Dos investigadores plantean, en un estudio, que podría haber una forma de producir agujeros de gusano navegables para un ser humano. Algo que nos permitiría recorrer grandes distancias en el universo sin necesidad de superar la velocidad de la luz. Pero es un escenario nada sencillo…

La larga historia de la existencia de los agujeros de gusano

Los agujeros de gusano son, sin duda, uno de los recursos más populares de la ciencia ficción. Permiten viajar a otros lugares del universo sin romper ninguna ley de la física, al no requerir viajar más rápido que la velocidad de la luz. Aunque la existencia de un agujero de gusano es posible, desde el punto de vista teórico, que pudiesen ser lo suficientemente grandes como para que un ser humano pueda atravesarlos, es una historia muy diferente. La propia teoría de la relatividad dice que no podemos esperar encontrar agujeros de gusano navegables.

La hipótesis de los agujeros de gusano navegables
Esta simulación por ordenador muestra un agujero negro supermasivo en el núcleo de una galaxia. Crédito: NASA, ESA, y D. Coe, J. Anderson, y R. van der Marel (STScI)

Por eso, un nuevo estudio publicado por Juan Maldacena y Alexey Milekhin resulta de lo más intrigante. En los últimos tiempos se ha planteado que los agujeros de gusano podrían ser posibles a nivel de física cuántica. Tardaríamos más tiempo en navegarlos que viajando por el espacio normal y, además, serían microscópicos. Los investigadores plantean que, si hubiese nueva física, podríamos encontrar la forma de crear agujeros de gusano navegables para el ser humano. Sería posible ir de un punto a otro rápidamente.

Su trabajo se desarrolla en la base que ya se viene cultivando desde hace décadas. La idea de los agujeros de gusano no es ni mucho menos nueva. El primero en plantear su existencia fue el físico alemán Karl Scwarzschild, cuyo trabajo fue la primera base teórica para descubrir los agujeros negros. El trabajo de Schwarzschild planteaba la existencia de agujeros negros eternos, conexiones entre dos lugares diferentes del espacio tiempo. Esos agujeros de gusano (también llamados puentes de Einstein-Rosen) no serían estables y colapsarían rápidamente.

Los agujeros de gusano navegables no son posibles de forma clásica

Por lo que, para que podamos encontrar agujeros de gusano que sean navegables para un ser humano, hace falta que se den circunstancias especiales. Lo más importante es la existencia de energía negativa, algo que no es posible en el mundo de la física clásica. Si bien es algo que sí puede suceder en el mundo de la física cuántica. Un ejemplo, según plantean, es el efecto Casimir, en el que un campo cuántico produce energía negativa que se propaga en un círculo cerrado. El inconveniente es que, por su naturaleza, es un efecto realmente pequeño.

Pero los investigadores explican que, en un estudio anterior, planteaban que el efecto podría ser mucho más perceptible en un agujero negro que tenga una gran carga magnética. Apoyándose en las propiedades especiales de fermiones sin masa (partículas como el electrón, pero carentes de masa), plantean que se podría generar energía negativa. A su vez, eso permitiría desarrollar un agujero de gusano estable, que no colapsaría antes de que se pudiese atravesar. Pero serían microscópicos y solo podrían existir en distancias muy pequeñas.

Para que existan agujeros de gusano lo suficientemente grandes como para que un ser humano pueda navegarlos, hace falta recurrir a nueva física. Maldacena y Milekhin recurren al modelo Randall-Sundrum II (por los físicos teóricos Lisa Randall y Raman Sundrum), que describe el universo en cinco dimensiones. Utilizando ese marco, los agujeros de gusano parecerían agujeros negros de masa intermedia. Generarían fuerzas de marea tan intensas que podrían ser peligrosas para una nave, pero que podrían usarse para viajar.

Es un estudio que funciona solo a nivel hipotético

Suponiendo que se pudiese viajar a través de esos agujeros de gusano, los investigadores explican que serían túneles entre dos puntos del espacio-tiempo. Pero en algunos estudios se ha planteado que el tiempo de viaje, a través de un agujero de gusano estable, podría ser más largo que un viaje tradicional. En este caso, los investigadores explican que desde la perspectiva del viajero no sería así. Sería algo casi instantáneo. Desde el punto de vista de un observador externo, sin embargo, el tiempo necesario para viajar sería muy largo.

Ilustración de un joven agujero negro. Crédito: NASA/JPL-Caltech

Es algo que encajaría con la teoría de la relatividad. De forma que un astronauta que viajase a través de un agujero de gusano, de 10 000 años-luz, tardaría 1 segundo en recorrerlo. Para alguien que lo observase desde el exterior, ese viaje sería muy superior a los 10 000 años. Además, no sería necesario usar combustible. La propia gravedad del agujero de gusano se encargaría de acelerar y frenar la nave. Pero habría que acercarse con mucho cuidado, para evitar que la gravedad destruyese la nave. Intrigantemente, el viaje sería muy eficiente.

Pero para que todo esto pueda convertirse en realidad, hay muchos inconvenientes que resultan descorazonadores. Por un lado, los agujeros de gusano navegables tendrían que ser construidos usando energía negativa. No existe ningún mecanismo natural que explique cómo se podrían formar de manera natural. Además, su tamaño y la masa necesaria, sería tan grande que no hay tecnología alguna que pudiese resultar apropiada. Por si esto no fuese suficiente, solo funcionaría en un universo plano y frío, algo que solo sucede en el modelo teórico de Randall-Sundrum II.

Aun si se pudiesen crear, los agujeros de gusano navegables serían peligrosos

Por si no fuese suficiente, cualquier objeto que atravesase el agujero de gusano sería acelerado a grandes velocidades. Hasta el punto de que incluso la radiación de fondo de microondas sería una amenaza. Por lo que estaríamos ante un método de viaje que, seguramente, no resultaría lo más atractivo. Es algo que nos lleva a pensar, una vez más, en que quizá no haya una forma práctica de viajar a velocidades cercanas a la de la luz o, en su defecto, recorrer grandes distancias utilizando algún método alternativo, como el planteado aquí.

Concepto artístico de un agujero negro intermedio. Crédito: Tomoharu Oka/Keio University

Pero, en cualquier caso, los investigadores inciden en que el estudio solo tiene como objetivo demostrar que los agujeros de gusano navegables podrían existir. Serían el resultado de la interacción entre el mundo de la relatividad general y la física cuántica. En estos momentos, no hay forma alguna de imaginar cómo se podrían llevar a cabo. Quizá con la tecnología que pudiésemos desarrollar, dentro de miles de años, sea mucho más asequible. Pero hay una lectura positiva en todo esto: los agujeros de gusano no son solo simple imaginación.

¿Llegará un día en el que se creen agujeros de gusano para viajar entre dos puntos diferentes del universo? Si nos basamos en lo que conocemos en la actualidad, la respuesta parece un rotundo no. Lo interesante es que, si nuestra especie sobrevive durante miles de años, por poner una cifra, su conocimiento crecerá de una manera que apenas podemos imaginar hoy en día. En ese momento, con herramientas mucho más sofisticadas, y un mayor conocimiento del universo, quizá sí sea mucho más sencillo construir agujeros de gusano navegables…

Estudio

El estudio es J. Maldacena y A. Milekhin; «Humanly traversable wormholes». Puede consultarse en la plataforma arXiv.

Referencias: Universe Today