Un nuevo trabajo sugiere que en la superficie de Europa hay menos oxígeno de lo que se esperaba. Esto quiere decir que el satélite de Júpiter podría tener condiciones menos ideales, de lo pensado, para que la vida pueda existir en el océano que se oculta bajo su superficie. Aunque no lo impide por completo.

El oxígeno en la superficie de Europa es escaso

El nuevo estudio indica que la superficie de Europa contiene menos oxígeno de lo que se pensaba. Por lo que podría afectar a la vida que se oculta bajo la superficie. Las buenas noticias son que, incluso con poco (o sin) oxígeno, los microbios podrían habitar en ese océano. Bajo la corteza, a kilómetros de profundidad, ese océano de Europa es una de las grandes esperanzas para encontrar vida en otros lugares del Sistema Solar. A lo que sí afecta, sin embargo, es si el océano también pudiese albergar vida más compleja.

El oxígeno en Europa podría ser más escaso de lo pensado
Concepto artístico del océano líquido de Europa, con Júpiter e Ío en la imagen. Crédito: NASA/JPL-Caltech

Evidentemente, no hay una respuesta concluyente al respecto. No la había antes de este estudio porque, simplemente, no hay suficiente información. Este trabajo, en realidad, sirve para darle menos credibilidad a la posibilidad de que la vida compleja pudiese haber llegado a aparecer bajo la corteza congelada del satélite de Júpiter. Por otro lado, esta medición no es ni mucho menos definitiva. Los investigadores ya han explicado que es necesario realizar más trabajo para determinar si estos hallazgos son realmente correctos.

A fin de cuentas, no podemos olvidar que van en contra de lo que se había observado en mediciones realizadas por telescopios anteriormente. En esos trabajos, se había detectado la presencia de oxígeno condensado, por lo que la concentración en el océano sería lo más alta de lo que se esperaba. Así que estamos ante un trabajo que parece ir en la dirección opuesta a lo que se ha visto hasta ahora. De ahí la necesidad de realizar más análisis y confirmar si la medición es buena o, por el contrario, simplemente es un dato erróneo.

La utilidad de la sonda Juno

Este estudio se ha basado en datos recogidos por la sonda Juno. Específicamente, durante el sobrevuelo que realizó de Europa en 2022, y en el que la sonda llegó a pasar a apenas 353 kilómetros de la superficie. Suficientemente cercano como para poder obtener datos muy valiosos. Un equipo, formado por investigadores estadounidenses y europeos, determinó que cada segundo, en la superficie de Europa se producen entre 6 y 18 kilos de oxígeno cada segundo. Es una estimación con un rango mucho más pequeño que en trabajos anteriores.

En esos estudios previos, las estimaciones llegaban a plantear cifras tan elevadas como 1100 kilos de oxígeno por segundo. Esto lleva a los investigadores a explicar que, salvo que Europa tuviese un ritmo de producción de oxígeno mucho más elevado en el pasado, esta nueva estimación son malas noticias. indica que nos encontramos ante un rango de valores mucho más pequeño para que el satélite pueda tener condiciones habitables en su interior. ¿Cuál es el origen de ese oxígeno? Se forma gracias a la radiación de Júpiter.

La superficie congelada de Europa se ve azotada constantemente por la radiación procedente del gigante joviano. Como resultado, se forman tanto hidrógeno como oxígeno. James Szalay, autor principal del estudio, explica que este sobrevuelo de Juno supone la primera vez que una nave puede estudiar directamente el entorno de Europa. Era algo que estaban deseando que sucediese. Estos datos ofrecen una oportunidad sin igual para entender mejor cómo son las condiciones en este mundo. A pesar de ello, todavía quedan muchas respuestas por obtener.

Muchas preguntas sobre el oxígeno en Europa

Así, el propio Szalay destaca que, aunque la estimación de oxígeno en la superficie es mucho más pequeña de lo que se pensaba hasta ahora, quedan muchas cosas por aprender. Como ejemplos, menciona que no se sabe cuál es la cantidad de oxígeno que escapa a la atmósfera de Europa. En este punto, hay que recordar que el satélite de Júpiter (con un diámetro ligeramente inferior al de la Luna) no tiene una atmósfera propiamente dicha. Nada en lo que un ser humano pudiese respirar. Es, en su lugar, una atmósfera tremendamente tenue.

Concepto artístico de una columna de agua en Europa. Crédito: NASA/ESA/K. Retherford/SWRI

Es decir, como en la inmensa mayoría de objetos celestes del Sistema Solar, tiene una exosfera. A pesar de que se trata de una atmósfera muy tenue, su composición también permite comprender mejor la dinámica de los objetos que se estén estudiando. En cualquier caso, tampoco se sabe cuánto hielo permanece en la superficie. Por supuesto, tampoco cuál es la cantidad de oxígeno que, en lugar de escapar a la atmósfera, se hunde y termina llegando al océano. Son solo algunas de las cuestiones que todavía necesitan una respuesta.

El 10 de octubre de 2024 (si no hay cambios) es la fecha en la que NASA lanzará la misión Europa Clipper. Esta nave, que tardará seis años en llegar a su destino (en 2030), realizará docenas de sobrevuelos del satélite. Sus observaciones permitirán obtener mucha más información sobre uno de los lugares más interesantes del Sistema Solar. Mientras tanto, los estudios como el que hemos mencionado, sobre la abundancia de oxígeno en Europa, seguirán sucediéndose. Ayudarán a saber, mucho mejor, en qué aspectos del satélite hay que centrar la atención.

Estudio

El estudio es J. Szalay, F. Allegrini, R. Ebert et al.; «Oxygen production from dissociation of Europa’s water-ice surface». Publicado en la revista Nature Astronomy el 4 de marzo de 2024. Puede consultarse en este enlace.

Referencias: Phys