Un grupo de investigadores ha planteado una posible misión de astrobiología a Encélado. Es decir, una misión que busque evidencias de procesos biológicos en uno de los satélites más intrigantes de Saturno. Esto no quiere decir, sin embargo, que la misión vaya a convertirse en realidad…
Una misión de astrobiología a Encélado
En el marco de la Conferencia de Ciencia Planetaria y Lunar (LPSC, por sus siglas en inglés) de 2025, se han realizado algunas presentaciones y propuestas de lo más llamativas. Entre ellas, está Encélado, el satélite congelado de Saturno, conocido por la actividad de columnas de vapor en el polo sur. Los modelos sobre la actividad del satélite sugieren que esas columnas están provocadas por la interacción gravitacional entre el planeta y el interior del satélite. Esto provoca que el océano interior de Encélado rompa la superficie.

A esa actividad se la conoce como criovolcanismo y lanza material al espacio. Para confirmar la presencia de compuestos orgánicos, y quizá incluso vida, un equipo del Laboratorio de Propulsión a chorro (JPL) de NASA, propone una misión de orbitador y aterrizador a Encélado. El objetivo es realizar mediciones in-situ de las columnas de material del satélite. Según su estudio, la misión propuesta es consistente con la Encuesta Decadal de Astrobiología y Ciencia Planetaria 2023-2032 (llamada «Orígenes, Mundos y Vida») publicada en 2022.
En esta campaña, se estableció una misión a Encélado (formada por orbitador y aterrizador) como la segunda misión de mayor prioridad para las misiones que se desarrollen antes de 2032. «El análisis del material de las columnas permite estudiar, directamente, la habitabilidad del océano, respondiendo a una pregunta fundamental: ¿Hay vida más allá de la Tierra? Y si no es así, ¿por qué? La misión Orbitlander analizará el material fresco de las columnas desde la órbita, así como desde la superficie durante una misión de dos años.» Los objetivos también están bien definidos, como explica el estudio.
En busca de desentrañar el misterio de Encélado
«Los objetivos científicos son dos: buscar evidencias de vida y obtener un contexto geofísico y geoquímico para realizar experimentos que permitan detectar vida«. Desde la misión Cassini-Huygens (entre 2014 y 2017), que estudió Saturno y sus satélites más grandes, la comunidad científica ha deseado echar un mejor vistazo a Encélado. Como Europa, el satélite de Júpiter, y Titán, el más grande de Saturno, Encélado está considerado uno de los lugares más prometedores para buscar vida extraterrestre en el Sistema Solar. Por ello hay mucho interés.
Debido a la distancia entre la Tierra y Saturno, los conceptos de misión suelen plantear el uso de Generadores termoeléctricos de radioisótopos (RTGs) como fuente de energía. Estas baterías nucleares han alimentado a misiones de astrobiología como los róvers Curiosity y Perseverance o las sondas Galileo y New Horizons. Al menos tres RTGs alimentaron el orbitador Cassini. Algo que se consideró necesario porque los paneles solares no son efectivos tan lejos del Sol. Sin embargo, como cuenta el equipo, NASA ha indicado que tiene pocos RTGs.
El motivo está en su coste y complejidad, especialmente también en lo relacionado al plutonio-238, su combustible. Todo esto da como resultado una arquitectura de misión compuesta por una nave de dos etapas. Está formada por un aterrizador y una fase de inserción en órbita de Saturno. La misión se lanzaría en noviembre de 2038 utilizando una versión desechable del cohete Falcon Heavy y un motor de cohete de combustible sólido Star 48. Después, la misión pasaría siete años y medio viajando a Saturno, seguido de un año de aproximación y transferencia a Encélado.
La misión de astrobiología a Encélado no arrancaría hasta bien entrada la década de 2040
A esto lo seguiría medio año de sobrevuelos rápidos de Encélado. El equipo calcula que el Orbitlander podría tomar muestras de las columnas de material doce veces durante esta fase, volando a una altura de 50 km sobre la superficie (a entre 5 y 9 km/s). A esto le seguirá una fase de Inserción en la Órbita de Encélado y Tour de Saturno de 2,6 años. En ella, la nave llevará a cabo asistencias gravitacionales para reducir su altura y velocidad a 30 kilómetros y 500-900 m/s. Después, la misión pasará 3,5 meses más recogiendo muestras en otras ocho ocasiones.

A esto le seguirá una búsqueda de un lugar de aterrizaje, durante un año, y dos años de operaciones en la superficie. En ese momento, el aterrizador recogerá y analizará muestras de la corteza helada. Si el presupuesto no permitiese llevar a cabo esta misión, el equipo menciona que dispone de una alternativa que se podría llevar a cabo esta década. Si bien sería mucho más reducida en la toma de muestras y la nave se degradaría mucho más rápidamente. Lo más destacable es que el equipo recomienda un concepto para su misión con un tamaño, peso, energía y coste inferior.
A pesar de todo, es necesario tener en cuenta que de momento no hay decisión alguna sobre cómo se llevará a cabo esa misión a Encélado que se contempla en la encuesta decadal. Es posible que sea este concepto de Enceladus Orbitlander o que finalmente se opte por llevar a cabo alguna misión diferente. Lo que sí está claro es que uno de los grandes objetivos es comprender si los mundos con océanos ocultos bajo su superficie, como Encélado, podrían llegar a tener condiciones habitables. Veremos si, en algún momento, se convierte en realidad…
Estudio
La propuesta puede consultarse en este enlace.
Referencias: Universe Today
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