El cometa Atlas fue una gran decepción en 2020. Todo hacía pensar que estábamos ante uno de los cometas más espectaculares que se habrían visto desde la Tierra. Pero, a medida que llegaban las fechas clave, se fragmentó y nos privó del espectáculo. Ahora, un nuevo estudio intenta explicar qué sucedió…

La decepción del cometa Atlas fue una sorpresa

La detección del cometa Atlas, y su prometedora evolución para convertirse en un gran cometa no pasó desapercibida en 2020. Con todo el planeta afectado por el impacto de la pandemia del coronavirus, era una buena noticia y un motivo para levantar la vista al firmamento. Se planteó que podría ser el cometa más brillante de la última década. Incluso no faltaron pronósticos apuntando a que podría ser incluso más espectacular. Pero, a medida que se acercaban las mejores fechas, el cometa dejó de aumentar su brillo como se esperaba.

La decepción del cometa ATLAS: ¿Qué sucedió?
El cometa ATLAS, observado el 27 de marzo de 2020. Crédito: EarthSky/Abhijit Patil

Al acercarse al Sol, el cometa ATLAS terminó desintegrándose. Ahora, un nuevo estudio intenta explicar dos de las incógnitas en torno a qué le sucedió al cometa. El núcleo se desintegró entre el 20 y el 23 de abril de 2020. En ese momento, el cometa estaba a 146 millones de kilómetros de la Tierra. Aproximadamente, la misma distancia a la que se encuentra nuestro planeta del Sol. Lo más llamativo es que, según explican, los fragmentos no se rompieron al mismo ritmo. Por si no fuese suficiente, el cometa ATLAS sería, a su vez un fragmento.

Debía de ser un pedazo de un cometa más grande. Aquel cometa pasó relativamente cerca de nuestro planeta hace 5000 años. En aquella ocasión, debió acercarse a tan solo 37 millones de kilómetros del Sol. O lo que es lo mismo, se adentró más allá de la órbita de Mercurio. Por lo que, seguramente, debió ser observado por los seres humanos de la época. El cometa debió ser algo espectacular. Tuvo que ser muy fácil de observar y de identificar por parte de las civilizaciones que se encontraban en Eurasia y el Norte de África en la edad de piedra.

Una órbita similar a la de otro cometa del siglo XIX

Sin embargo, esa afirmación, que se realizaba por parte de NASA en este artículo, no era fácil de demostrar. A fin de cuentas, no hay registro escrito (ni dibujado) de que en la época hubiese un cometa visible en el firmamento. En un nuevo estudio se sugiere que el cometa ATLAS seguía la misma órbita que un cometa visto en 1844. Aquel cometa sobrevivió a su visita al interior del Sistema Solar. Probablemente, era un objeto que también se desprendió de aquel mismo cometa primogénito. Sería, en cierto modo, un hermano del cometa ATLAS.

Las familias de cometas no son ni mucho menos extrañas. Por ejemplo, el cometa Shoemaker-Levy 9, que se desintegró al colisionar con Júpiter en 1994, tuvo su pequeña familia, formada por sus propios fragmentos. Sin embargo, el cometa ATLAS es extraño en ese sentido. Los investigadores explican que no podían entender por qué se desintegró. El cometa del que procedía se había mantenido intacto al acercarse al Sol a una distancia muy inferior. Por lo que, si Atlas se había desintegrado a tanta distancia… ¿Cómo pudo sobrevivir en el paso anterior, 5000 años atrás?

Es algo atípico, según explican. De hecho, es la primera vez que se observa que el miembro de una familia de cometas de largo período (con una órbita de más de 200 años) se rompe antes de acercarse al Sol. El estudio de los fragmentos sugiere que diferentes partes del cometa ATLAS tienen diferentes composiciones y estructuras. Especialmente porque uno de los fragmentos del cometa se disolvió en apenas unos días. Otro, sin embargo, aguantó durante semanas. Una parte del núcleo era más robusto que otra parte.

El cometa ATLAS terminó en decepción por su composición

Los autores del estudio plantean que los fragmentos tuvieron diferentes duraciones por la composición del cometa del que procedían. Teniendo esto en mente, plantean algunas posibles hipótesis. Por un lado, puede que las corrientes de material expulsado terminasen despedazando el cometa, por medio de fuerzas centrífugas. Por otro, es posible que los elementos volátiles reventasen la parte más débil. Sea como fuere, lo cierto es que el cometa ATLAS se convirtió en una decepción, pero al menos pudimos disfrutar del cometa NEOWISE.

El cometa ATLAS, desintegrado en varios fragmentos. Crédito: Virtual Telescope Project

No fue tan espectacular como todo parecía indicar que lo sería ATLAS. Pero no está todo perdido. Ese cometa hermano debería ser visible desde la Tierra en algún momento. Pero claro, no sucederá hasta dentro de mucho tiempo. Habrá que esperar al futuro lejano porque no debería pasar cerca de nuestro planeta hasta dentro de 3000 años. En ese momento, quizá esta vez sí se llegue a ver un cometa espectacular. O quizá nuestros descendientes lejanos terminen publicando sus propios estudios analizando por qué no se convirtió en un cometa espectacular.

Sea como fuere, lo cierto es que no es extraño que un cometa no cumpla con las expectativas. Es relativamente habitual encontrarse con cometas que parecen muy brillantes y prometedores pero que terminan despedazándose. ATLAS, en ese sentido, no es una novedad. Pero sí lo fue el cómo sucedió. Sea como fuere, en los próximos años habrá que seguir prestando atención al firmamento. En 2021 se planteó que podríamos ver un cometa relativamente brillante (el cometa Leonard) pero parece que no será así. Tarde o temprano, esperemos, tendremos un cometa espectacular…

Estudio

El estudio es Y. Quanzhi, D. Jewitt, H. Man-to et al.; «Disintegration of Long-period Comet C/2019 Y4 (ATLAS). I. Hubble Space Telescope Observations». Publicado en la revista The Astronomical Journal el 21 de julio de 2021. Puede consultarse en este enlace.

Referencias: Space