La vida extraterrestre, más allá del Sistema Solar, podría descubrirse en los próximos 25 años. Al menos, esa es la previsión de un astrofísico suizo. Si bien es cierto que él mismo es el primero en reconocer que se trata de una estimación ambiciosa. Pero ¿es razonable o debemos olvidarnos de ello?

Encontrar vida extraterrestre en 25 años podría ser una realidad

Todavía no se ha encontrado vida en otros lugares del Sistema Solar (como Marte). Sin embargo, un investigador cree que la detección de indicios de vida, en planeta fuera de nuestro sistema, podría suceder en los próximos 25 años. Es lo que defiende Sasha Quanz, astrofísico del instituto ETH Zurich de Suiza. Lo explicó así durante la ceremonia de apertura del Centro para el Origen y la Prevalencia de la vida. En un evento, este pasado 2 de septiembre, Quanz repasaba los proyectos tecnológicos que se están desarrollando en estos momentos.

Podemos encontrar vida extraterrestre en 25 años
Concepto artístico del exoplaneta rocoso HD 85512 b, una supertierra. Crédito: NASA

Podrían ayudar a que, de una vez por todas, los investigadores sean capaces de determinar si estamos solos en el universo. En 1995, su amigo Didier Queloz descubrió el primer planeta lejos del Sistema Solar. Desde entonces, se conocen ya más de 5000 exoplanetas y cada día hay nuevos hallazgos. Hay muchos más exoplanetas esperando ser descubiertos. No en vano, cabe recordar que, aproximadamente, hay unos 100 000 millones de estrellas en la galaxia. Cada una de ellas debería tener, al menos, un planeta a su alrededor.

Por lo que, de esa enorme cifra de exoplanetas, muchos serán como la Tierra y estarán en la distancia apropiada de sus estrellas para tener agua líquida en su superficie. Es decir, estarán en la zona habitable. Sin embargo, como explica el propio Quanz, algo que no se sabe es si estos planetas rocosos tienen atmósferas, así como su composición. Es necesario investigar las atmósferas de esos mundos. Hace falta una herramienta que permita tomar imágenes de esos exoplanetas. Esta charla tuvo lugar un día después de una publicación del telescopio James Webb…

La importancia de la tecnología

Concretamente, se produjo al día siguiente de la publicación de la primera imagen directa de un exoplaneta (con el telescopio James Webb). Se trata de HIP 65426 b, un gigante gaseoso con doce veces el tamaño de Júpiter, a 100 veces la distancia entre la Tierra y el Sol. El telescopio Webb no fue construido para buscar exoplanetas. En realidad, se diseñó para buscar las estrellas más viejas del cosmos. Sin embargo, ya ha dejado hallazgos interesantes en la investigación de exoplanetas, incluyendo la detección de dióxido de carbono y agua en la atmósfera de varios.

A pesar de ello, Quanz avisa de que Webb, pese a su tecnología y potencia, no es capaz de analizar mundos mucho más pequeños, similares a la Tierra, y en la zona habitable de sus estrellas. La buena noticia es que se están construyendo instrumentos que sí tienen, como único objetivo, cubrir ese hueco en la capacidad de observación del telescopio James Webb. Quanz y su equipo, sin ir más lejos, lideran el desarrollo de METIS (mid-infrared ELT imager and spectrograph). Se trata de un instrumento que se incorporará al Telescopio Extremadamente Grande (ELT, por sus siglas en inglés). Actualmente en construcción, una vez terminado, a finales de esta década, tendrá un espejo principal de 40 metros.

Es decir, será el telescopio óptico más grande del mundo. Su principal objetivo es lograr la primera imagen de un planeta terrestre, quizá similar a la Tierra, en torno a una estrella cercana. El objetivo a largo plazo es hacer eso pero para docenas de estrellas, así como estudiar las atmósferas de esos mundos. Aun así, Quanz avisa de que METIS podría no ser el instrumento que detecte señales de vida lejos del Sistema Solar. Un telescopio terrestre, como el ELT tiene que enfrentarse a las perturbaciones atmosféricas, que pueden distorsionar los datos.

Puede que sea necesaria una misión totalmente nueva

Por lo que ni el ELT, ni Webb, parecen capaces de determinar la composición química de las atmósferas de esos mundos. Así que quizá sea necesaria una misión completamente nueva. Es algo que, según explica Quanz, ya se está comentando en la Agencia Espacial Europea. La misión se llama LIFE (de Large Interferometer for Exoplanetas) y se planteó en 2017. Ahora mismo está en la fase de estudios preliminares y todavía no ha sido aprobada, ni financiada, de manera oficial. Si se convierte en realidad, será muy interesante por su capacidad.

Concepto artístico del Telescopio Extremadamente Grande. Crédito: ESO/L. Calçada/ACe Consortium

Analizaría una gran cantidad de exoplanetas en busca de moléculas en sus atmósferas. Específicamente, aquellas que puedan tener un origen biológico. El nuevo centro del ETH Zurich espera poder establecer los cimientos de esa misión, así como mejorar la comprensión de la química de la vida y cómo afecta a las atmósferas y entornos de los planetas. En resumen, es necesario entender mejor las condiciones de la vida. Así, se podrá refinar la lista de planetas que estudiar. También habrá que revisar qué señales podrían ser buenas.

Es algo que menciona Quanz y que es importante. Puede que haya otros procesos que lleven a la creación de gases, en esas atmósferas, en los que la vida no se vea implicada. El objetivo de intentar encontrar vida extraterrestre, lejos del Sistema Solar, en los próximos 25 años es tremendamente ambicioso. Sin embargo, el investigador considera que no es un plazo de tiempo demasiado corto. Si está en lo cierto, El siglo en el que nos encontramos podría ser en el que, finalmente, se encuentre la respuesta a una de las grandes preguntas de la astronomía…

Referencias: Space