manera, los investigadores han podido comparar su simulación 3D del cráter Chicxulub con su aspecto en la actualidad para ver cómo encaja.

Los investigadores destacan que los datos geofísicos son tremendamente útiles. Pese a estar bajo un kilómetro de roca sedimentaria, permiten entender en qué ángulo se produjo el choque. Así se puede entender por qué el asteroide acabó con los dinosaurios, y cómo se forman los cráteres más grandes en la superficie de un planeta, revelando que es un proceso de apenas unos minutos. Ahora, los investigadores esperan analizar cómo se produce el rebote del material del cráter (tras la colisión), para entender mejor qué sucede en el impacto de un asteroide…

Estudio

El estudio es G. Collins, N. Patel, T. Davison et al; «A steeply-inclined trajectory for the Chicxulub impact». Publicado en la revista Nature Communications el 26 de mayo de 2020. Puede consultarse en este enlace.

Referencias: Phys