La vida debería ser probable en planetas terrestres. Es decir, en mundos que se parezcan al nuestro. A esta conclusión llega un investigador que repasa un concepto muy asentado en la actualidad. ¿Podemos utilizar la Tierra para determinar si la vida podría ser abundante en otros lugares de la galaxia?

La vida debería ser probable en planetas como la Tierra

Una de las grandes preguntas de la ciencia moderna es la del origen de la vida en la Tierra. ¿Qué nos dice la existencia de vida aquí, sobre la probabilidad de que la abiogénesis suceda en otros lugares? La abiogénesis es, simplemente, el proceso por el que la vida aparece a partir de sustancias inorgánicas. Sin duda, es una de las preguntas más complejas a la que podemos enfrentarnos. Desde hace tiempo, hay un argumento que es generalmente aceptado, pero que ahora ha sido puesto en duda. Brandon Carter, un astrofísico australiano, planteaba una explicación.

La vida debería ser probable en planetas terrestres
La Tierra observada por la nave LightSail 2. Crédito: The Planetary Society

Decía que el efecto de selección de nuestra propia existencia nos obligaba a establecer límites en nuestra observación. Es decir, para poder existir, teníamos que estar en un planeta donde la abiogénesis hubiese sucedido. Por lo que, en consecuencia, argumentaba, no podemos deducir nada sobre la probabilidad de que la vida pueda surgir en otros lugares, basándonos únicamente en ese conocimiento. Como mucho, el hecho de saber que la Tierra está habitada es un conocimiento que tiene un valor neutro.

Otra forma de enfrentarse a ello es que la Tierra no puede ser vista como un planeta terrestre típico. A fin de cuentas, no ha sido escogido al azar del conjunto de planetas rocosos de la Vía Láctea. Daniel Whitmire, un astrofísico retirado que ahora es profesor en la Universidad de Arkansas, considera que Carter utilizó un razonamiento imperfecto. Algo que choca si tenemos en cuenta que la teoría de Carter es, hoy en día, comúnmente aceptada. Whitmire explica que el planteamiento no es tan robusto como podría pensarse, y utiliza un ejemplo para explicarlo.

El problema de las evidencias antiguas

Así, dice que sufre de lo que se conoce como el problema de evidencia antigua en teoría de confirmación bayesiana. Se utiliza para actualizar una teoría, o hipótesis, en base a nuevas evidencias. En su trabajo, proporciona algunos ejemplos de cómo se utiliza esa fórmula para calcular probabilidades y cuál es el papel de las evidencias antiguas. Después, utiliza una analogía recurriendo a su propia existencia. Más específicamente, a su concepción. En sus propias palabras, dice: «podríamos plantear que, como Carter, existo sin importar si mi concepción fue fácil o difícil…

Así que no se puede deducir nada sobre si mi concepción fue fácil o difícil a partir del simple hecho de que existo.» En esta analogía, difícil quiere decir que se utilizaron métodos anticonceptivos. Fácil, que no se utilizó ninguno. En cada caso, Whitmire le da un valor a cada planteamiento. Después, continúa: «Sin embargo, mi existencia es una evidencia antigua y debe tratarse como tal. Si hacemos esto, la conclusión es que es mucho más probable que mi concepción fuese fácil. En el caso de la abiogénesis, sucede exactamente lo mismo.

La existencia de vida en la Tierra es una evidencia antigua y, como en la analogía de la concepción, la probabilidad de que la abiogénesis sea fácil es mucho más alta». Dicho de otra manera. La evidencia de la vida en la Tierra no tiene un valor neutro a la hora de determinar si podría haber vida en otros mundos similares. De esta manera, nuestra propia existencia sugiere que la vida tiene más probabilidades de aparecer en otros planetas rocosos. Es un razonamiento que se enfrenta a la gran pregunta desde un enfoque diferente…

Saber si la vida podría ser probable en otros planetas llevará algún tiempo…

El argumento, seguramente, se podría estirar. Si no hay nada especial sobre la Tierra, no debería haberlo tampoco sobre la abiogénesis. De otro modo, estaríamos diciendo que la vida apareció en la Tierra debido a algo excepcional. Por tanto, la Tierra sería un planeta excepcional. En consecuencia, la existencia de la vida ya no podría considerarse como algo que pueda ser probable en otros lugares del universo. Porque, naturalmente, si nuestro planeta fuese especial, la aparición de vida en otros lugares sería mucho más complicada.

Recreación artística del exoplaneta Kepler 62f. Crédito: NASA Ames/JPL-Caltech

Solo podría haberse producido en otros mundos que, como la Tierra, sean especiales por reunir unas condiciones muy específicas y haber vivido una circunstancia excepcional. La parte negativa en este tipo de estudios es que, al final, nos deja básicamente en el mismo punto de partida. ¿Es posible que Whitmire tenga razón y que la abiogénesis sea probable en otros planetas terrestres? No hay nada que haga pensar que no pueda ser así. Solo conocemos un planeta como la Tierra, así que no hay muchos ejemplos con los que poder trabajar.

Marte podría ayudar a responder a esta pregunta, al menos parcialmente. La búsqueda de vida en el planeta rojo también permitirá responder a esta cuestión. Si se encontrase vida pasada, sabremos que la Tierra no siempre ha sido el único planeta habitado del Sistema Solar. De ser así, habría que entender cuál fue el origen de esa vida. Es posible que apareciese en la Tierra y viajase hasta Marte (o viceversa). Pero es posible que también surgiese por su propia abiogénesis. Si eso fuese así, el argumento de Whitmire podría ser muy sólido…

Estudio

El estudio es D. Whitmire; «Abiogenesis: the Carter argument reconsidered». Publicado en la revista International Journal of Astrobiology el 23 de septiembre de 2022. Puede consultarse en este enlace.

Referencias: Phys