En nuestro vecindario hay una región conocida como la Burbuja Local. Rodea al Sistema Solar y destaca por ser menos densa que la media. Es una cavidad muy irregular, de forma elongada, con muy poco material. Además, está a una temperatura tremendamente elevada, en torno al millón de grados Celsius. ¿Cuál es su origen?
El origen de la Burbuja Local
La Burbuja Local es una región en el medio interestelar que tiene un tamaño de unos 1000 años-luz y tiene una densidad de solo la décima parte la media de la Vía Láctea. En el borde de la Burbuja Local hay una capa de gas con una densidad ligeramente más alta que su entorno. En esa capa hay varias regiones de formación de estrellas. Basándonos en la posición del Sol en estos momentos, el tamaño de la Burbuja y nuestra ubicación, se puede concluir que el Sistema Solar no se formó aquí. Se calcula que entramos en la Burbuja Local hace entre 5 y 10 millones de años.

Seguiremos en su interior durante decenas de millones de años. ¿Qué podría haber tenido la energía suficiente para crear una cavidad tan grande? Una única supernova no es suficiente. Los núcleos galácticos activos (es decir, agujeros negros supermasivos que están absorbiendo mucho material) tienen energía suficiente para crear grandes vacíos como este. Sin embargo, afectan a toda la galaxia. Si la Vía Láctea estuviese activa, es posible que ni siquiera hubiese vida en nuestro planeta. Así que tiene que ser algo a medio camino.
Tiene que ser algo más fuerte que una supernova, pero mucho más débil que un núcleo galáctico activo. Así que el escenario que se suele plantear es el de una multitud de supernovas que se desencadenan en una cantidad de tiempo muy corta. Así sí tendríamos la energía necesaria para explicar la formación de la Burbuja Local. ¿Es posible que esto haya sucedido en la región de la galaxia en la que estamos? Lo cierto es que sí. No podemos olvidar que las estrellas no nacen en soledad. Se forman en el interior de regiones de formación de estrellas.
El papel de las nubes moleculares gigantes
Una nube molecular gigante es una enorme nube de gas y polvo. En una sola de estas nubes hay suficiente material para formar hasta decenas de miles de estrellas. La mayoría del gas no participa en la formación de estrellas por diferentes factores, pero es un escenario válido. Una vez comienza el proceso de formación de estrellas, se formará un cúmulo. Es decir, todo un grupo de astros con diferentes cantidades de masa. Por lo que sus vidas también serán muy diferentes. Las pequeñas vivirán muchísimo tiempo, quizá incluso billones de años.
Otras serán de un tamaño medio, con vidas de decenas de miles de millones de años (como el Sol). También habrá algunas mucho más masivas, que vivirán vidas mucho más breves. Si la nube molecular es suficientemente grande, puede producir cientos o incluso miles de estrellas gigantes a la vez (además de millones de estrellas más pequeñas). Esas estrellas gigantes, aproximadamente, nacerán, vivirán y morirán a la vez. Una única supernova es devastadora. Basta con observar los efectos en formaciones como la Nebulosa del Cangrejo.
Su supernova se observó en la Tierra en el año 1054. Desde entonces, la onda de choque de la supernova se ha estado expandiendo. En su interior, hay una cavidad en la que se pueden observar los filamentos de gas sobrante. Se ha comprendido que una supernova puede afectar a su entorno local y crear cavidades de hasta 100 años-luz. Algo que se explica por la enorme cantidad de radiación que expulsan. La luz empuja el material a su alrededor (compuesto por átomos de hidrógeno y helio, granos de polvo…) y los aleja.
Las supernovas debieron tener lugar hace millones de años
Además de supernovas solitarias, también se sabe, gracias al estudio del universo, que se pueden producir cúmulos de supernovas en momentos más o menos similares. Por ello, se cree que la Burbuja Local es un producto de un fenómeno así. Hace varios millones de años, en esta región de la galaxia, se produjeron varias supernovas que, en conjunto, provocaron la enorme cavidad que se puede observar en nuestro vecindario. Sucedió antes de que nuestro Sistema Solar, en su órbita alrededor del centro de la galaxia, entrase en este rincón.

Aproximadamente, el Sol tarda unos 225 millones de años en completar una vuelta alrededor del centro de la galaxia. En ese tiempo, se adentra en diferentes regiones de la galaxia. En ocasiones, nuestro planeta ha estado lo suficientemente cerca de estrellas que han explotado como supernovas. No tanto como para poner en peligro la vida de la Tierra, pero sí para dejar una huella de su presencia en el registro geológico. La Burbuja Local, en realidad, sirve como recordatorio de que el universo está en constante cambio.
Lo hace en una escala de tiempo muy superior a la vida de un ser humano. Pero, irónicamente, en una escala de tiempo que para el universo sigue siendo pequeña. En un estudio de enero de 2022, un grupo de investigadores determinó que la acción de la superficie en expansión de la burbuja había recogido gas y material. Era la responsable de la formación de todas las estrellas jóvenes cercanas al Sistema Solar. Es decir, a su vez, la muerte de esas estrellas masivas sirvió para desencadenar el nacimiento de otras (entre las que también habrá estrellas de todo tipo de masas).
Referencias: Universe Today