Amazon, una de las empresas más grandes del mundo, ya ha recibido la aprobación para desplegar su constelación de satélites, conocida como Kuiper. Al igual que Starlink, y otras iniciativas similares, su objetivo es proporcionar servicios de banda ancha desde el espacio…

Kuiper será una constelación más pequeña que Starlink

En los últimos años, hemos oído hablar, largo y tendido, de Starlink. La ambiciosa red de satélites de la compañía SpaceX, de Elon Musk, que busca colocar 42 000 satélites en órbita y ofrecer internet en todo el mundo. Estará dirigida, principalmente, a todos aquellos que vivan en lugares de difícil acceso. No pretende competir con el 5G, o la fibra óptica, en grandes ciudades. La órbita baja de la Tierra es un lugar cada vez más accesible, y se está traduciendo en, paulatinamente, un lugar muy apetecible para multitud de empresas.

Kuiper, la constelación de satélites de Amazon
La Tierra vista desde el espacio. Crédito: NASA

Por eso, que, en 2019, Amazon anunciase su propia constelación de satélites no resultaba particularmente sorprendente. Sí es cierto que supone la entrada de la empresa en el campo de las conexiones a Internet. A finales de julio de 2020, la compañía recibió permiso para poner en órbita 3236 satélites. Formarán la constelación Kuiper y parece que buscarán competir en el mismo mercado que Starlink. Un campo en el que, seguramente, en los próximos años, se unirán empresas como Thales Alenia, Telesat y la popular Boeing.

La concesión del permiso por parte de la FCC (Comisión Federal de Comunicaciones, por sus siglas en inglés) tiene doble efecto. Porque también supone denegar las peticiones que habían realizado otras compañías (entre ellas Telesat). Desde la comisión, argumentan que la licencia otorgada para Kuiper permitirá aumentar la disponibilidad de internet de banda ancha para usuarios, el gobierno y negocios. Sin embargo, esto no quiere decir que debamos esperar ver los primeros satélites en órbita en cuestión de días o semanas…

Kuiper no solo será un acceso para usuarios

En los últimos meses, el impacto de la pandemia del coronavirus ha obligado a muchas personas a trabajar de forma remota. En muchos casos, no han sido pocas las interrupciones e impedimentos que han hecho que sus día a día se hayan vuelto más complicados, por culpa de un acceso a internet inestable. Iniciativas como Starlink o Kuiper se dirigen, precisamente, a ese tipo de público. Todos aquellos que no sean capaces de conseguir acceso a Internet a través de los canales tradicionales, bien porque no estén disponibles, o porque no sean estables.

Según Dave Limp, vicepresidente de Amazon, la compañía tiene previsto invertir unos 10 000 millones de dólares en Kuiper. No solo dará acceso a los clientes. También un backhaul (en español se traduce como red de retorno), la parte de la red que se comunica con Internet, para el despliegue del 5G que está teniendo lugar en Estados Unidos, y muchas otras partes del mundo. Ese protocolo de telefonía es mucho más rápido que el anterior, 4G, y permitirá que el llamado Internet de las cosas siga creciendo en los próximos años.

En cualquier caso, está claro que la tendencia es ver cada vez más constelaciones de satélites de telecomunicaciones. Algunos de los datos más concretos todavía están en el aire, pero ya se conocen las alturas en las que funcionarán los satélites. La órbita baja de nuestro planeta es el lugar elegido. En alturas muy similares a las que ya utilizan los satélites de la constelación Starlink, y en la que también se unirán, en los próximos años, los satélites de otras compañías que ya han expresado sus intenciones de lanzarse a esta misma aventura…

La órbita baja de la Tierra cada vez más poblada

Concretamente, los 3236 satélites de Kuiper se desplegarán en órbitas de 590, 610 y 630 kilómetros. Tendrá la capacidad de dar servicio a todos aquellos clientes localizados entre la latitud 56º norte (que cubre Alaska, Canadá y Escocia) y 56º sur (que excluye la Antártida). Utilizarán tres rangos de frecuencias: de 17,7 a 18,6 Ghz, de 18,8 a 20,2 y de 27,5 a 30. Desde Amazon, además, calculan que la entrada en marcha podría darse una vez haya 578 satélites en órbita. Una cifra no muy diferente a la que se suponía desde SpaceX con Starlink (en torno a 400 para dar un servicio mínimo).

Las explosiones de cohetes son una de las diferentes fuentes de basura espacial. Crédito: ESA

De momento no ha trascendido ni quién construirá esos satélites, ni quién los lanzará. Pero sea como fuere, los planes de la constelación Kuiper es que los satélites abandonen la órbita 355 días después de terminar su misión. Amazon todavía no ha completado su análisis de riesgo de accidentes, que requiere la FCC y que SpaceX, lógicamente, ya realizó en el pasado. La aprobación definitiva queda, por tanto, pendiente de que el gigante norteamericano cumpla con ese análisis posteriormente, pero no debería suponer un gran obstáculo.

Junto a otras constelaciones, como las ya anunciadas por parte de compañías como OneWeb, Thales Alenia, TeleSat y Boeing, vamos a un futuro en el que cada vez habrá más satélites en la órbita baja de la Tierra. Es algo que va a dar todavía más importancia a la necesidad de minimizar los riesgos que supone la basura espacial, a fin de evitar un problema mucho mayor en el futuro. Lo que está claro es que, ahora mismo, parece que la órbita baja de la Tierra ya es un nuevo terreno de negocios. Con todo lo que eso conlleva, tanto positivo como negativo

Referencias: Space