Un grupo de investigadores plantea que en la Nube de Oort podría haber planetas capturados. Algo que, aunque no es fácil de determinar, resulta intrigante porque permite comprender mejor el comportamiento de los sistemas planetarios y la dinámica orbital en sus confines.
Planetas capturados en la Nube de Oort
El Sistema Solar tuvo un pasado extremadamente caótico. La Tierra, y todos los planetas que lo componen en la actualidad, están en órbitas estables. No siempre fue así, durante su formación, experimentaron cambios drásticos en su ubicación. Uno de los casos más destacables, sin duda alguna, es el de Júpiter. Debió estar mucho más cerca del Sol durante su infancia y su movimiento no solo afectó a otros planetas, también limpió el sistema de multitud de restos. La mayoría de ese material terminó acumulándose en la Nube de Oort.
La Nube de Oort está en el borde del campo gravitacional del Sistema Solar. De vez en cuando, la interacción gravitacional provoca que algún fragmento helado se vea impulsado hacia el interior del sistema. Así, se convierte en uno de los muchos cometas que podemos observar de cuando en cuando. La mayoría de los restos de la Nube de Oort son, con toda probabilidad, muy pequeños. Aun así, no se puede descartar que haya algún objeto del tamaño de un planeta. Estaría, de ser así, mucho más lejos de lo que se encontraría el hipotético Planeta Nueve.
Parte de los restos expulsados desde el interior del Sistema Solar fueron expulsados incluso más lejos. Es decir, ganaron tanta velocidad que escaparon de la gravedad del Sol y se vieron lanzados al espacio interestelar. Es algo que se sabe que puede suceder porque, en estos momentos, tenemos constancia de al menos dos objetos interestelares, procedentes de otros sistemas. Se trata de Oumuamua, observado en 2017, y el cometa Borisov, en 2019. También se han observado otros planetas errantes que han escapado de sus respectivas estrellas.
La intrigante idea de los planetas errantes capturados
En una escala cósmica, hay multitud de mundos que han sido expulsados de sus sistemas natales. Esto también permite plantear una pregunta interesante. Si un sistema planetario joven puede expulsar cometas y planetas, ¿es posible que otros sistemas los capturen? Esa es la pregunta a la que se han enfrentado un grupo de investigadores. Han llevado a cabo una serie de simulaciones por ordenador, centrándose en cómo los sistemas planetarios expulsan planetas grandes y, del mismo modo, como un planeta puede ser atrapado por otro.
El baile gravitacional es complejo, porque para expulsar un planeta, es necesario que adquiera la suficiente energía cinética para escapar a la atracción de su estrella. Esto, al mismo tiempo, implica que tendrá tanta energía cinética que es difícil que otro sistema sea capaz de retenerlo. Al igual que sucedió con las visitas de Oumuamua y Borisov, la mayoría de encuentros con un objeto celeste, procedente de otro lugar de la Vía Láctea, sería más bien breve, desde la perspectiva de una escala astronómica. Sin embargo, no es imposible.
Los investigadores han visto que la atracción gravitacional de la galaxia, en sí misma, puede mitigar el movimiento de un planeta errante. Por lo que habrá un pequeño porcentaje, de los encuentros celestes que sucedan, en los que una estrella será capaz de atrapar un planeta y convertirlo en un nuevo mundo de su sistema. La mejor posibilidad para que esto suceda no se da cuando el planeta pasa cerca de la estrella. En realidad, el mejor escenario se da cuando pasa justo por el interior de la Nube de Oort de ese sistema planetario.
La Nube de Oort podría contener planetas capturados… pero es poco probable
La mayoría de planetas capturados por una estrella, por tanto, estarán en su Nube de Oort. Es decir, en el borde exterior del sistema. Basándose en sus cálculos, hasta el 10% de los planetas originales de una estrella podrían ser expulsados al espacio interestelar. Teniendo en cuenta la dinámica de la galaxia, y la infancia del Sistema Solar, hay un 7% de posibilidades de que nuestro sistema haya capturado un planeta gigante helado en la Nube de Oort. Lo más interesante es que es un escenario que tiene cierta fortaleza.
Curiosamente, la posibilidad de que el Sistema Solar haya capturado un gigante helado en la Nube de Oort es superior a la posibilidad de que, simplemente, el gigante helado se formase en el sistema y fuese expulsado hasta las regiones exteriores. De hecho, calculan que la probabilidad es únicamente de 1 entre 200. Si hay un planeta en el borde del Sistema Solar, lo más probable es que, por tanto, sea un mundo capturado que se formó en torno a alguna otra estrella. Es más probable que la posibilidad de que sea un mundo expulsado hasta allí.
No hay que perder de vista, sin embargo, que lo más probable es que, simplemente, no haya planetas capturados en la Nube de Oort. Lo que sí muestra el estudio es que los sistemas planetarios no siempre se forman de manera aislada. Debería haber multitud de sistemas estelares que tengan planetas que no solo se han formado en su entorno. En cuanto al Sistema Solar, al menos por ahora, solo resulta un interesante ejercicio de imaginación. No hay nada que permita demostrar que realmente haya un mundo así en los confines de nuestro vecindario cósmico.
Estudio
El estudio es S. Raymond, A. Izidoro y N. Kaib; «Oort cloud (exo)planets». Puede consultarse en la plataforma arXiv, en este enlace.
Referencias: Universe Today