La NASA ha elegido trece lugares, en la Luna, en los que se podría producir el aterrizaje de la misión Artemisa III. Marcará el regreso de los seres humanos a la superficie del único satélite natural de la Tierra. Algo que no sucedía desde la misión Apolo 17, que concluyó en 1972…

Trece lugares de aterrizaje que reúnen las condiciones necesarias

Las claves para elegir los posibles lugares de aterrizaje son bastante simples. Todo consistía en encontrar lugares que pudiesen dar apoyo al dúo de astronautas durante los seis días y medio que permanecerán en la superficie. Necesitarán suficiente luz solar para tener energía y protección térmica. Al mismo tiempo, deben ser zonas que den acceso a regiones oscuras de cráteres y terreno montañoso cerca del polo sur de la Luna. No hay que olvidar que allí podría haber hielo. Encontrar agua congelada, que será separada en oxígeno e hidrógeno es importante.

Trece lugares de aterrizaje en la Luna
El SLS en la plataforma de lanzamiento 39B, previo a las pruebas de carga de combustible. Crédito: NASA/Ben Smegelsky

Por eso han sido el agente principal de las primeras misiones de Artemisa. Con el agua podemos tener aire y combustible. La misión Artemisa I está, en estos momentos, en la plataforma de lanzamiento del Centro Espacial Kennedy, esperando comenzar su viaje. Algo que podría tener lugar el 29 de agosto. Artemisa II volará en 2024. Será una misión tripulada pero no tendrá lugar antes de 2024. El tercer vuelo, Artemisa III, está programado para 2025. Dos de los cuatro astronautas (incluyendo la primera mujer) viajarán a la superficie del satélite.

Lo harán a bordo de una versión de Starship, la nueva nave de SpaceX, que en estos momentos se encuentra en desarrollo. Algunos de los lugares de aterrizaje planteados están en regiones interesantes de por sí. Se trata de las regiones más antiguas de la Luna. Esto, junto a las zonas en sombra permanente, ofrece una oportunidad para entender mejor la historia del satélite, analizando materiales lunares que no han sido estudiados hasta ahora. Los trece lugares de aterrizaje tienen las mismas dimensiones: aproximadamente 15 x 15 kilómetros.

Lugares muy alejados de las misiones Apolo

Cada lugar tiene una ubicación de aterrizaje con un radio de unos 100 metros. Los nombres de los trece posibles lugares de aterrizaje son los siguientes: Borde A del cráter Faustini, Pico cerca del cráter Shackleton, Cresta conectada, Extensión de la cresta conectada, Borde 1 del cráter de Gerlache, Borde 2 del cráter de Gerlache, macizo de Gerlache-Kocher, Haworth, Macizo de Malapert, Meseta de Leibnitz Beta, Borde 1 del cráter Nobile, Borde 2 de Nobile y el Borde del cráter Amundsen. Todos ellos muy lejos de las misiones Apolo.

Lo interesante es que se va a explorar una región nueva de la Luna. Todos los lugares de aterrizaje de Apolo, como explican desde NASA, estaban en la región central de la cara visible. Ahora se va a visitar un lugar completamente diferente, en un terreno geológico muy distinto. Los polos de la Luna son especiales por las condiciones de iluminación que tienen. Eso provoca que en algunos cráteres nunca llegue a brillar la luz del Sol. De manera que hay zonas donde, en miles de millones de años, no ha habido ni un solo rayo de luz.

Allí se encuentran algunos de los lugares más fríos del Sistema Solar. Esas trampas frías son lugares donde debería haber agua y elementos volátiles atrapados. A medida que nos acerquemos a la fecha de lanzamiento, la lista de posibles lugares de aterrizaje se reducirá. Algunos serán más accesibles que otros en función del momento del año en el que se lleve a cabo el lanzamiento del cohete. Todos están a 6 grados del polo sur lunar. Entre ellos hay, según NASA, mucha diversidad geológica, por lo que el atractivo es evidente para estudiar el satélite.

Condiciones ideales para aterrizar

Las condiciones del polo sur de la Luna son muy atractivas. Por un lado porque ofrecen ese soporte necesario para poder llevar a cabo misiones tripuladas e, incluso, pensar en establecer estructuras permanentes. Por otro, porque por la exposición a la luz solar y otros aspectos permite profundizar en su estudio. En el polo hay lugares que ven luz solar continuamente, junto a lugares que nunca la ven. Las ubicaciones con luz por encima de lo habitual (para la región) resultan útiles para los sistemas que aprovechen la luz solar (para la energía y el control térmico).

El cráter Shackleton, en el polo sur de la Luna. Crédito: NASA/Goddard Space Flight Center Scientific Visualization Studio

Las ubicaciones con sombra permanente son útiles por albergar agua y otros elementos volátiles en su interior. El viento solar no tiene oportunidad de arrancarlos. Los lugares han sido escogidos combinando décadas de observaciones de la Luna. En los próximos tres años, se seguirán analizando los posibles lugares para determinar las mejores opciones. Habrá que analizar factores como la inclinación del terreno, la facilidad de comunicación con la Tierra, las condiciones de iluminación, y la capacidad de la cápsula Orión y la nave Starship.

La selección de estos lugares supone que estamos un paso más cerca del regreso de los seres humanos a la Luna. Será una misión muy diferente a las que tuvieron lugar anteriormente. Con el programa Artemisa, llegarán los cimientos de la permanencia a largo plazo en la Luna. Será un capítulo nuevo de la exploración espacial del Sistema Solar, y cambiará la relación del ser humano con el único satélite natural del planeta. Estamos cada vez más cerca de entrar en una época completamente nueva (y revolucionaria) en la exploración espacial…

Referencias: Phys