Esta semana, en Astrobitácora 1×47, hablamos de cómo simular la gravedad en el espacio. Además, en la segunda entrega de las Joyas del Sistema Solar, descubrimos Mercurio y sus particularidades. En YouTube, por su parte, nos adentramos en la historia del bolígrafo espacial…

Astrobitácora 1×47: Cómo simular la gravedad de forma artificial

Uno de los aspectos más populares de la ciencia ficción es la gravedad artificial. Aunque rara vez se explica, en la inmensa mayoría de casos, la gravedad artificial se da por sentada. De alguna manera, los personajes en las diferentes naves y estaciones se encuentran en un entorno similar al de la Tierra. El motivo más evidente es, también muy obvio. Es mucho más sencillo rodar en un estudio sin tener que llevar a cabo maniobras especiales para poder simular la microgravedad. Resulta también, obviamente, mucho más barato.

Astrobitácora 1x47: Cómo simular la gravedad
El comandante de la expedición 8, Michael Foale, examina la caja de guantes de microgravedad en la Estación Espacial Internacional. Crédito: NASA/Crew of Expedition 8

Aunque hay multitud de posibles explicaciones en esos entornos, lo interesante es preguntarse si podemos hacer algo similar en el mundo real. Lo cierto es que es posible, a través de diferentes sistemas, y que es una cuestión mucho más importante de lo que podría parecer. A fin de cuentas, la vida en un entorno de microgravedad, aunque puede parecer muy divertida, es muy perjudicial para el cuerpo humano. No en vano, hay que recordar que somos criaturas de la Tierra. Estamos acostumbrados a la gravedad de nuestro planeta.

Sin gravedad de por medio, perdemos masa ósea, masa muscular, e incluso nuestro sentido del equilibrio se ve seriamente perjudicado (hasta que nos acostumbremos). Esto, sin incluir el proceso de adaptación a la gravedad de nuestro planeta, al regresar. Es algo que los astronautas de la Estación Espacial Internacional conocen bien, ya que necesitan ejercitarse durante horas, diariamente, para mitigar esos efectos. Todo esto, y mucho más, te espera en Astrobitácora 1×47, disponible en la app y en la página del podcast en iVoox, en este enlace.

Las joyas del Sistema Solar: el caso de Mercurio

Además, hace dos semanas, también se publicó un nuevo episodio de las Joyas del Sistema Solar, la serie de Astrobitácora para los mecenas del podcast. En este segundo programa, nos adentramos en Mercurio. El planeta más cercano al Sol es mucho más interesante de lo que podría parecer. Hay multitud de aspectos en los que resulta un mundo muy llamativo. Por ejemplo, su órbita y rotación. Rota sobre sí mismo tres veces por cada dos vueltas que da alrededor de nuestra estrella. Eso produce un comportamiento muy curioso en el firmamento.

Mercurio visto por la sonda Messenger en 2008. Crédito: NASA

Como primer planeta, por distancia a nuestra estrella, parecería lógico suponer que se trata del más cálido del Sistema Solar. Pero no es el caso. Venus, por sus particularidades, resulta mucho más cálido. En Mercurio hay lugares donde podemos encontrar, incluso, hielo de forma permanente. Pero la posibilidad de disponer de recursos en su superficie, no significa que Mercurio sea un buen lugar para intentar establecer un asentamiento. Por extraño que pueda parecer, es mucho más complicado viajar hacia el interior del Sistema Solar que al exterior.

Basta pensar en misiones como la sonda solar Parker. Necesitará varios años para alcanzar nuestra estrella, porque es necesario aumentar su velocidad para ser capaz de establecer una órbita apropiada. Es solo un ejemplo de las muchas curiosidades que podemos encontrar en Mercurio. Hay muchas otras historias y curiosidades que vale la pena escuchar, y que están recogidas en el segundo capítulo de las Joyas del Sistema Solar. Está disponible, exclusivamente para mecenas, en la app de iVoox y también en la web, en este enlace, junto a Astrobitácora 1×47 y el resto de programas.

YouTube: La historia del bolígrafo espacial

Con el paso de los años, hay una leyenda que se ha ido extendiendo sin encontrar mucha resistencia. La historia nos lleva a la década de los años 60. Según se cuenta, la NASA invirtió millones de dólares para desarrollar un bolígrafo que funcionase en el espacio. Mientras tanto, la Unión Soviética optó por algo mucho más simple. Le dio lápices a sus cosmonautas, ya que estos funcionaban en cualquier entorno. Es una historia sencilla en la que, en un caso, se opta por malgastar una gran cantidad de dinero, y por otro, simplemente, sentido común.

Réplica de un bolígrafo espacial. Crédito: Cpg100/Wikimedia Commons

Pero la realidad no es exactamente así. Por ejemplo, el bolígrafo espacial existe, realmente, y no fue una inversión de la NASA. La Unión Soviética también lo usó. Lo cierto es que un lápiz no es la mejor solución, porque es un material inflamable. Lo último que se desea es que se produzca es un incendio en un espacio cerrado. Por desgracia, la misión Apolo 1 fue un triste recordatorio de ello. Así que hay muy buenos motivos para querer disponer de un bolígrafo espacial y que tanto NASA como la URSS quisiesen utilizarlo a lo largo del tiempo.

Así que, en el vídeo de esta semana en YouTube, repasamos la historia del bolígrafo espacial. Tanto qué aspectos son reales en cuanto al desarrollo, por qué los lápices (además de por ser inflamables) no fueron la mejor solución. Así como los muchos usos que tuvieron los bolígrafos espaciales. Así como qué sucede con ellos en la actualidad. Aunque podría parecer lo contrario, hay mucho más que contar que una simple anécdota. Todo ello, y mucho más, te espera en el vídeo de esta semana, que puedes ver al principio del artículo, o en este enlace.