SpaceX ha perdido permiso para añadir 30 000 satélites adicionales para Starlink, una constelación de satélites con la que Elon Musk busca proporcionar Internet de banda ancha a nivel global, y que podríamos ver en funcionamiento en los próximos años.
Starlink es un proyecto ambicioso pero también inconveniente
El objetivo de SpaceX, con su constelación Starlink, es conseguir crear una red de Internet, de banda ancha, que sea accesible desde cualquier lugar del mundo. Esto será especialmente útil en lugares de difícil acceso, así como en cualquier región en la que el desarrollo de otras tecnologías (como 4G, el próximo 5G o la fibra) es mucho más lento o, en algunos casos, imposible. No hay duda de que sería una gran herramienta para muchas personas a lo largo y ancho del planeta. Además, desde el punto de vista tecnológico, será toda una hazaña.
Porque, en los próximos años, SpaceX va a tener que poner en órbita miles de satélites. Estarán en la órbita baja de la Tierra, a distancias comprendidas entre los 328 y los 580 kilómetros. La propuesta original consistía en lanzar un total de 12 000 satélites. Pero la solicitud de SpaceX de incluir 30 000 satélites para Starlink eleva la cifra a un total de 42 000. Si bien es cierto que, en realidad, es posible que la cantidad final no sea tan elevada. La compañía de Elon Musk no tiene la obligación de lanzar todos esos satélites.
El impacto de esta constelación de satélites, y las que están preparando otras compañías (como Amazon, solo por mencionar un ejemplo), es muy positivo para la sociedad. Pero desde el punto de vista astronómico, son malas noticias. No va a afectar a la visibilidad del cielo nocturno a simple vista, pero sí complicará el trabajo de astrofotógrafos y todos los observatorios repartidos por el mundo. Porque a mayor cantidad de satélites, más fácil será que alguno de ellos pase por el campo de visión del instrumento que se esté usando.
30 000 satélites para Starlink solicitados en diferentes peticiones
De momento, SpaceX ya ha dado los primeros pasos para establecer Starlink. En mayo de 2019, pusieron en órbita los primeros 60 satélites que formarán parte de la constelación. En 2024 se espera que sean 1584 los que estén en órbita. Una cifra que se elevará a 2200 en 2027. O, por lo menos, esos eran los planes con las cifras originales. No sería sorprendente que cambien estas estimaciones tras solicitar ampliar el tamaño final de la constelación Starlink. En total, SpaceX ha hecho 20 solicitudes diferentes para añadir 30 000 satélites para Starlink.
Cada solicitud es de 1500 satélites, que se desplegarán en la franja ya mencionada, de 328 a 580 kilómetros, de la órbita baja de la Tierra. Sin embargo, no se indica cuándo se podrían lanzar. Por parte de la compañía de Elon Musk, de momento no se ha contado nada llamativo. Simplemente han dicho que cada vez existe una mayor demanda, en todo el mundo, de un acceso a internet que sea rápido y estable, y que están tomando las medidas adecuadas para poder adaptarse y escalar el tamaño de Starlink para cumplir con la demanda.
La solicitud, en cualquier caso, permite entrever que los planes a largo plazo de SpaceX pasan, sin ninguna duda por Starlink. Si sus peticiones son aprobadas, tendrán un margen de siete años para cumplir con ellos. En ese período, tendrán que lanzar al menos un satélite, que tendrá que funcionar en las frecuencias indicadas durante 90 días. Es posible que hayan hecho 20 solicitudes porque, en realidad, esperen que solo algunas sean aprobadas. De esta manera podrían asegurarse de que sí pueden llegar a la cifra final que estén buscando.
Un aumento del tráfico en la órbita baja de la Tierra
Si todas sus peticiones se aprobasen, SpaceX será una de las grandes compañías del mundo en cuanto a presencia de satélites en el espacio se refiere. A día de hoy hay en torno a 5000 satélites en órbita alrededor de nuestro planeta. 1900 siguen en funcionamiento. Desde 1957, cuando se lanzó el satélites Sputnik 1, se calcula que se han puesto en órbita 8378. Todas estas cifras quedan muy lejos de los 42 000 satélites que la compañía podría poner en órbita en los próximos años. Algo con lo que dominará el mercado de satélites espaciales.
Pero además, también tendrá una consecuencia mucho más desagradable e invisible desde la Tierra. Cuantos más satélites tengamos en órbita, mayor será la posibilidad de que se pueda producir una colisión. Y SpaceX, curiosamente, ya se ha visto implicada en una posible colisión en 2019. Finalmente no sucedió, pero podría haber afectado al satélite Eolo, de la Agencia Espacial Europea. Cuanto más congestionada esté la órbita baja de la Tierra, mayor será la posibilidad de colisiones. Y, además, SpaceX no es la única compañía con acceso al espacio.
Cada vez son más las compañías que tienen su atención puesta en la órbita baja de la Tierra. En algunos casos para crear constelaciones de satélites de comunicaciones. En otros, para, por ejemplo, conseguir que viajar al espacio sea algo al alcance de personas lejos del ámbito aeroespacial (aunque los millonarios serán, sin duda, los primeros en poder hacer turismo espacial). Será importante, por tanto, minimizar el riesgo de colisión y, también, entender cómo conseguir que la basura espacial no se convierta en un problema todavía mayor.
Referencias: Universe Today