PREFIRE es una misión formada por dos pequeños satélites, de la NASA, que tienen un objetivo muy importante por delante. Van a analizar la atmósfera, detectando el calor perdido al espacio. Sus observaciones ayudarán a observar cómo cambia nuestro planeta por el calentamiento global…

PREFIRE es una misión que ayudará a ver los cambios en nuestro planeta

La misión PREFIRE (por la abreviatura de Polar Radiant Energy in the Far-InfraRed Experiment está formada por dos pequeños satélites, de apenas el tamaño de una caja de zapatos. Son dos CubeSats (por el nombre inglés de cube satellite). Están equipados con tecnología que ya se ha visto que funciona en Marte. El objetivo es desvelar el espectro completo de la pérdida de calor desde las regiones polares de la Tierra. Es la primera vez que se realiza este tipo de observación y permitirá que los modelos climáticos de nuestro planeta sean más precisos.

PREFIRE: una misión para estudiar el calentamiento global
La Tierra, vista el 27 de junio de 2019 por el satélite DSCOVR. Crédito: NASA

La misión comienza con el equilibrio térmico de la Tierra. En un acto de equilibrado planetario, la cantidad de energía calorífica que recibe del Sol debería estar, idealmente, compensada por la cantidad de calor que la Tierra emite al espacio. La diferencia entre la energía entrante y saliente es la que determina la temperatura del planeta y moldea el clima. Las regiones polares desempeñan un papel clave en este proceso, al actuar como rejillas de un radiador. La mezcla de agua y aire, a través de la meteorología y las corrientes oceánicas, mueve el calor.

Lo transporta desde los trópicos a los polos, desde donde se emite como radiación térmica infrarroja (el mismo tipo de energía que sentimos con una lámpara de calor). Alrededor del 60% de esa energía viaja al espacio en la longitud de onda del infrarrojo lejano. Algo que nunca se había medido de manera sistemática. PREFIRE puede cubrir esa falta de datos. Ofrece la oportunidad de descubrir algunos aspectos fundamentales sobre cómo funciona nuestro planeta. Permitirá obtener mucha información sobre los polos del planeta.

Rellenando las lagunas de información

Mucha de la incertidumbre, explica el equipo de la misión, procede de lo que no sabemos de ambas regiones, como con qué eficiencia se emite la radiación al espacio. Durante gran parte de la Era Espacial, no se comprendía la importancia de esa radiación. Ahora se busca medirla. El lanzamiento de las naves se realizará desde Nueva Zelanda, con dos semanas de diferencia, en mayo. Cada satélite llevará un espectrómetro infrarrojo térmico. Esos instrumentos incluyen espejos, con una forma especial, y detectores para medir la luz infrarroja.

Es una tecnología similar a la que se utiliza en el instrumento Mars Climate Sounder en la Mars Reconnaissance Orbiter para explorar la atmósfera y meteorología de Marte. El mayor reto para el equipo de PREFIRE fue conseguir miniaturizar los instrumentos. Han desarrollado una versión en miniatura, optimizada para las condiciones cálidas de nuestro planeta. Para maximizar la cobertura, las naves gemelas de PREFIRE orbitarán la Tierra en rutas diferentes. Se solaparán cada varias horas cerca de los polos. Desde los años 70, el Ártico se ha calentado.

Lo ha hecho a un ritmo, al menos, tres veces más rápido que cualquier otro lugar del planeta. La cobertura de hielo en invierno ha disminuido en más de 41 200 kilómetros cuadrados anualmente. Es una pérdida de un 2,6% por década con relación a la media de 1981 a 2010. En el otro extremo del planeta, en la Antártida, también está teniendo lugar un cambio similar. Las capas de hielo de la Antártida están perdiendo masa a un ritmo medio de unos 150 000 millones de toneladas por año. Las implicaciones de estos cambios son enormes.

El impacto de los cambios en los polos

Las fluctuaciones en el hielo marino moldean los ecosistemas polares e influyen en la temperatura y circulación del océano. El agua fundida, de las capas de hielo de kilómetro y medio de espesor, en Groenlandia y la Antártida, es responsable de la tercera parte de la subida media del nivel del mar desde 1993. Tristan L’Ecuyer, el investigador principal de la misión, explica que si se cambian las regiones polares, la meteorología de todo el mundo cambia de una manera fundamental. La influencia de lo que sucede en el Ártico y la Antártida es enorme.

La Luna llena (y una corona a su alrededor) en la Antártida. Crédito: LI Hang

Afecta a cosas como las tormentas extremas, inundaciones o la erosión de las costas. Para entender y proyectar cómo se desarrollarán esos cambios, los científicos utilizan modelos climáticos que tienen en cuenta muchos procesos físicos. Si se ejecutan los modelos climáticos, en múltiples ocasiones (variando ligeramente las condiciones y suposiciones) se obtiene un conjunto de proyecciones climáticas. Las suposiciones sobre ciertos parámetros inciertos (como la eficiencia de la emisión térmica de los polos) puede afectar a los resultados de manera notable.

PREFIRE proporcionará nuevos datos sobre diferentes variables climáticas, incluyendo cosas como la temperatura de la atmósfera, las propiedades de la superficie, vapor de agua y nubes. En última instancia, con más información se puede obtener una visión mucho más precisa de lo que sucede en el planeta. Los modelos climáticos serán más precisos y permitirán comprender, todavía mejor, qué sucederá en el futuro tanto en el Ártico como en el Antártico. La Tierra es un sistema que está en constante cambio y hay mucho por estudiar…

Referencias: NASA