¿Cuál será el estado de los astronautas que viajen a Marte en la década de 2030? Podemos imaginar que deberían llegar debilitados, pero una cuestión completamente diferente es hasta qué punto estarán afectados. Solo es uno de los muchos problemas a los que enfrentarse en esa ambiciosa misión…
El estado de los astronautas al llegar a Marte
En 2033, la NASA y China planean enviar astronautas a Marte por primera vez. Es una tarea tremendamente ambiciosa, con muchos retos que superar. Desde los desafíos logísticos y técnicos, a garantizar que los astronautas pueden encargarse de los residuos. Así como asegurar que tienen suficiente agua y comida para un viaje de meses hasta el planeta rojo. Por supuesto, la salud y seguridad de los tripulantes no es menos importante. Estarán viajando durante meses por el espacio, expuestos a la radiación cósmica y a la microgravedad.
También hay dudas respecto a qué pasará al llegar a Marte. Tras meses de exposición a la microgravedad, los astronautas tendrán problemas para adaptarse a la gravedad del planeta rojo. Para entender si estos temores son reales, un equipo de expertos en medicina espacial, de la Universidad Nacional de Australia (ANU) han desarrollado un modelo matemático. Con él, predicen si los astronautas podrían viajar de forma segura a Marte y llevar a cabo sus tareas cuando hayan llegado al planeta. Podría ser una herramienta muy valiosa.
Se podrá utilizar junto a todos los preparativos necesarios para garantizar la llegada de los astronautas a Marte. También puede utilizarse para evaluar el impacto de misiones de corta y larga duración, más allá de la órbita baja de la Tierra, así como en el sistema Tierra-Luna en el futuro. En un estudio, explican su modelo matemático y las conclusiones a las que han llegado. Así, destacan que hay múltiples amenazas posibles para las misiones tripuladas a Marte. La mayor amenaza es la permanencia en microgravedad durante varios meses.
El papel de la radiación cósmica
La microgravedad, junto a radiación dañina, procedente del Sol y de fuentes cósmicas, provocará cambios fundamentales en los cuerpos de la tripulación. Apoyándose en investigaciones extensas, llevadas a cabo en la Estación Espacial Internacional, se sabe que la microgravedad provoca pérdida de masa ósea y muscular. También afecta al funcionamiento de los órganos, la visión y el sistema cardiopulmonar. Es decir, al corazón y su capacidad de bombear sangre por las arterias y venas del cuerpo. El estudio resulta muy útil en muchos sentidos.
Los propios autores lo explican. No solo es esencial para las misiones propuestas a Marte. También para el sector espacial comercial. Según cuentan, ya se sabe que un viaje a Marte dura unos seis o siete meses. En ese tiempo, la estructura de los vasos sanguíneos, o la fuerza del corazón, puede cambiar por la microgravedad. La llegada del vuelo espacial privado, con compañías como SpaceX o Blue Origin, cambia el panorama. Ahora también los ricos (pero no necesariamente sanos) pueden viajar al espacio. Así que quieren que su modelo prediga, también, si alguien puede viajar al planeta rojo.
La exposición prolongada a la gravedad cero, añaden, puede provocar que el corazón se vuelva vago, al no tener que trabajar tan duro para poder bombear sangre por el cuerpo. En la Tierra, la gravedad mueve los fluidos a la mitad inferior de nuestros cuerpos. Por eso, al final del día, podemos tener las piernas más hinchadas. En el espacio, esa atracción gravitacional desaparece y el fluido se distribuye de otra manera. Llega también a la parte superior del cuerpo. Provocando que reaccione como si hubiese demasiado fluido en la parte superior.
La deshidratación es un riesgo real
Por ello, añaden los investigadores, sentimos una mayor necesidad de ir al aseo. Nos liberamos de ese fluido extra que creemos tener. Tampoco sentimos sed y no bebemos tanto. Por lo que es posible que nos deshidratemos. Por eso, los astronautas, al regresar a la Tierra, necesitan ayuda al incorporarse, o son desplazados en sillas de ruedas. Cuanto más larga sea la permanencia en el espacio, más fácil será que tengan problemas al volver a la Tierra. La adaptación a la gravedad del planeta también se vuelve más compleja.
Mark Kelly, astronauta de la NASA, estuvo un año en el espacio. Al regresar, tuvo dolores intensos, hinchazones y otros síntomas. En misiones a Marte, hay un obstáculo adicional. Las comunicaciones con la Tierra se verán retrasadas. En función de la ubicación de ambos planetas, el retraso puede ser de hasta 20 minutos. Así que los astronautas necesitan poder llevar a cabo sus tareas sin ayuda inmediata del personal de la misión. Es decir, si hay una emergencia médica, no habrá nadie en el planeta rojo que pueda ayudarles. De ahí la importancia de esta herramienta.
Es imprescindible entender si un astronauta está listo para volar hasta Marte y adaptarse a su gravedad. Debe poder funcionar de manera efectiva, y eficiente, con un apoyo mínimo durante los primeros minutos en el planeta rojo. El modelo actual está desarrollado con los datos derivados de astronautas de edad media y bien entrenados. Los investigadores esperan poder expandir la capacidad de su modelo incluyendo datos de vuelos espaciales comerciales. Su objetivo es crear un modelo que simule el impacto del viaje espacial prolongado.
El estado de los astronautas al llegar a Marte será complicado
En definitiva, esperan tener un modelo que pueda ayudar a entender qué impacto tendrá el viaje espacial en personas con un estado menos ideal. El estado de los astronautas en general es fantástico. Pero ¿qué sucede con una persona que, por ejemplo, pueda tener una dolencia cardíaca o no tenga una salud robusta? Por supuesto, lo mismo se aplica a personas que no hayan tenido entrenamiento alguno.
Su objetivo es que el modelo proporcione un cuadro completo de qué le pasaría a una persona, normal y corriente, si viajase al espacio. Por ello, habrá que realizar más ajustes para incorporar las afecciones relacionadas con la edad. Algo que tiene sentido si tenemos en cuenta la cantidad de famosos que han viajado al espacio en los últimos meses. Tenemos los ejemplos de Wally Funk, William Shatner, Laura Shepard o Richard Branson. A largo plazo, hay incluso otros escenarios a plantear. Puede que tengan la oportunidad de simular cómo se adaptarían los niños.
Así como qué efecto tendría la microgravedad en un feto en desarrollo. En definitiva, puede ser un trabajo clave para poder enviar seres humanos a Marte, la Luna y otros lugares del Sistema Solar en el futuro. De momento, todavía habrá que esperar una década hasta ver a los primeros seres humanos viajar a otro planeta. El viaje será largo y complicado, y todo lo que se pueda hacer para garantizar el éxito de la misión es bienvenido. ¿Cuánto tardaremos en ver viajes de personas, mucho menos formadas, a lugares como la Luna o Marte?
Estudio
El estudio es L. van Loon, A. Steins, K. Schulte et al.; «Computational modeling of orthostatic intolerance for travel to Mars». Publicado en la revista Nature el 9 de agosto de 2022. Puede consultarse en este enlace.
Referencias: Universe Today